«Deberías de poder saber exactamente el coste total de tus billetes, mientras haces comparaciones entre distintas compañías aéreas, para comprar el que mejor se ajuste a tus necesidades».
Estas fueron las palabras del presidente de los EEUU, Joe Biden, durante la presentación ante los medios de comunicación de una nueva iniciativa implementada por el Departamento de Transportes estadounidense.
Este organismo gubernamental detectó un importante crecimiento en el número de reservas que los internautas hacen directamente a través de las distintas webs de las aerolíneas.
La razón que explicaría este cambio de comportamiento en el mercado, sería el tremendo fiasco vivido por muchos usuarios durante la pandemia, tras haber adquirido sus billetes de avión a través de distintas plataformas online.
En el momento en el que comenzaron a llover la cancelaciones de vuelos, estas páginas web dedicadas en exclusiva a la venta de tickets aéreos, se vieron incapaces de manejar el gigantesco volumen de reclamaciones.
Muchos perjudicados acabaron perdiendo los reembolsos que les correspondían, debido a la tramitación defectuosa de sus expedientes, por lo que tomaron la decisión de hacer las reservas directamente en las páginas web de las compañías aéreas, o a través de agencias de viajes.
De acuerdo con los resultados de un informe elaborado por la consultora aérea Idea Works Company, parece que esta última opción ha molestado a algunas aerolíneas, las cuales preferirían canalizar sus ventas evitando intermediarios.
American Airlines, considerada la aerolínea más grande del mundo, asegura que las agencias de viajes no venden tantos servicios extra (ancillaries) como la propia compañía, lo que les resta beneficios.
Actualmente, en el sector aéreo estadounidense, el 22,2% de sus ganancias provienen de la venta de este tipo de extras, habiendo aumentado dicho porcentaje desde el 16,1% que se registraba en el año 2019.
La estrategia comercial que siguen las aerolíneas consiste en ofrecer precios más bajos que los de la competencia, pero sin especificar las tasas, cargos, comisiones y servicios asociados a ellos.
De este modo, un internauta puede verse atraído por una tarifa en concreto, la cual variará muy significativamente desde el inicio del proceso de compra hasta el pago final.
Este es el problema que indicaba Joe Biden, aludiendo a la necesidad de que todas las compañías aéreas que operen en el país, especifiquen desde el comienzo del proceso de compra no sólo el precio final de los billetes, sino también los servicios que llevan añadidos.
Según el presidente norteamericano, esta es la única manera de garantizar que los ciudadanos puedan comparar tarifas aéreas online, sin llevarse sorpresas al final.
Aunque la nueva normativa elaborada por el Departamento de Transportes entrará en vigor en breve, lo cierto es que esta reivindicación llega desde la era de la administración Obama.
En su momento, el presidente Obama también había aprobado una normativa pionera con el mismo fin, que finalmente acabó en un rotundo fracaso.
El éxito de esta nueva propuesta, lo comprobaremos durante el próximo año.
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