A consecuencia de la crisis provocada por el nuevo coronavirus en el sector aéreo, el cual podría convertirse en uno de los mayores perjudicados, se están buscando fórmulas de todo tipo que puedan garantizar la seguridad y confianza de los pasajeros dentro de los aeropuertos y en las cabinas de los aviones.
Una de las soluciones que comenzó sólo como un mero rumor, pero que en este momento ha tomado especial fuerza, es la que apunta a la posibilidad de disponer de perros entrenados para detectar en los aeropuertos a pasajeros infectados con el SARS-CoV-2.
Distintos profesionales de diversos países han respaldado científicamente esta teoría, haciendo alusión a la increíble capacidad que tienen algunos perros para percibir la presencia en el ser humano de un buen número de enfermedades, tales como la diabetes, dolencias cardíacas, asma, o incluso algunos tipos de cáncer.
Actualmente, se sabe que determinadas razas debidamente entrenadas, pueden alertar a sus dueños antes de que estos sufran un ataque epiléptico, lo que les facilita el margen de tiempo necesario para poder minimizar sus consecuencias.
También se han mostrado especialmente acertados a la hora de detectar a personas infectadas con el parásito de la malaria, incluso antes de que comiencen a experimentar síntomas.
El sentido del olfato en los peros es abismalmente superior al de los humanos. Mientras nosotros apenas podemos distinguir el olor de una cucharada de azúcar en una taza de té, un perro podría hacerlo en un espacio equivalente a la superficie de dos piscinas olímpicas.
Estos animales requieren de un entrenamiento previo, durante el cual aprenden a reconocer y buscar ciertos componentes químicos que desprenden un olor particular, que nosotros no podemos llegar a percibir.
Una vez son capaces de aislar el resto de influencias olfativas que reciben del exterior, y centrarse exclusivamente en algunas en concreto, detectan con enorme eficacia la presencia de armas, explosivos, billetes, o drogas de diversos tipos.
A día de hoy, se está estudiando si una persona infectada con el SARS-CoV-2 desprende algún tipo de olor característico, que pueda ser identificado por un perro.
Este trabajo es especialmente complicado, ya que es necesario encontrar el tipo de perro y la raza más adecuada, ya que no todas son válidas a la hora de percibir ciertos olores.
Si las pruebas que se están llevando a cabo resultasen exitosas, muchas aerolíneas y aeropuertos se podrían ver beneficiados por la presencia de estos animales.
Actualmente, la compañía aérea Emirates está practicando tests rápidos de detección para enfermos de Covid19 entre sus pasajeros, con resultados disponibles en 10 minutos.
En el caso de que se pudiese hacer una criba previa gracias a perros entrenados, la gran mayoría de usuarios no tendrían que someterse a estas pruebas, lo que significaría un enorme ahorro de tiempo y de dinero para la compañía.
De todas maneras, la combinación de medidas de prevención, como mascarillas y guantes, conjuntamente con tomas de temperatura, y tests rápidos a pasajeros «marcados» previamente por perros entrenados, podría disminuir de manera significativa el riesgo de embarcar en aviones a posibles portadores del nuevo virus.
Desde el Reino Unido se ha impulsado un crowfunding para llegar a la cifra de 1 millón de libras, que se destinarían a realizar todas las pruebas necesarias para el entrenamiento de los perros, haciendo hincapié en que las posibilidades de éxito son muy elevadas.
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