La única aerolínea que crece durante la crisis

Sí, aunque parezca realmente difícil de creer, hay una compañía aérea que ha aumentado su volumen de operaciones con respecto al año pasado, y por lo que parece sigue creciendo como la espuma en medio de la mayor crisis jamás experimentada por el sector.

Hablamos de Pobeda, la aerolínea de bajo coste que pertenece al grupo Aeroflot.

Pobeda es una lowcost que tiene su base en el aeropuerto moscovita de Vnukovo, desde donde opera esencialmente rutas domésticas a lo largo de Rusia.

Su creación fue la respuesta del grupo Aeroflot a las sanciones impuestas por la Unión Europea a la ya desaparecida Dobrolet, la cual había sido acusada de injerencias sobre la soberanía de Ucrania, al tratarse de una compañía con participación estatal rusa que operaba vuelos a la península de Crimea.

Boeing 737 de la desaparecida aerolínea rusa Dobrolet

A consecuencia de esto, Dobrolet dejaba definitivamente de volar en Agosto del 2014, y el 1 de Diciembre de ese mismo año comenzaba su andadura la nueva Pobeda.

Actualmente, cuenta con una de las flotas de aviones más jóvenes de toda Europa, compuesta por 34 aeronaves del modelo Boeing 737, con una vida media operativa de tan solo 3.6 años.

Boeing 737 de la aerolínea rusa Pobeda

Mientras que la propia Aeroflot se derrumbaba en el mes de Julio con un descenso del 72% con respecto al mismo periodo del 2019, Pobeda sorprendía a propios y extraños incrementado sus operaciones en un 2%.

La explicación a este comportamiento a contracorriente de la tendencia del mercado a nivel internacional, se debe precisamente a que las operaciones domésticas en Rusia tan solo descendieron un 17% durante el mes de Julio, mientras que por ejemplo en los EEUU esa cifra alcanzó el 73%.

El ruso tampoco es el único escenario nacional en el que los vuelos domésticos han soportado el fuerte tirón de la crisis, ya que tanto en China como en Brasil también ha ocurrido algo similar.

Estos tres países (Rusia, China, y Brasil) tienen en común la enorme extensión de su territorio, lo que incrementa la necesidad de depender del transporte aéreo para moverse con agilidad a lo largo del mismo.

En el caso particular de Rusia, el cierre cuasi hermético de sus fronteras ha servido para retener al turista nacional, el cual eventualmente optó por viajar dentro de su propio país, lo que ha servido para mantener un volumen medianamente aceptable de operaciones domésticas durante el Verano.

Pobeda se ha aprovechado de esta circunstancia y ha crecido un 2% con respecto al 2019, lo cual es un hecho insólito dentro del panorama desolador que ofrece en estos momentos la aviación comercial.

Recordemos que el grupo Aeroflot está compuesto por la propia aerolínea del mismo nombre, que aporta 241 aviones, Pobeda con 34 aparatos, Aurora con 19, y Rossiya con 54 aeronaves.

Boeing 747 de la aerolínea rusa Rossiya

Lamentablemente, la excelente actuación de Pobeda no ha podido salvar al grupo Aeroflot de acumular unas pérdidas de beneficios con respecto al mismo periodo del 2019 del -52%, tras experimentar un descenso global de tráfico del 89%.

Como parece evidente, el enorme peso de las operaciones internacionales sobre las cuentas del grupo se ha visto muy resentido a consecuencia de todas las restricciones a la movilidad impuestas tras la crisis sanitaria, las cuales en muchos casos todavía permanecen en vigor.

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