Los EEUU quieren convertir al mundialmente famoso Air Force One en un avión que pueda superar con facilidad la barrera del sonido.
En estos momentos hay dos empresas distintas trabajando en sendos proyectos para dotar al país norteamericano de un nuevo modelo de aeronave presidencial, la cual sustituiría al Boeing 747 utilizado habitualmente en los desplazamientos de su máximo mandatario, y que ya se ha convertido en uno de los símbolos más reconocidos de la Administración USA.
Por un lado se encuentra Exosonic, que trabaja desde hace años en el desarrollo de un aparato comercial de 70 asientos que podría volar a una velocidad de Mach 1.8.
La principal característica de este avión, a diferencia con otros modelos supersónicos más antiguos como el Concorde, es que estaría habilitado para poder superar la barrera del sonido no sólo mientras sobrevuele el mar, sino también por encima de zonas pobladas sobre tierra.
Su diseño amortiguaría el boom sónico que se puede escuchar cuando un avión supera la velocidad del sonido, el cual no sólo es realmente atronador y molesto, sino que incluso puede llegar a provocar importantes daños materiales.
El aparato de Exosonic tendría un alcance aproximado de 9.200 km, más que suficiente para completar las rutas aéreas habituales que opera el avión presidencial.
Esta misma semana se anunciaba la concesión de un contrato especial por parte de la USAF y también del Executive Airlift Directorate a Exosonic, con el fin de ayudar a la empresa a desarrollar un prototipo operativo lo antes posible.
El segundo proyecto corresponde a Hermeus, empresa con sede en Atlanta que ya ha probado con éxito un prototipo hipersónico el pasado mes de Febrero.
Según sus responsables, la aeronave en pruebas de Hermeus ha podido volar a velocidades superiores a las alcanzadas por el mítico SR-71, un aparato militar utilizado para el reconocimiento estratégico capaz de superar los 3.500 km/h.
Sin embargo, su idea para el nuevo avión civil es muy diferente a la de Exosonic, ya que se propone una cabina con capacidad sólo para 20 pasajeros, volando a Mach 5.0.
De esta manera, la ruta entre Nueva York y Londres se completaría en apenas 90 minutos.
Ambas compañías cuentan ya con sendos contratos firmados con la Administración Trump para completar los trabajos de diseño y construcción de sus respectivos aviones, una labor que se indica todavía puede demorarse durante dos años más.
En todo caso, la decisión tomada para proceder a la sustitución del avión presidencial norteamericano parece firme
Esta noticia llega justo en el momento en el que la canciller alemana, Angela Merkel, presentaba al mundo su nuevo medio de transporte aéreo, un novísimo Airbus A350 dotado con todas las mejoras tecnológicas actuales, y que viene a sustituir a los A340 utilizados hasta ahora.
El susto que se llevó Merkel en el año 2018 cuando se vio obligada a realizar un aterrizaje de emergencia mientras viajaba a bordo de su anterior avión presidencial, acabó justificando la compra de tres Airbus A350 que serán utilizados por miembros del ejecutivo germano a partir de ahora.
Otro de los aviones más lujosos puestos a disposición de un presidente nacional es el Boeing 787 «Dreamliner» de México, que permanecía aparcado en un hangar de California tras la renuncia a utilizarlo por parte de López Obrador.
Según las últimas informaciones recibidas, el aparato será finalmente adquirido por un comprador civil anónimo, el cual ya habría adelantado un primer pago como garantía de la operación.
Nuestro país tampoco se escapa a las críticas en este aspecto, ya que el Dassault Falcon utilizado por el Presidente Sánchez ha sido portada de numerosos diarios desde su llegada al Palacio de la Moncloa.
Al mandatario español se le acusa de un excesivo uso de este aparato en rutas en las que existen otros medios de transporte alternativos, mientras mantiene al mismo tiempo un discurso basado en la ecología, reducción de la contaminación y respeto al medioambiente.