Comenzamos un nuevo año, pero no todas las compañías aéreas lo hacen de la misma manera, ni en las mismas condiciones. Algunas aerolíneas se estrenan en 2019 con una enorme retahíla de problemas, que tendrán que solucionar en los próximos meses.
De entre las muchas que han comenzado sudando en pleno mes de Enero, nos quedamos con estas:
Iberia
En apenas un par de meses, el Reino Unido podría abandonar la Unión Europea, y lo que es peor, sin haber llegado a alcanzar un acuerdo global de salida con esta.
En lo que se refiere a las aerolíneas, la postura de Bruselas es clara y contundente: cualquier compañía aérea que no tenga al menos el 51% de su control en manos de algún país o empresa de la Unión Europea, perderá su licencia de operador dentro de ella.
Esto quiere decir que si Iberia no logra demostrar (y hasta el momento no lo ha hecho) que es española, se daría la increíble paradoja de que no podría volar sobre suelo español.
Para ello, IAG se afana en sacar al aire la enormemente complicada estructura societaria de Iberia, aludiendo a que el control político de la misma corresponde a los grandes almacenes «El Corte Inglés».
En realidad, lo que se hizo en el momento en el que Iberia se fusionó con British Airways fue separar los derechos económicos de la compañía, que quedarían en manos del grupo IAG, de los políticos, que se otorgaron a otra empresa denominada Garanair, hoy propiedad de «El Corte Inglés» al 100%.
De esta manera, IAG pretende que Bruselas entienda que Iberia es española, cosa que a día de hoy no ha funcionado.
De no prosperar la estrategia argumental de IAG con Iberia, y darse la situación de lo que se ha denominado como un Brexit «duro», la antaño compañía bandera de nuestro país podría encontrarse ante un callejón sin salida.
Ryanair
La lowcost irlandesa comienza el año de la misma manera en la que dejó el 2018, haciendo frente a diversos parones convocados por sus empleados, cansados de que no se respete la legislación laboral del país en el que prestan sus servicios.
Esta situación de conflictividad laboral permanente, hizo que la asociación de pilotos británica, BALPA, solicitase formalmente el pasado mes de Septiembre la sustitución del CEO de Ryanair, Michael O´Leary.
Además, Ryanair ha tenido que rebajar su previsión de crecimiento, en parte por las huelgas sufridas en 2018 tanto de empleados, como de controladores aéreos.
Lamentablemente, la aerolínea sólo ha respondido a las nuevas movilizaciones con más amenazas y anuncia que en caso de proseguir con ellas seguirá cerrando bases en España, lo cual desde luego no ayuda a crear precisamente un clima de diálogo.
Hasta ahora, los pasajeros de Ryanair seguían llenando los aviones de la lowcost irlandesa aludiendo a sus bajos precios, pero cada vez hay más afectados por la particular filosofía de trabajo que tiene, por lo que muchos empezarán a valorar en el futuro si quieren pagar más dinero y comprar su tranquilidad, o jugársela y comprar sus billetes.
Norwegian
La campaña de desprestigio que se ha lanzado contra la aerolínea noruega está llegando a límites vergonzosos.
El grupo IAG se ha propuesto lograr la compra de Norwegian antes de Agosto del 2019. Llegados a esa fecha sin haber podido culminar la operación, se darían por vencidos y apuntarían sus armas hacia otra importante aerolínea lowcost europea, que revelaremos próximamente.
Por esta razón, diversos medios de comunicación supuestamente «especializados», lanzan todos los días noticias negativas sobre Norwegian, con el fin de crear en la población un clima de incertidumbre que logre que sus billetes no se vendan.
Por otro lado, Norwegian ha anunciando una serie de medidas que podrían ayudar a superar los temibles meses de Invierno, nefastos para gran parte de las compañías aéreas europeas.
La bajada del precio del fuel también ha echado una mano a los noruegos, que este año se han asegurado reservas suficientes para no tener que volver a pasar por el mismo trance del 2018.
