La aerolínea australiana Qantas está atravesando por el peor momento de su historia, con gran parte de su flota en tierra y las fronteras del país cerradas al turismo extranjero.
Sin embargo, ha sido una de las compañías más activas en cuanto a iniciativas originales se refiere, todas ellas cosechando un éxito sin precedentes.
Los billetes para sus vuelos «a ninguna parte» se vendieron por completo nada más ponerse a la venta, y miles de pasajeros que se han quedado en tierra solicitan a Qantas que aumente el número de frecuencias para este tipo de operaciones tan inusuales, en las cuales la aeronave despega y vuelve a aterrizar en el mismo aeropuerto.
Las rutas programadas para finales de este año y principios del 2021 a la Antártida tienen todos sus asientos agotados, y Qantas se está planteando en estos momentos destinar más aviones para conseguir dar servicio a la demanda que todavía tiene pendiente.
A mediados de este mismo Verano la aerolínea ponía a la venta diferentes paquetes compuestos por los productos que se suelen entregar a los pasajeros que vuelan en primera clase.
Igual que en los casos anteriores, el stock de mercancía se agotó en apenas 24 horas.
Una de las últimas decisiones de la compañía en plena pandemia fue retirar de manera definitiva su flota de Boeing 747´s, con los que también aprovechará para vender partes de sus fuselajes como souvenir de recuerdo.
De momento, lo que ha puesto a la venta son los carritos en los que se llevaban las bebidas dentro de estos aviones, los cuales además iban cargados de productos.
En su interior se encontraban dos botellas de champagne, 80 botellines de vino blanco y tinto, dos paquetes de chocolates, otros dos paquetes de almendras ahumadas, y por último dos bizcochos dulces de postre.
Además, también se incluían dos mantas de las utilizadas en primera clase, cuatro pijamas y cuatro «amenity kits», que a su vez tenían en su interior jabones, champú, cepillo de dientes, calcetines, y una máscara para dormir, entre otros productos cosméticos.
El precio no era precisamente una ganga, ya que cada carrito con los gastos de envío dentro de Australia incluidos, se comercializó a un precio de 1.475 dólares australianos, lo que equivaldría a unos 896 euros.
También se abrió la posibilidad de ser adquiridos utilizando los puntos de viajero frecuente, requiriendo un total de 256.000 por cada carrito.
La cuestión es que los carritos se agotaron en unos pocos minutos, y la aerolínea obtuvo unos ingresos extra con los que en principio no contaba, ya que este tipo de materiales suelen ser también desechados y desguazados con el propio avión.
Considerando que cada 747 podría llevar un mínimo de dos carritos de este tipo en su cabina, y que Qantas tenía 65 unidades de este modelo, deducimos que al menos se tuvieron que comercializar 130 unidades.
Esto significa que la aerolínea ingresó al menos 117.000 euros en apenas unos minutos, sin tener que hacer despegar un solo avión y poniendo a la venta material que de todas formas ya estaba desechado.
Además de esto, los 139 pasajeros afortunados que consiguieron hacerse con billetes para los «vuelos a ninguna parte», podrán pujar en una subasta por sus piezas preferidas de los 747 retirados, otra iniciativa con la que la aerolínea cuenta con hacerse con una cantidad significativa de dinero.
Si sumamos los beneficios que han generado para Qantas todo este tipo de ofertas tan sumamente inusuales, podemos confirmar que la compañía ha sabido crear beneficios de la nada, tan solo a base de imaginación y buenas ideas.
El próximo 10 de Octubre se hará otra subasta en la que no descartamos que sigan apareciendo más carritos de bebidas, amenity kits, y todo tipo de productos comercializados dentro de sus aviones, con lo que la aerolínea continuará haciendo caja al mismo tiempo que se deshace de material en desuso.
Es necesario tener en cuenta que Qantas no solo está ganando dinero, sino que además está manteniendo activo el vínculo que une a la compañía con sus clientes potenciales, en un momento en el que los viajes internacionales en Australia están sujetos a restricciones sanitarias muy importantes.
Veremos si este tipo de iniciativas llegan también a Europa, donde aerolíneas de la talla de Lufthansa, British Airways, Air France, o la propia Iberia han decidido retirar un importante número de aeronaves de sus flotas.
¿Existe mercado en el viejo continente para este tipo de ofertas?…