La manera en la que vestimos podría determinar nuestra conducta dentro de un avión.
¿Te subirías en un avión a cuyos mandos se encuentran dos pilotos vestidos con camisetas de Metallica y AC/DC, pantalones cortos, y sandalias de playa?.
¿Te imaginas a tripulantes de cabina entregándote en mitad de vuelo la comida, vestidos con un chándal, pantalones de licra, y zapatillas de andar por casa?.
Probablemente pensarías que vuelas con la aerolínea más bajo coste del planeta, en la que ni siquiera se cuida la imagen de sus empleados, como para cuidar el mantenimiento de sus aviones.
Pues bien, aunque este ejemplo te pueda parecer un poco exagerado, en EEUU un grupo de expertos en diversas materias han propuesto a las principales compañías aéreas, la imposición de un código de vestimenta para sus pasajeros.
Profesores universitarios, sociólogos, psicólogos, e incluso trabajadores de diversas aerolíneas, han relacionado una mala vestimenta con los pasajeros más conflictivos, aquellos que acaban causando problemas graves durante el vuelo, y que en muchas ocasiones obligan a realizar un aterrizaje no programado para su desalojo.
«Un código de vestimenta podría ayudar a prevenir este tipo de incidencias. Cuando la gente se viste mejor, también tiende a portarse mejor», afirma Thomas Plante, profesor de psicología en la Universidad de Santa Clara, en San Francisco (EEUU).
Ken Schulte, piloto de la aerolínea estadounidense JetBlue, indica que «es muy raro que una persona que se ha molestado en vestirse de manera apropiada te la lie a bordo. Generalmente, los que provocan los altercados de mayor gravedad son los que parece que se acaban de levantar de la cama».
En realidad, se trata de un asunto que lleva en estudio desde hace más de una década, y que los expertos han bautizado como «Cognición Atávica».
A través del prestigioso portal de difusión informativa médico/científica, ScienceDirect, se han publicado diversos estudios que, al parecer, demuestran la relación entre el tipo de vestuario que se utiliza y los efectos que genera en los procesos cognitivos.
De este modo, la indumentaria personal influiría de manera directa no sólo en la percepción que tenemos de nosotros mismos, sino además en la que perciben las personas con las que interactuamos a diario.
Por este motivo, aunque seas un estudiante de medicina de primer año, si tienes que tratar con pacientes se recomienda la utilización de una bata blanca. Según los expertos, el estudiante se ve más seguro haciendo uso de la vestimenta habitual de los profesionales de la medicina, y al mismo tiempo el enfermo percibe un mayor grado de profesionalidad, o incluso de compromiso, por parte de la persona con la que está tratando.
De hecho, todas las aerolíneas tienen en sus contratos (esos que aceptamos sin leer a la hora de comprar el billete) un apartado específico relativo a la ropa que pueden utilizas sus clientes.
American Airlines prohíbe terminantemente a sus pasajeros acceder o andar dentro de la cabina descalzos, a la vez que solicita vestir «de manera adecuada y respetuosa».
Delta Air Lines indica claramente que no transportará «a pasajeros cuyo olor, conducta, atuendo, o higiene corporal, afecte a otros pasajeros».
Para Southwest, vestir de manera «obscena u ofensiva, así como el hecho de no utilizar un calzado apropiado», es motivo más que suficiente para ser expulsado del vuelo.
Un texto muy parecido al empleado también por United Airlines, que hace mención a «las prendas ofensivas u obscenas», así como a la no utilización de calzado.
Teóricamente, sólo con este tipo de limitaciones ya se deberían de evitar un buen número de situaciones desagradables a bordo de un avión, pero la infinidad de fotografías que demuestran lo contrario, cada día desbordan un poco más las redes sociales.
Sharon-Frances Moore, experta en etiqueta, escritora de diversos libros sobre este tema y colaboradora habitual de empresas como HBO, Apple, o Starz, sostiene que no es suficiente con indicar en un papel que no lee nadie, que no se puede subir a un avión descalzos, o vistiendo camisetas que lanzan mensajes ofensivos.
«Se trata de algo más, hay que definir exactamente el significado de la palabra «apropiado». Se trata de recuperar el espíritu de aquellos días en los que todos nos vestíamos cuando íbamos a coger un avión», indica Frances Moore.
Por otro lado, el vestir de una manera más apropiada no sólo puede influir de manera positiva en la conducta de los pasajeros, sino que además estos son tratados con mayor respeto por parte de las aerolíneas.
«Creo que de esta manera los viajeros contribuirían a construir una mejor experiencia, tanto para ellos mismos, como para las tripulaciones y el resto de clientes del transporte aéreo. Estoy convencida de que esto derivaría en una mejora del trato por parte de las compañías aéreas», mantiene Jane Angelich, viajera frecuente y fundadora de Florida Vistage, consultora dedicada a la formación de los futuros CEOS que dirigirán empresas de diferentes sectores.
Para Carlos Lavilla, director de Turama, «es difícil pedirle a la gente que se ponga traje y corbata para volar en un espacio tan reducido como el que tenemos actualmente en la clase Economy de los aviones. Hace años sí era más fácil, porque había mayor espacio y otro ambiente en cabina. Hoy en día se vende un precio, nadie habla de comodidad a la hora de volar. La gente quiere llegar de A a B por el menor importe posible, y si ello implica tener que volar en la bodega del avión, la mayoría lo haría sin ningún problema».