Dinamarca exige presentar "fotos privadas o mensajes de texto" a las parejas transfronterizas

La cantidad de incongruencias que se están cometiendo en las medidas de prevención adoptadas por muchos países, están dando la razón a todos los conspiranoicos del planeta.

Por mucho que se intente buscar una mínima lógica, una base científica, un razonamiento médico, lo cierto es que esta pandemia ha comenzado su transición desde una tragedia, hasta una tragicomedia.

Si tienes que ir a trabajar encerrado en un vagón del metro y apiñado con otras 100 personas, es correcto, no pasa nada. Si tienes que cohabitar en una oficina y mano a mano con el resto de compañeros, es correcto, no pasa nada.

Ahora, si se te ocurre ir a la playa ya puedes mantener una distancia de seguridad con el resto de bañistas, utilizar mascarilla y no juntarte en grupos superiores a las 10 personas, porque eso entraña un nivel de peligrosidad excesivamente elevado.

Al final, todo esto sólo consigue que en vez de preocuparnos por nuestro futuro como especie, o por nuestra propia salud, la gente acabe ridiculizando este tipo de normas a través de las redes sociales.

Hace muy pocos días fue lo que se denominó en el Reino Unido como el «Sexban», o la prohibición dictada por el ejecutivo británico de mantener relaciones sexuales a parejas que no convivan bajo un mismo techo.

 

Algunos internautas propusieron la creación de una «policía sexual», para controlar los bajos instintos de sus vecinos, mientras otros afirmaban que el uso de drones podría ser mucho más efectivo.

De hecho, se hacen marcajes cuerpo a cuerpo más intensos entre jugadores de fútbol de la liga inglesa, que en muchas relaciones esporádicas entre amantes.

También se sumaba a la fiesta la Ministra de Salud de Bélgica, que prohibía todas las actividades sexuales «no esenciales» de 3 o más personas en lugares cerrados.

Habría que estudiar con detenimiento qué se puede considerar como actividad sexual «esencial».

Y hoy mismo era el propio Michael O´Leary, CEO de la aerolínea lowcost irlandesa Ryanair, el que llamaba en público a los ciudadanos a saltarse la cuarentena impuesta en el Reino Unido a todos los pasajeros que lleguen a los aeropuertos del país, porque según él «es una auténtica estupidez y no hay manera posible de controlarla».

Pero los que definitivamente han conseguido rizar el rizo, han sido los políticos de Dinamarca, un país que todos creíamos ejemplo de lo que se debe considerar como «el primer mundo».

En una fase inicial de apertura con las naciones vecinas, las autoridades danesas han permitido el reencuentro de parejas que vivan a distintos lados de sus fronteras.

La condición impuesta es que puedan demostrar que han estado en una relación durante al menos 6 meses.

Para ello, será obligatorio presentar pruebas fehacientes, como «fotos privadas o mensajes de texto».

Esperamos por el bien de aquellos funcionarios que tengan que revisar este tipo de documentación, que todo el mundo tenga el mismo concepto de lo que es una «foto privada».

Y para acabar de rematar esta retahíla de sinsentidos, barbaridades, e improvisaciones chapuceras, resulta que en estos momentos hay una gran mayoría de gobiernos europeos que prohíben el acceso a sus países a ciudadanos españoles.

Mientras tanto, España comenzará a recibir en las próximas semanas a cientos de miles de turistas provenientes de esos mismos países. Por favor, que alguien nos lo explique ya…

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