Nos encontramos ante la mayor crisis sufrida por el sector aéreo civil en su historia, que ha llevado a gran parte de las compañías aéreas mundiales a dejar sus aviones en tierra.
En este preciso instante, poco importa qué aerolínea lo estaba haciendo bien, o qué aerolínea lo estaba haciendo mal, cuál ganaba dinero, o cuál lo perdía, porque ahora todas han vuelto a la casilla de salida en las mismas condiciones.
Si alguien tiene la edad suficiente como para acordarse, lo sucedido se podría comparar a cuándo nos divertíamos de pequeños y, de repente, alguien gritaba aquello de «¡juego revuelto!».
El tablero de juego anterior se ha roto, las reglas del mismo han cambiado, y toca comenzar otra partida de cero.
El primer póker de elegidas
Tal y como comentábamos ayer, la supervivencia de cada compañía aérea dependerá del poder que esta tenga para convencer de su viabilidad al gobierno del país al que pertenece.
A partir de este momento, el transporte aéreo se ha convertido en un preciado bien geoestrátegio, vital para la próxima etapa económica y social que nos espera a todos, en la cual cada nación mirará única y exclusivamente por sus intereses propios.
Esto tampoco es una novedad, y para comprobarlo sólo hace falta tomar el ejemplo de Alitalia, la cual lleva sumida varios años en una quiebra técnica de difícil recuperación.
A pesar de esto, el ejecutivo del país transalpino sigue empeñado en proteger su aerolínea bandera, que superando todo tipo de obstáculos ha mantenido sus operaciones de manera regular y ordenada, con un nivel de calidad y atención muy por encima al de otras que presumen de tener sus finanzas especialmente saneadas.
Hasta este momento, ya conocemos el nombre de las primeras cuatro compañías que han logrado importantes compromisos económicos que podrían garantizar su futuro más inmediato.
Como parece evidente, esta lista tiene que aumentar muy considerablemente durante las próximas semanas, o al menos eso es lo que esperamos.
Norwegian
Probablemente sea el mejor ejemplo de lo que estamos comentando.
La compañía noruega lleva varios ejercicios luchando para revertir una situación económica muy desfavorable. A priori, podría pensarse que no resultaría interesante seguir invirtiendo en ella, pero en Noruega no comparten esa opinión.
Norwegian ha sido la primera en percibir un porcentaje del plan de rescate aprobado por el país escandinavo, y que se ha calculado en la cifra total de tres mil millones de Coronas Noruegas.
Actualmente, ya cuenta con el 10% de esa cantidad, equivalente a unos 25 millones de euros.
El resto de los abonos pendientes se han calculado para realizarse en diferentes plazos, y de acuerdo con las condiciones reflejadas en la hora de ruta que la aerolínea firmaba conjuntamente con el Ministerio de Industria y Comercio noruego, así como con la Agencia Estatal de Crédito GIEK.
Emirates
La aerolínea con sede en Dubái acaba de recibir una excelente noticia, después de verse obligada a dejar su flota de aviones en tierra, una de las más importantes y prestigiosas del sector.
A día de hoy, tan solo mantiene un mínimo de operaciones de transporte de carga, operando con algunos de sus Boeing 777.
Sin embargo, el Príncipe Sheik Hamdan acaba de hacer pública una declaración en la que asegura el respaldo económico de su emirato hacia la aerolínea, destacando que se procederá a facilitarle todo el apoyo necesario para vencer a la crisis provocada por el nuevo Coronavirus.
Se ha querido especificar que esta ayuda consistirá en una importante inyección de capital, pero de momento no se ha querido hacer público el importe total de la misma, el cual se presume especialmente cuantioso.
El Príncipe Sheik Hamdam ha destacado el «importante valor estratégico de Emirates».
Dubái no quiere perder, ni se puede permitir la desapación de Emirates, por lo que se presume que la aerolínea va a superar este momento complicado para el sector.
Singapore Airlines
Sin conocer el monto total del plan de ayuda a Emirates, en este momento Singapore Airlines ha batido todos los récords, garantizándose un total de trece mil millones de dólares, no sólo para lograr superar la presente crisis, sino también para proseguir con su crecimiento, desarrollo y expansión futura.
La empresa estatal Temasek Holdings, máxima accionista de Singapore Airlines, se hará cargo de proporcionar la mayor parte de este capital, a través de la suscripción de nuevas acciones y bonos convertibles.
El mayor banco del país, DBS Group Holdings Ltd., se ha comprometido a aportar un máximo de cuatro mil millones de dólares.
Gracias a esto, Singapore no sólo superará la presente crisis sin mayor problema, sino que también se posicionará en uno de los primeros puestos de cara al futuro, cuando se puedan volver a reestablecer las conexiones aéreas que existían a principios de año.
De hecho, se encuentra actualmente valorando la posibilidad de compra de nuevos modelos de aeronaves, más eficientes y adaptados a las necesidades futuras de la demanda.
American Airlines
El caso de American, la compañía aérea más grande y poderosa del planeta, es relativamente parecido al de las tres anteriores.
Y decimos «relativamente» porque es cierto que la administración Trump ha prometido ayudas al sector aéreo de su país por un importe de cincuenta y ocho mil millones de dólares, pero todavía se desconoce de qué manera se va a proceder.
De momento, American ha sido preseleccionada para recibir un máximo de doce mil millones de dólares, pero Trump ha advertido que puede llegar a requerir la compra de acciones de la aerolínea, por lo que no podemos descartar importantes cambios en la estructura organizativa de la misma.
En un principio, nos aventuramos a vaticinar la supervivencia de American, pero es necesario que el plan de rescate norteamericano se especifique y materialice cuanto antes, para conocer exactamente los términos del mismo.
En el otro lado…
Todas las compañías aéreas son conscientes de las gravísimas consecuencias económicas de la crisis desatada por el coronavirus, y algunas ya asumen que tendrán que implementar cambios muy importantes para adaptarse a la nueva situación mundial post-virus.
Aunque ya se habla del mes de Junio como el punto de inflexión para volver a poner en marcha los motores del sector aéreo, lo cierto es que si esto se confirmase, lo cual está todavía por ver, la recuperación va a ser muy lenta y se va a prolongar durante bastante tiempo.
Tenemos que tener en cuenta que la gran mayoría de aerolíneas han detenido totalmente sus operaciones, y las que todavía mantienen algunos vuelos han recortado su capacidad en porcentajes superiores al 85%.
Por esta razón, que nadie espere que de un día para otro se vuelva a contratar a los cientos de miles de trabajadores despedidos, y se retomen todas las rutas anteriores a la crisis, con el mismo número de frecuencias.
El proceso para llegar al mismo status quo que teníamos antes de la crisis va a necesitar de tiempo, y muchos analistas coinciden en apuntar que se precisará, como mínimo, un año para ello.
Algunas aerolíneas ya lo han asimilado, y se están preparando para reducir su capacidad operativa al máximo.
Este es el caso de Air New Zealand, o Virgin Australia, que apuntan a un recorte importante de sus respectivas flotas.
La surcoreana Eastar ya ha comenzado a devolver un buen número de aviones a las empresas de leasing propietarias de los mismos, e incluso la norteamericana Southwest también ha reconocido que se verá obligada a retomar su actividad utilizando tan solo un pequeño porcentaje de aparatos.
En nuestro caso particular, veremos hasta qué punto se considera prioritario el inyectar efectivo en ciertas compañías aéreas, en uno de los países que va a acusar de mayor manera la crisis económica que ya tenemos encima.