EASYJET ATERRIZA DE EMERGENCIA CON COPILOTO INCONSCIENTE

Parece una de esas ironías que en algunas ocasiones se presentan en la vida, pero en este caso no es así. EasyJet es la primera compañía aérea que reconoce, al menos de manera implícita, el gravísimo problema que está suponiendo la filtración de vapores tóxicos dentro de las cabinas de los aviones comerciales de pasajeros.

Hace tan solo un par de meses nos sorprendía a todos al anunciar su disposición a instalar filtros de seguridad en las salidas y entradas de aire de todas las aeronaves que componen su flota, dando el primer paso hacia delante en este sentido entre todas las aerolíneas europeas.

EasyJet quería que durante el próximo año sus aviones contasen con este medio de seguridad, precisamente para evitar situaciones como la que tuvo que vivir hace poco más de una semana mientras operaba la ruta entre Palma de Mallorca y Londres.

De todas formas, y tal y como os vamos a explicar a continuación, parece que supuestamente no se ha contado toda la verdad sobre esta grave incidencia.

Los hechos

El pasado Miércoles 4 de Octubre el avión perteneciente a la compañía inglesa EasyJet, matrícula G-EZNC y modelo Airbus A319-100, se encontraba a 11.000 metros de altura y a una distancia aproximada de 200 km al suroeste de París, cuando el piloto al mando decidió declararse en emergencia y aterrizar en el aeropuerto Charles de Gaulle de la capital francesa.

Las razones que lo llevaron a tomar esta decisión fue la indisposición repentina del primer oficial (copiloto), el cual comunicó que estaba sufriendo problemas para poder respirar y mantenerse consciente.

En el corto espacio de tiempo de unos pocos minutos, varios pasajeros empezaron a experimentar los mismos síntomas, llegando incluso a presentar vómitos y un gran malestar general, que finalmente acabó también por afectar a un miembro de la tripulación de cabina que requirió de asistencia médica urgente.

El piloto al mando, capitán de la aeronave, pudo aterrizar el avión en el aeropuerto parisino, mientras su compañero recibía oxígeno dentro de la misma cabina a través de uno de los dispositivos portátiles que se llevan a bordo para ayudar en este tipo de situaciones.

Mientras todos los pasajeros afectados, incluído el propio miembro de la tripulación, recibieron la correspondiente asistencia médica en el aeropuerto y no requirieron de mayores atenciones, el primer oficial tuvo que ser trasladado en ambulancia al hospital más cercano, dado que sus síntomas revestían de una mayor gravedad.

EasyJet reconocía ayer mismo, 15 de Octubre, al diario Sunday Times que se había producido una fuga de líquido hidráulico y que probablemente esta era la razón por la cual se habían filtrado vapores tóxicos dentro de la cabina.

El avión permaneció 3 días en París mientras se procedía a su revisión, volando posteriormente a su base en el aeropuerto de Londres Gatwick, donde permaneció otro día más antes de reanudar sus operaciones.

¿Es esto lo que realmente pasó?

En principio, en Turama no tenemos razones para pensar que esta incidencia fue debida a causas distintas a las que se han hecho públicas, pero sí tenemos que reconocer que nos mostramos algo escépticos con algunas preguntas que han quedado sin contestación y que siguen inundando de dudas a algunas partes del sector aéreo.

Nos llama muy poderosamente la atención el que ninguna de las personas que estaban en ese momento dentro del avión afectado no hubiesen hecho mención a ningún tipo de olor.

Si bien es cierto que se han dado múltiples casos similares al que nos ocupa, en los que varios pasajeros y tripulantes se han mostrado indispuestos llegando incluso a perder el conocimiento, sin percibirse ningún olor especial dentro de la cabina, si la razón de la filtración fue una pérdida de líquido hidráulico parece razonable pensar que debería haberse detectado el mismo con bastante antelación.

Cuando esta sustancia química, Skydrol LD4 o Hyjet IV, llega a contactar con los conductos de alimentación de aire, suele desprender un hedor bastante típico que una azafata de un vuelo de Lufthansa definió perfectamente como a «calcetines sucios y mojados».

Los organo fosfatos que contienen estas sustancias actúan rápidamente sobre el sistema respiratorio y el nervioso, provocando síntomas muy parecidos a los que describen aquellos que resultaron afectados en el vuelo de EasyJet.

La única forma de certificar que, efectivamente, la causa del malestar y pérdida de consciencia deriva de la presencia de estos componentes en el ambiente, es realizar el correspondiente análisis de sangre, al cual entendemos fue sometido el copiloto de dicho vuelo pero sin que hayan transcendido los resultados a día de hoy.

Es curioso el observar cómo sólo determinados pasajeros, una tripulante de cabina y el propio copiloto se mostraron afectados por la supuesta filtración de vapores, no presentando ningún tipo de síntoma el resto del pasaje.

Esto nos recuerda demasiado a los conocidos efectos de la hipoxia por altitud, que reconocerán fácilmente todos aquellos aficionados a la escalada, en los que la disminución de oxígeno por la altura causa una gran variedad de problemas a determinadas personas más propensas a ello, y a otras ni siquiera llega a molestar en ningún momento.

