Si alguien se ha preguntado cómo es posible que hayamos aumentado el nivel de contagios en un 400% desde el final del estado de alarma, lo ocurrido el día de ayer en La Coruña es el perfecto ejemplo de lo que está sucediendo.
Tal y como hemos repetido hasta la saciedad, por intentar salvar un Verano que estaba perdido de antemano, hemos dejado de nuevo al país al borde del colapso y ante otro más que probable confinamiento generalizado de la población.
Toda esta historia comienza con lo que parece ser el principal problema y preocupación de las autoridades: la liga profesional de fútbol.
Se trata de un campeonato que tendría que haber finalizado en el mismo momento en el que se decretó el estado de alarma, una decisión que no fue tomada por el peso económico que supone la firma de contratos televisivos y las indemnizaciones que una cancelación definitiva habría provocado.
Por supuesto, una finalización prematura de la competición habría perjudicado notablemente al negocio más boyante en la actualidad, las casas de apuestas, que además y casualmente también patrocinan a diversos equipos de fútbol.
Dicho esto, es necesario apuntar que hablamos de uno de los sectores que ha sido más vigilado por los servicios de salud, ya que cada equipo de la primera y segunda división del campeonato nacional tenían que superar, como mínimo, un test PCR a la semana.
De esta manera, el F.C. Fuenlabrada detecta a un jugador positivo de su plantilla el pasado Sábado, tan solo 24 horas después de disputar un partido contra el Elche C.F.
Como es obvio que el circo no puede parar, en vez de proceder al aislamiento de las plantillas del Fuenlabrada y del Elche, algo que sí habría ocurrido si la incidencia se hubiese dado en cualquier otro ámbito laboral o profesional, se procede únicamente a apartar al jugador afectado y a realizar nuevos tests PCR al resto de compañeros, ya que cuando se trata de jugadores de fútbol no hay limitaciones en cuanto al número de pruebas que se consideren oportunas practicar.
El mismo Sábado día 18 de Julio se confirma que no hay más positivos dentro del equipo, sin tener en cuenta todo lo que hemos aprendido de esta pandemia a día de hoy, que nos ha enseñado lo que significa la expresión «período de ventana», o lo que es lo mismo, el tiempo que tiene que transcurrir desde que se produce el contacto con el virus hasta un resultado positivo en la prueba PCR.
Una vez más, el día de ayer toda la plantilla del Fuenlabrada pasa un nuevo test PCR, pero antes de recibir los resultados embarcan a mediodía en un vuelo chárter fletado por la aerolínea Iberia para viajar hasta Coruña.
Ninguna de las nulas, inoperantes y ridículas medidas de prevención sanitaria que se han implementado en nuestros aeropuertos (no vaya a ser que se asusten los turistas) es capaz de detectar que en el avión de Iberia viajan al menos 7 jugadores y 5 miembros del cuerpo técnico infectados.
El equipo llega a la capital herculina y se traslada al hotel Finisterre, único establecimiento de 5 estrellas que existe en la ciudad, en el cual pasan toda la tarde a la espera de que lleguen las 9 de la noche, hora marcada para el comienzo del encuentro que disputaría contra el R.C. Deportivo.
Este hotel dispone de varias piscinas e instalaciones deportivas que son utilizadas a diario por cientos de socios, sobre todo durante la época estival.
Sin embargo, a última hora de la tarde se confirman los resultados positivos de los tests PCR, estallando un caos generalizado que salpica de manera directa a una ciudad que hasta hace 24 horas se había caracterizado por su lucha especialmente exitosa frente al nuevo tipo de coronavirus.
Las consecuencias de toda esta seria de apaños legales se traducen en tener que localizar a todas las personas que hayan podido tener contacto con los miembros de la plantilla del Fuenlabrada en el aeropuerto de Barajas, dentro del avión de Iberia, y en el aeropuerto coruñés de Alvedro, con el fin de proceder a su aislamiento, algo a lo que no se habría tenido que llegar si la misma medida se hubiese aplicado al conjunto madrileño desde el momento en el que se conoció su primer positivo.
Además, ahora también se encuentran en la picota todos los jugadores del Elche F.C., que el pasado Viernes disputaron un partido contra el Fuenlabrada, así como todas las personas que hayan tenido contacto directo con miembros de su plantilla desde dicha fecha.
Mientras tanto, el hotel Finisterre de la Coruña ya ha recibido el correspondiente aluvión de cancelaciones, lo peor que le puede pasar en estos momentos a cualquier empresa que decide abrir sus puertas en medio de la incertidumbre que provoca la Covid19, y se ha visto obligado a albergar un mínimo de 10 días en sus instalaciones a todos los afectados, hipotecando todo lo que le quedaba de temporada de Verano y a la espera de los acontecimientos que puedan surgir durante las próximas fechas.
Viendo lo sucedido y teniendo en cuenta que, como ya dijimos, hablamos de uno de los sectores más protegido y mimado por las autoridades, a nadie puede sorprender que 18.564 personas se hayan contagiado en nuestro país desde el final del estado de alarma, según las cifras oficiales, un dato poco optimista que anuncia lo que nos está a punto de caer encima.