Puede volar a una velocidad máxima de 110 km/h.
Si te ha tocado la lotería recientemente, o eres uno de esos afortunados que pueden permitirse el lujo de gastar grandes cantidades de dinero en todo tipo de excentricidades, el nuevo capricho diseñado por Pierpaolo Lazzarini quizás llegue a convertirse en tu próximo juguete.
Se trata de un súper yate que además de disponer de todas las comodidades para surcar tranquilamente cualquier océano, también puede volar hasta 48 horas seguidas a una nada desdeñable velocidad máxima de 110 Km/h.
Lo cierto es que el proyecto presentado por el diseñador italiano es absolutamente irresistible, ya que combina lo mejor de cada mundo, uniendo la opulencia de los mejores navíos privados con la comodidad y estabilidad que proporcionan los vuelos en dirigible.
La posibilidad de estar disfrutando en cubierta de una enorme piscina al mismo tiempo que se sobrevuela una gran ciudad, es algo que hasta ahora encajaba más en el terreno de la ciencia ficción que en el de la realidad.
Lazzarini propone un casco de 80 metros de eslora, dotado con un gran comedor, sala de estar y piscina central, en el que además de ubicarse la cabina principal también se encontraría un helipuerto.
Esta estructura estaría conectada en sus laterales con dos dirigibles de 150 metros de largo, a través de cuatro puentes de carbono en cada lado.
En cada uno se almacenan 400.000 metros cúbicos de helio comprimido, con una estructura exterior dividida en celdas que asegura el aislamiento térmico de cada compartimento.
El impulso se proporciona gracias a ocho motores eléctricos con una potencia individual de 950 caballos, que a su vez son alimentados por baterías ultraligeras y paneles solares.
Sin ruido y sin emisiones de gases nocivos a la atmósfera, este súper yate volador puede ser considerado el pionero en una larga lista de aeronaves, que muy probablemente comenzarán a surgir en los próximos años.
Su uso se limita al ámbito privado, por lo que los bolsillos que van a poder asumir el coste de esta belleza se pueden contar con los dedos de una mano.
Sólo su afortunado propietario y otros 21 pasajeros más, alojados en alguno de los 5 camarotes dispuestos en cada dirigible, podrán disfrutar de las ventajas de este enorme súper yate volador, envidia de cualquier influencer o instagrammer de postín.
Por si te pica la curiosidad y aunque a día de hoy todavía no se ha construido ninguno, estaríamos hablando de un precio que rondaría los 500 millones de euros, cifra que aunque parezca abultada está muy por debajo del coste de algunos de los yates más caros del mundo.
Para que te hagas una idea, el Eclipse, propiedad del magante ruso Roman Abramovich, está valorado en más de 1.100 millones de dólares, y cuenta con su propio sistema anti misiles y un submarino.
Algo más «humilde» es el Azzam, que pertenece al Jalifa bin Zayed Al Nahayan, con una eslora de 180 metros y un precio en el mercado de «sólo» 600 millones de dólares.
De este modo, el súper yate volador de Lazzarini encajaría perfectamente dentro de un mundo en el que los lujos se cuentan en millones de dólares.
A los demás nos queda disfrutar de las fotos y sobre todo…seguir soñando.