En un período de apenas 9 días, un total de 9.5 millones de pasajeros regresaron a los aeropuertos de EEUU.
Entre los días 20 y 29 de Noviembre, fechas en las que se encuadran las vacaciones de Acción de Gracias, la TSA norteamericana procedió a inspeccionar a más de un millón de pasajeros diarios.
Hacía muchos meses que en los EEUU no se registraba un tráfico de pasajeros como el que se pudo ver durante el periodo vacacional de Acción de Gracias, una festividad que reúne a millones de personas en todo el país.
La TSA (Transportation Security Administration) es la encargada de controlar e inspeccionar los equipajes y a los pasajeros en los aeropuertos de EEUU, los cuales en una situación normal registran una media de 2.5 millones de usuarios diarios.
El pasado 14 de Abril, era la propia TSA la que confirmaba un total de 87.500 pasajeros en los aeropuertos estadounidenses, una cifra que suponía apenas el 4% del volumen habitual diario, lo que reflejaba el brutal impacto que la pandemia estaba ejerciendo sobre el sector aéreo.
Debido al incremento en el número de contagios por el nuevo tipo de coronavirus, el CDC (Centers for Desease Control) había lanzando una recomendación para no viajar durante la festividad de Acción de Gracias.
Sin embargo, este año los viajeros optaron por alargar sus vacaciones, en vez de desplazarse en masa los dos días previos a la fecha principal, saliendo de sus ciudades de origen mucho antes y retrasando posteriormente el regreso.
En lo que llevamos de 2020, sólo el pasado 18 de Octubre se habían registrado más de un millón de pasajeros en los aeropuertos estadounidenses, y fue debido a que muchos viajeros alargaron la festividad del Día de Colón, aprovechando para desplazarse tras muchos meses sin poder hacerlo.
El aumento repentino del número de usuarios del transporte aéreo cogió por sorpresa a varias aerolíneas, las cuales se vieron obligadas a cancelar un número muy importante de operaciones debido a la falta de personal.
El caso más polémico fue el protagonizado por Delta Airlines, que acabó cancelando más de 500 vuelos al no disponer del número necesario de pilotos para operar los mismos.
Por su parte, la TSA también ha tenido que ajustar sus procedimientos con el fin de poder desarrollar su labor manteniendo un mínimo contacto físico con los pasajeros.
Así como durante los primeros meses de la pandemia no se obligaba a los empleados de la TSA a utilizar mascarillas sanitarias, ahora son un elemento obligatorio mientras permanezcan dentro de los aeropuertos.
Para evitar aglomeraciones, se han abierto más pasillos y habilitado un número superior de equipos de rayos X para la inspección del equipaje de mano.
Estos aparatos vienen dotados con una tecnología que utiliza la Tomografía Axial Computarizada, a través de la cual se puede ver el contenido de las maletas en tres dimensiones, lo que reduce las inspecciones físicas en las que es necesario vaciar las mismas, algo para lo que se precisa un mayor contacto personal entre los agentes de la TSA y los usuarios, situación esta que se intenta evitar en la medida de lo posible.
Por otro lado, también se han implementado más puestos en los cuales los viajeros escanean sus propios documentos de identificación, conocidos como CAT (Credential Authentication Technology), los cuales no requieren de la presencia de agentes de la TSA.
Según la información compartida por la Administración norteamericana, más de 2.900 empleados de la TSA han resultado contagiados por Covid19, de un total de 54.000 trabajadores con los que cuenta esta agencia adscrita al Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Lo sucedido durante los días previos y posteriores a Acción de Gracias, ha servido para dar la señal de alarma en los EEUU, ya que el número de usuarios se podría superar durante la semana correspondiente a la Navidad.
Desde diversos sindicatos se ha criticado la política de despedidos masivos que ha seguido el sector aéreo desde el pasado mes de Marzo, los cuales han reducido drásticamente las plantillas de aerolíneas y también las de profesionales que prestaban sus servicios en los aeropuertos.
En estos momentos, todos los esfuerzos están centrados en un sólo objetivo, que es precisamente el evitar aglomeraciones en los aeropuertos durante la Navidad, para lo cual va a ser imprescindible recontratar a una buena parte de ese personal que había perdido su puesto de trabajo durante este año.