Corren aguas muy revueltas en el interior de la reina del bajo coste europeo. Si las cosas no mejoran radicalmente en los próximos meses, probablemente estemos a punto de vivir lo que podría ser un cambio histórico de la política interna de la aerolínea, que es exactamente la misma que ha conseguido auparla al primer puesto de ventas.
No es ningún secreto el apuntar que Ryanair exportó y puso en funcionamiento en Europa el mismo sistema que utilizaba en los EEUU, con gran éxito, la compañía aérea Southwest. El problema está en que Ryanair se quedó sólo con lo necesario para hacer dinero y obvió detalles de extrema importancia.
Mientras que a los empleados de Southwest se les da una oportunidad para desarrollar su carrera laboral dentro de la aerolínea, con sueldos e incentivos a la altura de los mejores dentro del sector, en Ryanair es prácticamente imposible conseguir una mínima estabilidad, en gran medida a consecuencia de las cambiantes directrices que se hacen llegar desde los despachos.
Southwest intenta siempre hacer guiños a sus trabajadores, conseguir que estos se sientan identificados con la empresa y la defiendan a capa y espada. Por contra, Ryanair utiliza el castigo y las penalizaciones para mantener la tensión, esto es, la vieja política del látigo.
Tampoco es ningún secreto el reconocer públicamente que Ryanair se está haciendo de oro desde el año 1985, en el que comenzó su andadura profesional.
Sin embargo, esta riqueza y potencial económico es totalmente ajena y desconocida entre sus empleados, que en la mayoría de las ocasiones no tienen si quiera un contrato firmado directamente con la compañía aérea, sino a través de una empresa intermediaria.
Además, los sueldos y condiciones de trabajo distan bastante de mantener la más mínima correlación con los ingresos que consigue la empresa, lo cual ha llevado a muchos a pensar que esta situación debe cambiar, y debe de hacerlo ya.
El año pasado y de manera pública, Ryanair se comprometía a reconocer, por primera vez en su historia, a los sindicatos de trabajadores como representantes legales de los mismos ante la empresa. De esta manera, le daba un giro de 180 grados a la filosofía laboral que mantenía hasta el momento, totalmente desfasada en el siglo XXI y que chocaba frontalmente con la mayoría de legislaciones laborales de los países en los que opera.
Este movimiento estratégico, que en Turama ya anunciamos que era totalmente falso, sirvió para salvar las primeras «pelotas de partido» de la aerolínea, ante la amenaza de las anunciadas huelgas de empleados, tanto de pilotos como de personal de cabina (TCP).
Desde entonces, y tal y como denuncian los sindicatos ACV/CSC, SITCPLA, SNPVAC, UILTRASPORTI y USO, en un documento firmado en Madrid el día 28 de Mayo y al que ha tenido acceso Turama, Ryanair no ha abierto ningún tipo de negociación sindical, no ha llegado a ningún acuerdo y no ha activado ningún contacto en este sentido con su personal TCP (aunque los representantes de los pilotos también se quejan exactamente de lo mismo).
Es decir, tal y como adelantamos en su día, Ryanair se limitó a informar que reconocía a los sindicatos de trabajadores, lo cual no equivale a comprometerse a trabajar con ellos, ni a llegar a acuerdos.
Pero la gota que colmó el vaso fue lo acontecido en Portugal durante el mes de Abril. Para esas fechas se anunció la convocatoria de diversos paros, que afectaban a numerosos vuelos con salida desde el país vecino.
La aerolínea, lejos de respetar el derecho inalienable de cualquier trabajador a la huelga, pretendió torpedear la misma intentando obligar a tripulaciones españolas a sustituir a sus homólogas portuguesas, lo cual finalmente no dio resultado ante la negativa de las primeras, las cuales trasladaron a la empresa la difícil coyuntura legal en la que entrarían en el caso de intervenir en un conflicto laboral de otro país perteneciente a la UE.
Según se indica en el mismo escrito al que antes hacíamos referencia, los sindicatos firmantes denuncian que en este momento Ryanair ha abierto expedientes disciplinarios tanto a los trabajadores que ejercitaron su libre derecho a la huelga, como a aquellos que se negaron a sustituir a estos.
Los sindicatos han dado un plazo máximo a Ryanair hasta el próximo 30 de Junio para sentarse y comenzar las negociaciones correspondientes a las mejoras laborales. De lo contrario, se esperan huelgas a nivel europeo durante todo el mes de Julio.
De hecho, y tal como venimos publicando durante los últimos días, la situación en el aeropuerto inglés de Standsted empieza a ser verdaderamente insostenible.
Esto no se debe, ni mucho menos, a desidia o falta de interés de los trabajadores, más bien al contrario. En este momento, se ha decidido dejar de hacer favores a la compañía, los cuales tampoco reconoce, por lo que se está intentando cumplir con los horarios establecidos a rajatabla.
Ryanair ha decidido cambiar de empresa de handling, un servicio que antes tenía contratado con Swissport y ahora con OCS, pero la política de equipajes aprobada recientemente hace aguas por todos lados.
Ahora mismo, los encargados de la coordinación de los aviones de la lowcost irlandesa acaban sus turnos de trabajo en la hora que tienen establecida, y no atienden aquellos aviones que operan con retraso, lo mismo que están haciendo los profesionales que se encargan de la gestión de las maletas de los pasajeros.
De esta manera, ante la falta de personal y la acumulación de un enorme número de maletas delante de la puerta del avión, tienen que ser las propias tripulaciones las que lidien con el problema, lo que está causando enormes retrasos.
El caos ya se ha apoderado de Standsted, pero amenaza con hacer lo mismo en el resto de aeropuertos en los que opera la aerolínea.
No viene mal recordar que Ryanair es sólo un nombre, una marca comercial, los que hacen la compañía todos los días son aquellos que tienen que pagarse su formación, que tienen que comprar su propio uniforme y que tienen que aguantar cobrar menos y tener unas condiciones laborales mucho peores que las de sus homólogos en el resto de aerolíneas.
Ryanair sabe que si empieza a pagar más y a reconocer más derechos laborales, tendrá que gastar más dinero, ergo quizás no pueda seguir manteniendo sus tarifas a precios tan económicos, ergo quizás deje de contar con el favor de su público.
Una difícil disyuntiva que tendrá que resolver en breve, si no quiere arruinar las vacaciones de cientos de miles de europeos este Verano.
Como compañía aérea a nivel individual, fuera de cualquier grupo, Ryanair es la número uno en toda Europa. A nosotros no nos parece razonable que la empresa que más billetes vende, una de las que más crece, a pesar de los problemas internos y externos, y una de las que más dinero hace, mantenga filosofías laborales propias de hace varios siglos.
La gallina de los huevos de oro puede seguir poniendo durante muchos años más, pero para eso antes tendrá que modernizarse, o como dice el refrán, morir.