Norwegian navega sola en un mar atestado de piratas, que harán todo lo posible por hundirla, y paga el precio de una pésima política de expansión que ha lastrado enormemente su operatividad.
Air France
La aerolínea bandera de nuestros vecinos salvó el año pasado un «match ball», que estuvo a punto de llevarla al otro mundo.
Igual que en el caso de Ryanair, la conflictividad laboral se tradujo en múltiples huelgas y parones, que llegaron a poner a Air France entre la espada y la pared.
Con la renuncia en el mes de Mayo de su anterior CEO, Jean-Marc Janaillac, las cosas tampoco se tranquilizaron y no fue hasta llegados a la mitad de la campaña veraniega, cuando todos se dieron cuenta que había que cambiar el chip, o la aerolínea se enfrentaría a su desaparición.
Air France comienza el 2019 teniendo que aguantar la mirada inquisitiva de su compañera de negocios, la holandesa KLM, que año tras año sigue copando los primeros puestos entre las aerolíneas más puntuales y seguras del planeta, lo que ha hecho que la tensión entre ambas haya aumentado notablemente.
Otro elemento de discusión es la lowcost subsidiaria de Air France, Joon, a la cual no le damos muchos más meses de vida, ya que sólo ha aportado problemas a una compañía que no está pasando por su mejor momento.
La nueva CEO de Air France, Anne Rigail, tiene que conseguir que la compañía francesa no vuelva a repetir los errores del 2018.
Turkish Airlines
Se puede decir que la aerolínea turca se coronó como la mejor compañía aérea europea entre los años 2012 y 2015.
Después de registrar problemas en el país derivados de acciones terroristas, Turkish se contagió del bajón de turistas y entró en una pequeña depresión que ha mantenido hasta hoy.
A pesar de que el pasado Verano de nuevo Turquía volvía a registrar unos buenos niveles en cuanto a número de visitantes extranjeros, la devaluación de la moneda local, la subida de la inflación y fuertes disputas comerciales internas, hicieron que Turkish no se beneficiase de ese factor clave.
Ahora, Turkish debe trasladar su hub principal al impresionante nuevo aeropuerto internacional de Estambul, el más grande del mundo, y que ha sido construido entre polémicas de todo tipo.
La labor y el trabajo que le queda por delante a la aerolínea turca es realmente grande, y hoy por hoy tampoco se dan las mejores condiciones económicas y sociales en el país, por lo que el 2019 marcará sin duda la historia de una compañía que reinó brevemente en todo el mundo.
Etihad
La historia de otra de las grandes caídas en desgracia se vuelve a repetir.
La aerolínea árabe pagó muy caro sus inversiones en Air Berlin y en Alitalia, y las cosas no le han ido mucho mejor con Jet Airways, Virgin Australia, Air Serbia y Air Seychelles.
Desde entonces, Etihad se ha dedicado a frenar el picado en el que había entrado, a base de reducir sus vuelos y anular pedidos de compra de nuevos aparatos.
Sin embargo, el tener justo enfrente a un vecino como Emirates, una de las compañías aéreas con más prestigio del planeta, ha provocado una competencia que Etihad no ha sabido mantener.
De hecho, hasta hace poco se rumoreaba una posible fusión entre Etihad y Emirates, y aunque las dos partes han negado tal posibilidad, los analistas económicos no la descartan para un futuro próximo.
Emirates tampoco sería, en todo caso, la única «novia» que podría tener Etihad. También se ha sabido que en su momento hubo conversaciones con Gulf Air para llegar a un acuerdo de colaboración, sin que a día de hoy sepamos si las mismas fructificaron de alguna manera, o no.
En todo caso, Etihad completa nuestro cuadro de aerolíneas que comienzan el 2019 con el pie cambiado, y esperan llegar al próximo mes de Diciembre en el mejor estado posible, y no con los dos pies por delante.