Lo llevamos diciendo desde antes del Verano, a pesar de todos los «atentos» mensajes públicos y privados que hemos recibido en Turama, sugiriéndonos no dar más publicidad al asunto. Quizás algunos todavía no han entendido que vamos a seguir comentando y denunciando públicamente todo aquello que creamos sea suceptible de hacerse, y no nos importa si se trata de aerolíneas grandes o pequeñas, lowcost o full service.

Fueron los pilotos franceses de EasyJet, no nosotros, los que han denunciado hace tan solo unos días que la compañía estaba planificando muchos más vuelos de los que era posible operar, y con ello poniendo en peligro la seguridad de los pasajeros y la tripulación de sus aviones.

El sindicato francés ha manifestado que sus pilotos son obligados a volar más horas de las que tienen asignadas como máximo, y si se niegan a hacerlas son convocados en las instalaciones del aeropuerto inglés de Luton, en donde afirman sufrir intimidaciones por parte de la aerolínea.

Según las manifestaciones de Arnaud Wiplier, presidente de la sección sindical francesa de EasyJet, «se ha cruzado una línea roja. La compañía tiene unos ojos más grandes que su estómago; las planificaciones no son posibles».

En la entrevista mantenida por Wiplier con el diario francés Le Figaro, este afirmaba que «la aerolínea ha planificado demasiados vuelos para el Verano, especialmente los fines de semana, cuando las posibilidades de encontrarse con una cancelación son hasta 8 veces mayores».

Tal y como indica el máximo responsable del Syndicat National des Pilotes de Ligne (SNPL), «si un avión tiene que hacer 6 vuelos al día, el último de todos sufrirá un enorme retraso, o será directamente cancelado».

Esta situación nos recuerda mucho a lo acontecido durante el Verano del 2016 con la aerolínea española Vueling, la cual también sufrió un caos operacional que casi acaba con la retirada de su licencia de operador aéreo

En el caso de Vueling, la pésima programación realizada, queriendo abarcar mucho más de lo que se podía realmente operar, llevó a una situación límite a la compañía que finamente tuvo que ayudarse de otras operadoras para poder seguir cumpliendo los servicios pactados, dejando un reguero de cancelaciones histórico.

Sin embargo, este año Vueling ha renunciado a su propio crecimiento y ha eliminado parte de sus rutas en el Reino Unido, con el fin de centrarse durante el Verano en la operativa en nuestro país y evitar situaciones como las vividas el pasado año.

De esta manera, la aerolínea española ha perdido un -4,6% de asientos, quedándose en números relativos al mes de Agosto, en una capacidad de 3.786.136 asientos. Por otro lado, EasyJet ha crecido un 7,9% en su número de asientos, registrando un total de 8.560.626 para el mismo período.

Con estas cifras, la aerolínea inglesa se sitúa en la segunda posición europea por capacidad, sólo por detrás de la todo poderosa Ryanair y sus impresionantes 13.054.444 asientos.

Las proclamas públicas de EasyJet anunciando su intención de contratar a miles de TCP y unos cuantos cientos de pilotos, junto con el interés demostrado por hacerse con los restos de Alitalia, en primer lugar, y posteriormente con los de Air Berlin, chocan frontalmente con las situaciones de caos que han ido sembrando por toda Europa durante lo que llevamos de Verano.

En Turama ya nos hicimos eco de lo que estaba pasando en EasyJet en este artículo (aquí), y el tiempo no ha hecho más que darnos la razón.

De hecho, la British Airline Pilots Association acaba de comunicar públicamente que un número inadecuado de pilotos en algunas aerolíneas puede contribuir a crear niveles peligrosos de fatiga, con el incremento paralelo de casos de agotamiento derivados del descanso inadecuado y las rotaciones interminables.

Esto último ha quedado más que demostrado durante este Verano, donde casos totalmente inexplicables de pilotos que han estado a punto de aterrizar en una calle de rodaje, en vez de la pista correspondiente, retraído flaps al despegue, en vez del tren de aterrizaje, o han volado durante horas sin acordarse de replegar el mismo, confirman que quizás se esté exigiendo a este colectivo de profesionales unos niveles de cumplimiento totalmente irreales.

En su momento, mucho antes de llegar a esta situación, en Turama ya nos preguntamos si esta tendencia acabaría provocando un accidente aéreo grave en la Unión Europea. Puedes leerlo aquí.

La cuestión es que en los últimos 30 días EasyJet mantiene su lucha con la noruega Wideroe para coronarse con nuestro título a la «aerolínea más torpe del Verano». 

Mientras la compañía de los países nórdicos registra en el último mes una cifra de 353 cancelaciones y 872 retrasos, EasyJet no se queda atrás con sus 347 cancelaciones y una cifra récord de 20.284 retrasos, que equivale prácticamente a la suma de todos los sufridos por las 5 aerolíneas bandera más importantes de Europa.

El problema real de EasyJet no es sólo la grandísima cantidad de anulaciones y retrasos, sino los auténticos escándalos y caos que lleva provocando en aeropuertos de toda Europa desde el comienzo de la temporada estival.

En Turama ya nos hicimos eco de lo ocurrido el día 8 de Junio en el aeropuerto de Málaga, cuando un grupo de pasajeros a los que ya se les había cancelado el vuelo previamente por motivos «técnicos», fueron embarcados 2 días después (!!!) en el mismo avión sólo para confirmar que uno de los dos motores seguía presentando problemas.

