El sector aéreo vaticina un importante número de sinergias en 2021
La unión entre EasyJet y Wizzair podría llevarlas a ocupar el segundo lugar en el mercado europeo, sólo por detrás del grupo Lufthansa.
Llegamos a fin de año y como es ya tradicional comienzan los vaticinios sobre lo que nos podemos encontrar durante el próximo 2021.
Ayer mismo se filtraba en los EEUU una noticia que hacía referencia a la posible quiebra de una compañía aérea norteamericana en 2021, y la fusión entre otras dos conocidas aerolíneas nacionales.
Pero en lo que a Europa se refiere, llaman especialmente la atención las declaraciones del máximo responsable de Ryanair, Michael O´Leary, asumiendo la posibilidad de un pacto entre EasyJet y Wizzair de cara al futuro más próximo.
Y no es que O´Leary no nos tenga ya acostumbrados a este tipo de titulares, sino que en esta ocasión su opinión ha sido refrendada por Carsten Spohr, CEO de Lufthansa y bastante menos dado a hacer comentarios de esta naturaleza.
Lo cierto es que el mercado europeo presenta una importante sobresaturación en el número de aerolíneas operando en la actualidad, una situación que aún antes de la pandemia parecía muy poco sostenible en el tiempo.
Se trata de un problema que en los EEUU ya se produjo hace unos cuantos años, y que llevó a la consolidación del mercado a través de 5 grandes aerolíneas.
Considerando la posibilidad de que Europa siga el mismo camino, parece obvio que a día de hoy ya hay 4 firmes candidatas a ocupar esas posiciones de privilegio, que serían el grupo Lufthansa, el grupo IAG, el grupo Air France/KLM, y Ryanair.
Esto deja una posición vacante que podría ser ocupada temporalmente por EasyJet, pero el fuerte crecimiento y desarrollo de Wizzair amenazan con un sorpasso a la inglesa.
Wizzair fue la compañía aérea que retomó de manera más agresiva las operaciones, tras los meses de cuarentena.
Después de dos años creciendo a un ritmo del 20.2% en 2018, y del 14.4% en 2019, la húngara no quiso perder la oportunidad de intentar recuperar el tiempo perdido.
Sin embargo, las expectativas no llegaron a cumplirse, y el distópico Verano volvió a encumbrar una vez más a Ryanair, obligando a Wizzair a reducir considerablemente el número de vuelos previstos.
Por su parte, Easyjet disfrutó de un Verano mínimamente aceptable, considerando la pésima situación general, pero tras su conclusión se ha ido evaporando hasta casi desaparecer del mapa durante el mes de Noviembre pasado.
La lowcost inglesa habla de una deuda cercana a los 800 millones de euros, y una reducción de capacidad en torno al -75%.
Wizzair domina con claridad el mercado en Europa del Este, e incluso se ha atrevido a asaltar Oriente Medio a través de su filial Wizzair Abu Dhabi, que de momento cuenta con dos aeronaves del modelo Airbus A321neo.
Sin embargo, se ha encontrado con diversos problemas en el resto de Europa, donde muchos países no aceptan la manera de trabajar de la húngara.
El último de ellos ha sido Noruega, que exige a Wizzair implementar los mismos beneficios sociales que el resto de aerolíneas que operan en el país tienen con sus empleados.
Recordemos que Wizzair no reconoce a ningún sindicato de trabajadores, igual que hacía Ryanair hasta el 2017, algo que ha tenido que modificar para poder acceder al mercado noruego.
Ahora, en otros muchos países en los que tiene una base establecida, se comienzan a reclamar los mismos derechos, una situación que pondría a Wizzair contra la espada y la pared.
Por otro lado están los temas tributarios, fiscales, y de contratación, que no hacen demasiada gracia a los gobiernos de Europa Occidental.
Wizzair contrata a través de una empresa húngara, pero paga a través de Suiza, beneficiándose de ambos reglamentos fiscales.
Igual que ocurrió con Ryanair, si Wizzair quiere penetrar en el mercado de Europa Occidental, va a tener que hacer cambios internos muy importantes, lo que modificaría por completo su estructura y por supuesto sus costes y margen de beneficios.
Easyjet se maneja con soltura precisamente en ese mercado que ahora desea Wizzair, pero por contra no ha podido conquistar de momento el de la húngara.
La lowcost inglesa asume unos costes operacionales elevados, que en una situación normal le permitirían seguir ganando dinero, pero no en la actual.
Las dos compañías tienen flotas de aeronaves compuestas exclusivamente por modelos de Airbus, algo que facilitaría cualquier tipo de colaboración entre ambas.
Visto desde fuera, parecen dos piezas de un puzzle que podrían llegar a encajar a la perfección.
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