Uganda Airlines ha roto todos los tabúes previos que se mantenían en el país.
Vernita Kayiwa y Tina Drazu son las dos primeras mujeres en la historia de Uganda que se ponen a los mandos de aeronaves de fuselaje ancho.
Casi con total seguridad, esta es la noticia que nunca debería ser noticia.
Cuando hay que celebrar que dos mujeres puedan sentarse por primera vez en la cabina de un avión de altas prestaciones, es una señal de que las cosas no se están haciendo demasiado bien.
A día de hoy, se calcula que apenas hay un 5% de mujeres piloto en las plantillas de las compañías aéreas de todo el mundo.
En el caso de Uganda Airlines, la nueva aerolínea bandera del país africano creada en Agosto de 2019, este porcentaje sube hasta el 10%, ya que cuenta con 5 mujeres dentro de una plantilla compuesta por un total de 50 pilotos.
Además, todas ellas son de nacionalidad ugandesa.
Hablamos de un problema que afecta igualmente a otros continentes, pero que en Africa se ha enquistado debido a la falta de modelos a seguir para las niñas que alguna vez han soñado con trabajar dentro de la cabina de un avión.
En un país donde la agricultura proporciona empleo a más del 80% de la población, plantearse la posibilidad de convertirse en piloto comercial es una verdadera quimera para cualquiera, máxime si eres mujer.
Pero Uganda Airlines ha dado el paso hacia delante, gracias a un cambio radical en la filosofía empresarial de su principal compañía aérea.
El esfuerzo titánico que ha hecho Uganda invirtiendo muchos millones de dólares para adquirir dos Airbus A330 y cuatro Bombardier CRJ-900, renunciando a otras necesidades básicas de un país en vías de desarrollo, podría dar sus frutos en muy poco tiempo.
Tras el colapso en 2014 de Air Uganda, aerolínea que estaba en manos privadas y dejó tirados a todos sus trabajadores y pasajeros de la noche a la mañana, la confianza en el sector aéreo nacional se había quedado bajo mínimos.
Por su ubicación en el continente africano y el pésimo estado de las comunicaciones por tierra, Uganda depende en buena medida de la llegada de todo tipo de mercancías y cargamentos por vía aérea.
Debido a esto, sin poder disponer de aviones propios no sólo para la importación de múltiples productos, sino también para la exportación de los suyos al extranjero, el país se encontraba en clara desventaja frente a sus vecinos.
Finalmente, a finales del verano de 2019 nacía Uganda Airlines, con una flota de sólo cuatro Bombardier CRJ-900, aeronaves con una autonomía máxima de 2.600 km destinadas a operar rutas regionales.
Obviamente, este aparato no aportaba ninguna solución a los múltiples problemas de Uganda, que precisa comprar importantes cantidades de material a China, y principalmente productos sanitarios y medicamentos a la India.
Esta fue la principal razón por la cual se optó a finales del 2020 por la incorporación de dos Airbus A330, que a partir de ahora estrenarán nuevas rutas de largo radio hacia Dubái, Bombay, Londres, y Guagnzhou, ciudades pertenecientes a los principales mercados de Uganda en el exterior.
Tras la entrada de Uganda en el CFTA (Continental Free Trade Area), Area Continental Africana de Libre Comercio, en el año 2018, las posibilidades para ampliar acuerdos comerciales a nivel internacional con otros países del continente se han multiplicado.
Mientras no vuelva a reestablecerse el nivel de pasajeros previos a la pandemia, Air Uganda utilizará sus aviones para transportar mercancías, entre las que se encuentran frutas y legumbres, que conforman el 46% de la producción del país, pescado, con un porcentaje del 45%, y también flores, que suponen el 3% de todos los productos exportados.
La segunda tarea pendiente es dinamizar la actividad de los principales aeropuertos de Uganda, utilizados mayoritariamente por turistas extranjeros, ya que el precio de los billetes es inalcanzable para los locales.
El año pasado, apenas 20.000 pasajeros pasaron por las principales infraestructuras aeroportuarias de Uganda en vuelos domésticos, una cifra que se espera ir superando a medida que avancen los meses.
La idea del gobierno de Uganda es crear franquicias en las rutas más populares, con el fin de aumentar el número de aerolíneas que las explotan, y de esta manera lograr una reducción de tarifas al crecer con ello la competencia.
Sin duda se trata de una tarea ardua y que requerirá de mucho trabajo y esfuerzo, en la que los ojos de muchas mujeres de Uganda estarán pendientes del futuro de sus cinco mujeres piloto, y más concretamente de Vernita y Tina, pioneras a la hora de ponerse a los mandos de un Airbus A330.
Es un pequeño avance en la historia del país, una gota de agua en un inmenso mar de injusticias y discriminación, pero en definitiva un paso en la dirección correcta.
Por ello queríamos dedicar este post a una humilde compañía aérea como Uganda Airlines, que no se creó para dilapidar dinero público, sino más bien para invertir capital destinado a mejorar las condiciones económicas del país.
Esperamos que tengan mucha suerte en esta nueva andadura, y que el ejemplo de Vernita y Tina sirva para animar a otras mujeres a entrar en el mundo aeronáutico, lo cual sería una excelente noticia para todos.
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