Entre un buen número de lecciones que nos ha dejado la crisis mundial actual, hay dos que son de especial interés: por un lado, es un auténtico milagro que el ser humano no se haya extinguido, porque es más que evidente que todo lo que hacemos no sólo va en contra de los intereses del planeta en el cual vivimos, sino que además nos perjudica a nosotros mismos muy gravemente.
La segunda de ellas es que da igual que nos encontremos en el medio de una pandemia, con miles de víctimas y millones de contagiados, ante todo y por encima de todo está la política, muy por delante de los intereses sanitarios.
El pasado Martes día 19 de Mayo, por primera vez en la historia un avión procedente de los Emiratos Arabes Unidos tomaba tierra en Israel.
Se trata de un hecho histórico al que no se le ha dado ni la importancia ni la relevancia que realmente tiene, dada la situación que existe entre ambos países, los cuales carecen de relaciones diplomáticas.
Sin embargo, en este caso la necesidad de transportar material sanitario se impuso a decenas de años de ostracismo y multitud de diferencias políticas y religiosas.
Para hacerse una idea del grado de tensión que se respira en la zona, y la cantidad de susceptibilidades que hay que respetar, la compañía aérea Etihad, que tiene base en la ciudad de Abu Dabi, tuvo que utilizar un avión sin ningún tipo de texto escrito en árabe, escudo, logo, bandera, o cualquier otro tipo de inscripción que permitiese identificar su origen, excepto claro está el número de matrícula correspondiente.
A pesar de toda esta retahíla de requerimientos, Etihad se las arregló para fletar un Airbus A330-200 que cumplía con todos ellos.
Dentro de la aeronave se encontraban 14 toneladas de material médico y sanitario, destinadas en exclusiva a ayudar a las autoridades palestinas en su lucha contra la Covid-19.
El propio embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon, se congratulaba tras la llegada del avión de Etihad a Tel Aviv, subiendo un tweet en el que invitaba a Israel y a los Emiratos Arabes Unidos a mejorar las relaciones que existen entre ambos países, prácticamente inexistentes a día de hoy.
Estamos hablando de la zona más caliente del planeta, en la que cualquier error o malentendido puede encender de nuevo la llama que aviva varios conflictos bélicos que parecen no tener fin.
Recordemos que los aviones de Qatar tienen vetado el espacio aéreo de los países vecinos, y están obligados a diseñar rutas más largas de lo normal para evitar sobrevolarlos.
Por su parte, los aviones israelíes tampoco pueden atravesar la Península Arábiga ni el Sultanato de Omán, y tienen que hacer uso de otros corredores para no crear conflictos internacionales.
Y esto sólo en el aire, porque en tierra si exceptuamos los tratados de paz firmados entre Egipto, Jordania e Israel, el resto de naciones que conforman el área de Oriente Medio parecen estar permanentemente con las espadas en alto.
Como decíamos al principio, da igual que nos encontremos ante una situación de emergencia mundial. Incluso en este momento tan delicado de nuestra historia, prevalecen por encima de todo otro tipo de intereses.
El hecho de un aterrizaje que podría haberse convertido en un gesto de cordialidad histórico, desgraciadamente acabó de la peor manera imaginable.
Finalmente, las autoridades palestinas han rechazado la totalidad del cargamento que había llevado el avión de Etihad, alegando que la coordinación de la operación tendría que haberse realizado únicamente con la Autoridad Palestina, y no con Israel.
Según las declaraciones realizados por el responsable nombrado por Palestina «los Emiratos Arabes Unidos no coordinaron el protocolo de llegada y entrega del cargamento sanitario con la Autoridad Palestina, antes de proceder a su envío. Los palestinos nos negamos a convertirnos en un puente para países árabes que quieren intentar normalizar relaciones con Israel».
Es necesario recordar que a pesar de que tanto en la franja de Gaza, como en Cisjordania, existieron hasta 4 aeropuertos (Rafah, Khan Yunis, Ramallah y Jenin), actualmente ninguno de ellos se encuentra operativo, por lo que es necesario tomar tierra dentro de territorio israelí.
Así que de esta manera tan triste y lamentable, concluía un hecho histórico protagonizado por Etihad, cuyo último fin era aliviar la situación de los enfermos de coronavirus palestinos.
Una auténtica lástima que la aviación comercial no haya podido convertirse en este caso en la protagonista del gesto histórico más esperado por todos, que hubiese conseguido relajar los ánimos en la zona, aunque fuese sólo por cuestiones sanitarias y humanitarias, y de manera temporal.
En todo caso, nos quedamos con el detalle de Etihad y los tripulantes de su avión. A pesar de todo, enhorabuena para ellos.