Hoy mismo era el aeropuerto de la ciudad alemana de Múnich el que confirmaba la realización de tests PCR gratuitos a todos los viajeros que aterricen en el mismo, como un sistema de garantizar la seguridad del turismo en el área de Baviera.
Hasta ahora, Múnich estaba ofertando este servicio con un coste de 199 euros por prueba, un precio que limitaba a muchos pasajeros.
De esta manera, son ya dos los aeropuertos alemanes que realizan tests PCR a los pasajeros que deseen someterse a los mismos (parece que de momento no es obligatorio), ya que en Frankfurt y desde el comienzo de la pandemia también existía esta posibilidad con dos tarifas diferentes.
Abonando 59 euros se puede realizar la prueba y obtener los resultados en un plazo que varía entre las seis y las ocho horas. En el caso de querer reducir el tiempo de espera, por 139 euros se puede realizar otro test cuyos resultados se confirman en menos de tres horas.
Por su parte, el aeropuerto londinense de Heathrow podría comenzar en breve las pruebas para convertirse en el primer aeródromo británico que realiza tests PCR a sus pasajeros.
Heathrow ha sido pionero en la implementación de un sistema que permite al usuario no tener que manejar documentos para acceder a sus instalaciones, basado en el reconocimiento facial.
Gracias a esto, el pasajero no necesita presentar ni manipular su tarjeta de embarque ni su pasaporte, lo que reduce muy considerablemente el contacto físico con los empleados de seguridad y de las compañías aéreas.
También ha sido el primer aeropuerto en diseñar robots autónomos de limpieza que ayudan a desinfectar sus instalaciones, con la capacidad de cubrir una superficie de 18.000 metros cuadrados en dos horas y media.
Cada vez hay más aeropuertos europeos que apuestan por la realización de tests PCR masivos a sus pasajeros.
Además de los anteriormente citados, se encuentran el de la ciudad de Viena (Austria), los más destacados de Grecia (aunque en principio están reservados sólo para turistas ingleses), el de Reykjavik (Islandia), el de Estambul (Turquía), y el de Madeira (Portugal).
Mientras tanto en España, segundo país receptor de turismo a nivel mundial, se sigue validando como método de prevención en sus aeropuertos el «control visual» de los pasajeros.
Obviamente, hay que entender que las personas que realizan estos controles visuales para detectar a pasajeros infectados de la Covid19, tienen que tener algún tipo de poder paranormal para desarrollar su labor con eficacia.
Si alguien es capaz de distinguir a simple vista a un pasajero portador del nuevo tipo de coronavirus, frente a otro no infectado, es necesario llamar a las cosas por su nombre y hablar de «videntes».
El desprecio tan grande que se está haciendo al turismo internacional en nuestro país ha llegado a tal extremo, que hoy mismo el coordinador de emergencias, Fernando Simón, agradecía al Reino Unido y a Bélgica que desaconsejen a sus ciudadanos desplazarse hasta España, ya que gracias a esto «es un riesgo que nos quitan».
Al mismo tiempo, desde dos ministerios se está intentando negociar con el ejecutivo británico la relajación de estas normas para determinados destinos.
La medida tomada por el Reino Unido de exigir una cuarentena forzosa a todos los pasajeros que lleguen desde España, se ha traducido automáticamente en la anulación de cientos de miles de reservas correspondientes a turistas británicos.
Durante esta tarde se sumaba a la oleada de cancelaciones el mayorista inglés Jet2, el cual ha cancelado hasta mediados de Agosto todos los paquetes que tenía vendidos en la Costa de Almería, Alicante, Málaga y Murcia.
Todos los pasajeros afectados están siendo reubicados para viajar a destinos alternativos, o en el caso de no aceptar esta propuesta, se les devolverá íntegro el importe abonado por sus vacaciones.
Aunque Jet2 volverá a revisar la situación el próximo 16 de Agosto, en principio parece muy complicado que se vuelvan a vender estos destinos, ya que la desconfianza del consumidor inglés en estos momentos es máxima.
A día de hoy, ni desde el Ministerio de Exteriores, ni desde el de Turismo, se ha conseguido que el Reino Unido elimine la cuarentena para los pasajeros que lleguen desde nuestras Islas, lo que sin duda también castigará con fuerza al sector turístico canario y balear.
Y mientras la Ministra de Asuntos Exteriores lanza un órdago a la cara del ejecutivo británico reuniéndose a solas con el Primer Ministro de Gibraltar, lo que es un auténtico puñetazo en la cara para Boris Jhonson, y por otro lado le está pidiendo clemencia ante el aluvión de cancelaciones que se han recibido en nuestro país durante las últimas 24 horas, nuestro coordinador de emergencias agradece en público al Reino Unido que no nos mande a sus ciudadanos de vacaciones.
Como también somos videntes y tenemos los mismos poderes que los funcionarios de Sanidad Exterior desplazados a nuestros aeropuertos, podemos prever en el futuro más próximo un cataclismo económico de dimensiones nunca vistas con anterioridad.
Eso sí, nosotros no sabemos si darle las gracias por esto a Fernando Simón, a la Ministra de Exteriores o a la de Turismo, o quizás a todos ellos, porque realmente es difícil ser más torpe.
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