Según las manifestaciones de TODOS los pasajeros, que ha intentado desmentir la aerolínea, el piloto al mando comunicó la nueva incidencia dentro de la cabina del aparato, indicando que las probabilidades de sufrir un apagado de motor en el vuelo de vuelta al Reino Unido eran de un 50%, por lo que solicitó una votación a mano alzada para comprobar quién optaba por realizar el vuelo y quién no.

Estos días también ha saltado a todos los medios de comunicación la noticia del puñetazo que un empleado del aeropuerto de Niza propinó a un pasajero de EasyJet, que se estaba quejando por las 13 horas de retraso que llevaba acumuladas su vuelo.

El pasajero agredido llevaba en ese momento en sus brazos a un bebé de pocos meses.

Este asunto provocó la intervención de la aerolínea para aclarar que el agresor no era empleado suyo, sino de la empresa de asistencia Samsic. En cuanto al retraso que originó la trifulca y que mantuvo durante casi 14 horas al grupo de pasajeros afectados recluído en una zona del aeropuerto, sin información ni ningún tipo de asistencia o ayuda, la compañía inglesa no dijo absolutamente nada.

Más recientemente, este mismo fin de semana, EasyJet procedió a la cancelación de 5 vuelos en el aeropuerto de Manchester, dejando tirados a más de 1.000 pasajeros que ya habían pasado las zonas de control.

Según manifestaciones de los afectados, en concreto de la pasajera alemana Kerstin Heuer, la compañía canceló los vuelos sin dar ningún tipo de explicación al respecto. Ningún empleado o representante de la aerolínea se presentó en el aeropuerto para hablar con los afectados, y estos tuvieron que esperar 4 horas más al tener que ser escoltados por las fuerzas de seguridad, en lo que el responsable del aeropuerto calificó como un «acto protocolario», ya que ya habían pasado los controles preceptivos.

Lo que más ha molestado a todos los pasajeros afectados es que después de haber tenido que buscar por su propia cuenta un lugar para poder alojarse, así como la comida y bebida que tendría que haber proporcionado la aerolínea inglesa, recibieron un mensaje de EasyJet indicando que no había sido posible encontrar hoteles para poder acomodarlos.

Así mismo, también se ha denunciado que la línea de atención al cliente no estaba operativa y todos los empleados de la compañía en el aeropuerto «desaparecieron» misteriosamente.

Curiosamente, han sido las aerolíneas que más han presumido de su crecimiento y grandes planes de futuro, las que han provocado más problemas hasta ahora.

Lufthansa ha publicado hace unos días su balance económico de la temporada, en el que se registra el mayor beneficio económico de la aerolínea en toda su historia. Sin embargo, los problemas que ha generado en toda Europa, principalmente en el aeropuerto de Frankfurt, con su elevado número de cancelaciones y retrasos la han colocado en el centro de todas las miradas en su país.

La razón de esta situación es que no cabe entender cómo una de las compañías aéreas con mejor reputación de toda Europa, y de las más importantes del mundo, presenta unos números operativos similares a los que está obteniendo AirBerlin, que acaba de declararse en quiebra.

Otra compañía de la cual nunca nos cansaremos de decir que pretende abarcar mucho más de que realmente puede operar es Norwegian.

Hoy mismo la aerolínea Noruega sacaba pecho una vez más al presentar sus nuevas rutas a EEUU, pero no decía nada de los cientos de vuelos que está subcontratando con compañías del Este de Europa, con flotas de aviones cercanas a los 30 años, o más, de antigüedad.

De esta manera, Norwegian mete a sus pasajeros en aviones de aerolíneas de segunda categoría, las cuales operan sus rutas por un valor económico inferior de lo que le costaría a la compañía noruega.

Repitiendo el mismo ejemplo que pusimos en su día, es como si se reserva una habitación en un hotel de 4 estrellas, pagando el importe correspondiente, pero luego el cliente es enviado a dormir a una pensión.

Tal y como venimos anunciando en Turama desde hace meses, el panorama aéreo actual presenta una burbuja que está a punto de estallar en la cara de todos los usuarios.

En tan sólo unos días se ha comunicado la quiebra técnica de AirBerlin y la de la compañía bandera sudafricana South African Airways. En unos pocos meses conoceremos qué pasa finalmente con Alitalia, en proceso de venta y desintegración.

La semana pasada la antaño modelo y símbolo de toda una generación de compañías aéreas, Cathay Pacific, declaraba las enormes pérdidas económicas que está sufriendo y que la han colocado al límite.

En tan solo 6 meses, Cathay ha acumulado pérdidas superiores al 1,5 billones de dólares, lo que la dejan en la cuerda floja.

Mientras British Airways sigue sufriendo las huelgas de sus tripulantes de cabina, además de graves problemas informáticos, ahora también se suman los nuevos paros anunciados por los empleados de Air France, en protesta por la creación de la nueva aerolínea Joon.

Iberia ultima los detalles de su tercer ERE, que llevará a la calle a más de 1.000 empleados, mientras permite que Level le siga comiendo el terreno.

Emirates y Etihad también han anunciado pérdidas importantes, lo que ha llevado a la primera a no poder repartir diviendos, cosa que nunca antes en su historia había ocurrido.

Como vemos, el fin del Verano 2017 va a ser más que movido, y ya prefiremos no pensar con lo que puede pasar a finales de año, principios de 2018.

Sin duda, ha llegado el fin de una era para todas las compañías aéreas.

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