Kulula es una pequeña compañía lowcost propiedad de Comair, la franquicia aérea que British Airways tiene en Sudáfrica.
Actualmente mantiene una flota de 10 aeronaves, todas ellas del modelo Boeing 737, con las que opera vuelos desde el aeropuerto Internacional de Johannesburgo a diversos destinos domésticos y también internacionales, como Isla Mauricio, Zimbabue, Namibia, o Zambia.
Comenzó su andadura en el año 2001, y junto con Mango y FlySafair conforman un trío de aerolíneas de bajo coste que han conseguido dar un vuelco al sector aéreo comercial africano, llegando incluso a poner contra las cuerdas a la antaño todopoderosa South African Airways.
Pero Kulula no sólo se ha ganado el favor de sus pasajeros a base de precios asequibles para poder viajar, sino principalmente por su imagen desenfadada y moderna, en la que el sentido del humor juega un papel primordial.
Kulula significa «es fácil» y de esta manera es como quiere presentarse ante sus clientes, como un modo sencillo y asequible de volar, que además garantiza una experiencia divertida.
Muchos de sus aviones están decorados de una manera original y única en todo el mundo, señalando a lo largo de todo el fuselaje de la aeronave los puestos que ocupan los pilotos, los depósitos de combustible, la tripulación de cabina, o incluso la matrícula del avión, a la que Kulula llama «código de agente secreto».
A sus pasajeros prefiere llamarlos «Kulula fans».
Sin embargo, no todos en Sudáfrica comparten el mismo sentido del humor de Kulula, y en más de una ocasión ha tenido que acudir a los tribunales para defenderse de reclamaciones presentadas por la competencia, esencialmente por parte de South African Airways.
En la campaña de marketing que utilizó para presentar al público su nuevo Boeing 737-800, no se le ocurrió otra cosa que incluir una fotografía de uno de sus aviones con los colores que utiliza South African Airways en el timón de cola.
Por si no se daban por aludidos, además añadió en la librea el nombre de la aerolínea de la competencia, utilizando su mismo tipo de letra, y haciendo un juego de palabras para dejar claro que ellos eran la compañía más sudafricana del país.
Obviamente, South African Airways montó en cólera y solicitó la retirada inmediata de dicha campaña, la cual entendía utilizaba elementos distintivos de SAS con el fin de confundir al consumidor.
Aunque legalmente optó por abandonar la idea, no tardó demasiado en volver a la carga, y en una respuesta a una conocida agencia de viajes sudafricana, volvía a sorprender a todos con el diseño de un avión decorado con múltiples banderas de Sudáfrica, sobre el que se podía leer «A very, very, South African Airways», en clara referencia a su principal rival.
Para sus pasajeros, acostumbrados a la retahíla de discursos de seguridad que suelen utilizar la mayor parte de compañías aéreas, uno de los principales alicientes que tiene volar con Kulula es el poder escuchar los mensajes que tanto los pilotos, como los tripulantes de cabina, se lanzan a través de la megafonía.
Kulula permite cierta libertad en los anuncios a bordo y que ambos se «troleen» durante el vuelo (hasta cierto punto), lo que ha dado lugar a que muchos usuarios suelan grabar las conversaciones a bordo, con el fin de poder recordar los comentarios más sarcásticos y divertidos que se hacen y subirlos a las redes sociales.
Cuando se realiza un despegue por la noche, desde la cabina se anuncia a los pasajeros que se va a proceder a bajar la luz en el interior de la aeronave, pero no por cuestiones de seguridad, sino porque (textual) «en el vuelo de hoy no contamos precisamente con los tripulantes más guapos de la compañía a bordo».
Las referencias a South African Airways también son constantes, y antes de despegar se informa de la prohibición de fumar dentro del avión, bajo la amenaza de tener que pagar una cuantiosa multa. Los tripulantes de cabina de Kulula suelen añadir «por semejante cantidad de dinero podrías incluso volar con South African Airways».
Además, se indica que tras las correspondientes instrucciones de seguridad, todos los pasajeros tendrán que aprobar un exámen rápido para certificar que han comprendido las mismas.
En lo que se refiere a la manera de abrochar y desabrochar el cinturón de seguridad, los tripulantes siempre indican: «si es la primera vez que vuelas en avión, o eres rubia, te explicamos cómo abrochar un cinturón…».
Para señalar las salidas de emergencia: «puede que haya muchas maneras de abandonar a tu amante, pero para abandonar este avión sólo hay cuatro puertas».
Cuando se llega al aeropuerto de destino, el mensaje utilizado siempre es: «Bienvenidos a (el nombre de la ciudad). Si este no es el destino al que viajabas, entonces es probable que vayas a encontrarte con un pequeño problema…».
En el momento de despedir al pasaje, la frase es la siguiente: «Gracias por volar con Kulula, y recuerda que nadie te quiere tanto a ti, y sobre todo a tu dinero, como Kulula Airlines».
Kulula también ha pintado un avión con el típico estilo de camuflaje, añadiendo sobre el fuselaje la frase «No one saw us coming», que traducido al español quiere decir «nadie nos ha visto llegar».
En otra aeronave, ha puesto el mismo texto que se utiliza en el reparto de paquetes, indicando «This way up».
Una de sus últimas aportaciones al diseño de aviones ha sido este modelo, que parece una mezcla de decoración setentera con grafitti urbano.
Por cierto, cuando se contacta telefónicamente con Kulula y pasas a estar en espera, salta un mensaje automático que dice: «Yo tarzán, tú en espera…».
Lamentablemente, Kulula no se ha librado del efecto de la crisis, y actualmente todos sus empleados han tenido que someterse a una excedencia forzosa, mientras que su flota de aviones permanece en tierra.
La aerolínea informa en sus redes sociales que cuenta con volver a estar operativa durante el próximo mes de Noviembre, algo que en estos momentos ni siquiera es posible garantizar.
Ojalá se vuelva a recuperar la normalidad cuanto antes, y Kulula nos pueda seguir sorprendiendo con su ingenio afilado y buen humor durante muchos años.