¿Podríamos estar quizás ante una incidencia derivada de la despresurización de la cabina?. Teóricamente en ese hipotético caso tendría que haber saltado la alarma correspondiente, la cual debería activarse al llegar a los 10.000 pies de altitud de cabina, pero considerando que tampoco se detectó la supuesta filtración de hidráulico, no es posible descartar totalmente este supuesto.

Quizás el capitán hizo uso inmediatamente de su mascarilla de oxígeno en cuanto el primer oficial le comunicó sus síntomas, maniobra esta que pudo haber evitado que este vuelo acabase de manera trágica.

En todo caso, EasyJet nunca se ha escondido a la hora de reconocer todas las incidencias que ha tenido derivadas de la filtración de vapores tóxicos dentro de las cabinas de sus aviones, por lo que sería bueno que aclarase si los análisis realizados al primer oficial confirman, o no, esta hipótesis.

La gran mentira

Todas las compañías aéreas llevan muchos años evitando hablar y hacer cualquier tipo de referencia sobre las filtraciones de vapores tóxicos dentro de las cabinas de los aviones comerciales de pasajeros.

Muchas veces se achaca al jetlag, o a los efectos de la presurización de las cabinas de los aviones, síntomas parecidos a los de una gripe y que afectan a miles de pasajeros en todo el mundo, cuando en realidad se trata de los consecuencias directas derivadas de la exposición a sustancias químicas en el aire provinientes de los motores de dichos aviones.

Es curioso, y a la vez alarmente, ver como los principales afectados, que son los profesionales que pasan gran cantidad de horas volando, se niegan en muchas ocasiones a reconocer este tipo de hechos, los cuales están saliendo a la luz poco a poco cada año.

En este vídeo grabado hace pocas fechas se puede ver a una azafata de Angara Airlines explicando a unos pasajeros que la presencia de humo dentro de la cabina de su avión era totalmente normal, ya que era lo que ocurría siempre cuando se encendían los motores. Puedes ver el vídeo aquí.

Es obvio el recordar que la presencia de humo dentro de la cabina de un avión, así como la de olores que no se correspondan con la existencia de alimentos y bebidas calientes a bordo, no sólo no es normal, sino que es una señal evidente de que algo no va bien.

EasyJet ha sido la primera en comprometerse para intentar minimizar los efectos de este tipo de vapores, instalando filtros de seguridad, muchas semanas antes de la ocurrencia de este hecho.

Sin embargo, aunque de manera menos clara, constructores como Boeing ya están haciendo las modificaciones necesarias para que los conductos de aire en sus nuevos modelos no se puedan ver afectados por la presencia de partículas provenientes de los motores, y en el modelo 787 Dreamliner es posible disponer de conducciones independientes que impiden este tipo de hechos.

Mientras cada día se levantan más voces para denunciar este problema, aunque ya se han celebrado numeroros juicios relacionados con el mismo en EEUU y Europa, otras siguen empeñadas en tapar el mismo y solucionarlo de manera interna, sin que llegue de forma alguna ni al pasajero, ni a los medios de comunicación.

Esa es precisamente la lucha que mantienen los familiares de Richard Westgate, piloto inglés de British Airways, que fallecía a los 43 años después de desarrollar una enfermedad que supuestamente está ligada a la exposición prolongada a este tipo de agentes químicos dentro de los aviones.

Conclusión

En Turama hemos venido hablando sobre este problema desde hace mucho tiempo, a veces ante la incredulidad de algunos lectores que no dan crédito a la información que hacíamos llegar.

Durante este Verano también hemos hecho referencia a la gran cantidad de incidencias que se habían comunicado desde la aerolínea alemana Lufthansa, incluso desde Easyjet, en las que se aludía a este tipo de situaciones, lo cual es de agradecer si queremos de una vez por todas reconocer algo que ocurre de manera casi diaria en aviones de todo el mundo.

Parece lógico y razonable que flotas tan importantes como las de Lufthansa y EasyJet comuniquen más incidencias de este tipo que el resto, precisamente por su gran cantidad de aeronaves, y a la vez es sospechoso y preocupante que otros gigantes de la talla de Ryanair sólo hayan pasado una desde el año 2016, lo cual a nuestro juicio sólo demuestra el afán por intentar ocultar siempre los hechos y no propiciar reclamaciones de los pasajeros.

En todo caso, ante la avalancha de hechos de esta índole ya no es posible seguir mirando hacia otro sitio. EasyJet ya ha dado el primer paso y queremos suponer y esperamos que otras le sigan lo antes posible.

No podemos esperar a la llegada de nuevos modelos de aviones, que todavía tardarán varios años, para eliminar este riesgo de los vuelos comerciales de pasajeros, por lo que se hace imprescindible que se tomen cartas en el asunto de manera urgente.

En el caso que os hemos relatado hoy, no se lamentaron daños mayores ya que el piloto al mando no resultó indispuesto y pudo aterrizar el avión sin problemas. Si ambos pilotos hubiesen presentado los mismos síntomas, ahora estaríamos hablando de un peligroso incidente que habría afectado a un avión comercial volando con sus dos pilotos incapacitados.

En el caso de que no los hubiéseis leído con anterioridad, os dejamos los enlaces de los artículos que publicamos durante el Verano relativos a la presencia de vapores tóxicos dentro de las cabinas de pasajeros de aviones comerciales, en los cuales explicamos con claridad qué los provoca y sus consecuencias.

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