El Gobierno se ríe de Canarias, y Canarias se calla

Sólo con observar detenidamente la secuencia de noticias de estos últimos meses del año, relacionadas con los efectos de la quiebra de Thomas Cook en las Islas Canarias y las medidas que en un principio se iban a aprobar para intentar paliar lo ocurrido, dejan a cualquiera un tanto descolocado.

De esta manera, en Octubre se anunciaban a bombo y platillo 15 millones de Euros para «potenciar la conectividad aérea y la promoción turística».

Pero el pasado 3 de Diciembre, todo lo hablado se diluía en agua, al bloquear el propio Ejecutivo la ayuda económica que había anunciado meses antes, y además anularse la propuesta realizada desde las Islas para la liberalización de su espacio aéreo, perdiendo además el 100% de las tasas aéreas durante un año y el 50% de las cuotas de la Seguridad Social.

Rizando el rizo, sólo 20 días después, se volvía a anunciar la entrega de 15 millones de euros para «reflotar el turismo», que se destinarán a conceptos tan abstractos como «la digitalización del sector», o la «diversificación de productos y segmentos».

En definitiva, un reguero de millones para empresas no necesariamente de Canarias, que elaborarán sesudos informes «ad hoc» por los que cobrarán ingentes cantidades de dinero, que como siempre acabarán en las papeleras de todos los despachos por los que pasen, después de justificar las correspondientes facturas para su abono.

Pero, quizás, lo que más duela y fastidie de este cachondeo sin fin en el que se ha convertido el sector turístico en nuestro país (el primero por su aportación al PIB) y particularmente en las Islas, son las declaraciones de la propia Ministra en funciones, Reyes Maroto, y del Presidente del Gobierno de Canarias, Angel Víctor Torres.

La aprobación de medidas urgentes fue una gesta heroica por parte del Gobierno en funciones. Reyes Maroto.

Mientras se conocían desde hace años las dificultades económicas por las que estaba atravesando Thomas Cook, e incluso desde Turama apuntamos en Mayo que dudábamos de que el touroperador británico llegase al Verano, desde instancias oficiales en ningún momento se movió un solo dedo ni para ponerse al tanto de la situación y el problema que se veía venir de lejos, ni para tomar medidas que minimizasen los efectos de una más que probable quiebra inminente.

Igual que las avestruces, se metió deliberadamente la cabeza en la tierra para no tener que ver lo que estaba pasando, y ahora se califica de «gesta heroica» la aprobación de paquetes de ayudas que ya no arreglan nada, no son suficientes, y no cambian el modelo caduco de turismo en las islas.

El Gobierno de Canarias actuó con rapidez para devolver a todos los turistas afectados a sus países de origen. Angel Víctor Torres.

Fue el propio Gobierno Británico el que, justo en el momento en el que se conocía la noticia del cierre de Thomas Cook, diseñaba, aprobaba y dotaba económicamente el mayor plan de evacuación realizado en tiempos de paz después de la II Guerra Mundial.

Con un coste aproximado de 150 millones de libras esterlinas, más de 40 aviones y un total de 150.000 pasajeros evacuados, fue el Reino Unido quien se encargó de devolver a su país a todos los ciudadanos afectados por el cierre de Thomas Cook.

No sólo esto, ante la falta de información por parte del propio Gobierno Canario, así como del central, fueron muchos los establecimientos hoteleros que intentaron impedir la salida de los turistas, reclamándoles directamente el importe de su estancia, provocando situaciones caóticas que en ocasiones acabaron de manera violenta.

Los paquetes de medidas aprobados permitirán a Canarias definir un modelo turístico más resilente frente a futuras crisis. Reyes Maroto.

Todas las medidas adoptadas después del quiebre de Thomas Cook, entre las que se encuentran una línea de crédito de 200 millones para paliar los impagos (sólo una cadena hotelera tiene ya deudas por el 25% de esta cantidad), ó 500 millones para «proyectos turísticos», perpetúan en el tiempo un modelo turístico que cada vez trae mayor pobreza y precaridad a las Islas, tanto a Canarias, como a Baleares.

Con una tasa de desempleo del 21,5% (datos EPA 2019) Canarias sigue en los puestos de cabeza en número de parados a nivel nacional, atrapada en un sistema de oferta de bajo coste basado casi en exclusiva en el sol, la playa, y la cerveza.

Millones y millones y más millones que van a parar a los de siempre, para que sigan haciendo lo que siempre han hecho y tan buen resultado les ha traído.

Mientras a un ciudadano ingés, o alemán para el mismo caso, le resulte más barato viajar a las Islas Canarias que a uno español, seguiremos diciendo que las cosas no sólo se han hecho rematadamente mal en el pasado, sino que seguirán rematadamente mal también en el futuro.

Canarias calla y asume su papel de «patio de colegio» para los turistas que llegan del resto de Europa, mientras que sus dirigentes locales, así como los nacionales, sacan pecho después de haber metido la pata hasta el cuello.

¿Y qué pasará en 2020?, pues que algunos se forrarán a base de «ayudas» e «inyecciones económicas», las cuales pasarán posteriormente a invertir en destinos del Norte de Africa, o Este de Europa, y si no, al tiempo…

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