Tras el estallido de la crisis causada por el Coronavirus, nos acostumbramos demasiado rápido a ver imágenes inéditas hasta el momento, en las que se podían apreciar los devastadores efectos que causa en diversos destinos turísticos.
Grandes ciudades en las que resultaba especialmente difícil conducir y hasta moverse, debido a la altísima densidad de población y el enorme número de vehículos, amanecieron un día prácticamente vacías, como si se tratase de alguna producción cinematográfica de Hollywood.
Aún así, China es un país que se sigue viendo desde una enorme distancia, y sólo ahora que el problema ha llegado también a nuestro entorno, es cuando nos hemos dado cuenta de la magnitud del mismo.
Tras la retirada de la gran mayoría de aerolíneas internacionales de Italia, las cuarentenas, y el derrumbe turístico en el país, las mismas fotografías a las que ya apenas hacíamos caso y que nos llegaban desde Asia, ahora reflejan panoramas mucho más cercanos y conocidos para todos.
Las escaleras de la Plaza de España, en Roma, donde hasta hace muy poco era complicado encontrar un hueco entre el gentío para poder sacar una foto, hoy han cambiado totalmente de aspecto.
En un día normal, es casi necesario abrirse paso a codazos en la Fontana di Trevi.
La situación actual es bien distinta.
Las enormes colas para acceder al Vaticano son conocidas por la gran mayoría de turistas.
Hoy, apenas una treintena de personas paseaban por su interior.
Venecia es una ciudad que lleva muchos años luchando contra el turismo de masas, y en la que encontrar una buena mesa para comer en un restaurante, en ocasiones se antoja como algo imposible.
Actualmente, los mismos camareros permanecen impávidos, y a la espera de que algún visitante decida ocupar las sillas vacías.
Milán, el motor económico del país, y una de las ciudades más bellas del mundo, también padecía el mal del turismo de masas.
En plena crisis por el brote de Coronavirus, ahora son sólo las palomas las que ocupan el puesto de los turistas.
Lamentablemente, la situación no es mucho mejor en otros lugares del planeta, también afectados por esta crisis sin precedentes.
En Tokyo, donde se prevé la celebración de los Juegos Olímpicos 2020 este Verano, los mercadillos de Nakamise suelen reunir todos los días del año a miles de personas.
Esta misma semana, sobraban dedos en las manos para contar el número de visitantes.
El templo de Angkor Wat, en Camboya, es uno de los destinos turísticos más destacados del continente asiático.
Igual que en los casos anteriores, y como consecuencia de la presente crisis, hoy apenas se pueden contar una decena de turistas.
Especialmente impactante es el aspecto habitual de la Kaaba, situada dentro de la Gran Mezquita de La Meca.
Tras la cancelación del Umrah, que llevaba a millones de peregrinos hasta la ciudad Saudí, su aspecto actual es este.
Pronto nos acostumbraremos a ver grandes eventos deportivos sin la asistencia de público, así como lugares que normalmente presentan enormes cantidades de personas, casi completamente vacíos.
Los Estados Unidos tampoco han logrado librarse del problema, y sirva como ejemplo el aspecto habitual del aeropuerto internacional de Chicago O´Hare.
A consecuencia del derrumbe en la demanda de billetes de avión para viajar, esta semana presentaba este aspecto.
Incluso en Londres se han notado de una manera espectacular los efectos del pánico a todo lo que provenga de China, en este caso precisamente en el área de Chinatown, que normalmente podías ver así.
Tras el pánico desatado por el Coronavirus, muchos comercios y restaurantes han decidido echar el cierre y esperar a que se disipe la tormenta.
Esperamos, por el bien de todos, que este asunto se solucione lo antes posible y sobre todo que no llegue a afectar a nuestro país en la misma medida que a nuestros vecinos italianos.