Cada día que pasa, se complica un poco más el escándalo que afecta al 737MAX, el nuevo modelo de Boeing que se apartó del servicio activo después de sufrir dos accidentes mortales de especial gravedad.
Esta vez no ha venido de la mano de la FAA, la agencia federal de aviación norteamericana que está investigando este asunto, sino de EASA, la Agencia Europea de Seguridad Aérea, que junto con Brasil y Canadá, también están haciendo sus propios informes.
EASA ha querido dejar muy claro, tanto a Boeing como a la propia FAA, que antes de que vuelva a permitir volar al 737MAX, se tienen que dar una serie de condiciones, entre las que se incluyen la reparación exitosa de los siguientes defectos detectados:
– La dificultad potencial para los pilotos de regular manualmente el compensador.
– Las lecturas incorrectas recibidas de los sensores del ángulo de ataque de la aeronave.
– Los procedimientos de entrenamiento inapropiados.
Y a continuación se indican otros dos puntos a mayores, de los cuales se conocía la existencia sólo de uno de ellos, ya que saltó la semana pasada a la luz pública, pero hasta hoy no se sabía absolutamente nada sobre el último.
El cuarto punto de la lista elaborada por EASA hace referencia a un fallo detectado en un microprocesador.
Se sabía que hace ya unas semanas se había localizado la presunta avería, pero ahora se ha confirmado definitivamente.
Al parecer, podría afectar al software del avión, sobre el cual hablamos la semana pasada cuando se constató que parte del mismo había sido subcontratado a una empresa informática de la India, pagando a sus empleados una cantidad aproximada de 9 dólares por hora de trabajo.
El quinto defecto
La última novedad detectada por EASA y que se ha hecho pública ahora mismo, hace mención a un problema que hasta ahora no se había nombrado.
En concreto, en las pruebas de seguridad realizadas al 737MAX por la agencia europea, se ha constatado la dificultad para desconectar el piloto automático en una situación de emergencia.
Esta nueva deficiencia, la quinta ya en la larga lista de problemas atribuidos a este avión, podría resultar de vital importancia, no sólo en lo que concierne a la seguridad de las operaciones y de todos los ocupantes del aparato, sino al tiempo que habría que añadir al calculado por Boeing para tener de nuevo este modelo listo para regresar al aire.
Este nuevo revés para el constructor norteamericano, tampoco tiene porqué ser el último, ya que de momento no se ha cerrado ninguna de las investigaciones abiertas, por lo que visto lo visto, la probabilidad de seguir localizando deficiencias sigue pareciendo bastante alta.
A día de hoy, se desconoce el alcance de este nuevo problema, por lo que resulta muy difícil prever cuánto tiempo se va a necesitar a mayores para resolverlo.
La incidencia es de tal magnitud, que podría estar directamente relacionada con los dos accidentes mortales del Boeing 737MAX, ya que en ambos se ha resaltado la imposibilidad, o incapacidad, de las tripulaciones para corregir la actitud de sus aparatos mientras caían precipitadamente desde escasa altura.
Además de esto, cualquier reprogramación sobre el funcionamiento del piloto automático podría derivar en múltiples ramificaciones distintas, por lo que será necesario esperar hasta ver qué indica el constructor al respecto.
Pérdidas multimillonarias
La última aerolínea que ha cancelado sus pedidos de 737MAX, ha sido la compañía saudí Flyadeal, que acaba de cancelar la compra de 30 unidades, por un valor total superior a los 5.200 millones de euros.
Para dañar todavía un poco más la ya deteriorada imagen de Boeing, Flyadeal ha anunciado que en vez del MAX, procederá a la compra de nuevos Airbus A320neo.
Con esta nueva cancelación, Boeing ha perdido ya mas de 30.000 millones de euros en ventas, a los que posteriormente habrá que sumar las también multimillonarias indemnizaciones con las que seguramente tendrá que compensar las pérdidas que están sufriendo muchas compañías aéreas, que tienen que ver sus aviones en tierra y sin poder hacer uso de los mismos.
En este punto, llama poderosamente la atención que haya sido el grupo IAG el único que se ha comprometido a la compra de 200 Boeing 737MAX, que pretende utilizar en las flotas de Vueling, Level y British Airways.
Es evidente que los precios de compra que habrá conseguido serán sustancialmente inferiores a los que tuvieron que pagar sus competidoras antes de la explosión de este escándalo, pero apostar en este momento por este avión, que cada día que pasa está más lejos de resolver todas las incidencias que han ido surgiendo, ahora mismo nos parece una auténtica locura.
Y, una vez más, seguimos haciéndonos la misma pregunta, que no es otra que poder saber cómo este avión pudo ser construido, aprobado, certificado e implementado en muchas compañías aéreas de todo el mundo, cuando acumula un número tan importante de deficiencias.
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