El año pasado fue muy malo en toda la red de aeropuertos europeos, y particularmente pésimo en los españoles.
Visto lo ocurrido, que acabó provocando cientos de miles de retrasos y cancelaciones, ¿se han puesto las medidas necesarias para que esto no vuelva a pasar?.
La respuesta a esta pregunta es fácil y rápida de contestar: NO.
No se han mejorado estructuras ni instalaciones, no se han implementado mayores medios de control aéreo ni contratado a más personal, no se han mejorado las condiciones laborales de muchos colectivos que afectan directamente a la fluidez de paso de los pasajeros que acuden a los aeropuertos, no se ha sancionado debidamente a las aerolíneas que provocan más problemas, no se ha intentado evitar la conflictividad laboral en las fechas de mayor tráfico, etc, etc, etc…
Entonces, ¿qué es lo que se ha hecho?.
Pues lo que sí se ha hecho es programar la oferta de un 6,1% más de asientos en los vuelos con salida en algún aeropuerto de AENA, lo que se traduce en un mínimo de 1.2 millones de operaciones comerciales de pasajeros, esto es, un 4,3% más que en el 2018.
Es decir, con los mismos mimbres del Verano pasado, que ya causaron gravísimos problemas en nuestro país, este año se van a hacer un 4% más de operaciones.
Sólo con este dato, sin tener en cuenta ningún otro factor, ya podemos adelantar que esta temporada va a pasar a la historia como la más caótica que se pueda recordar, pero es que esto no acaba aquí.
Esta misma predicción la comparte Eduardo Santander, director ejecutivo de la European Travel Comission, que ayer mismo confirmaba lo que se nos viene encima en la World Travel & Tourism Council, que se está celebrando en Sevilla.
Sin embargo, incluso el Sr. Santander no tuvo en cuenta los siguientes factores añadidos que pasamos a relataros.
Huelgas
Así, para empezar abriendo boca y que no nos coja el asunto demasiado en frío, ya tenemos sobre la mesa tres huelgas muy importantes que pueden arruinar los planes de muchos.
Por un lado, los pilotos de Air Nostrum convocan huelga para los días 15, 16, 17, 22, 23 y 24 de Abril, esto es, en plena Semana Santa.
Estos parones de 24 horas afectarán principalmente a la enorme red de aeropuertos secundarios que opera la aerolínea de Carlos Bertomeu, lo que además puede traer gravísimas consecuencias para el futuro de la compañía.
En segundo lugar y para no romper la tradición, los empleados de seguridad del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, también convocan una huelga indefinida a partir del 12 de Abril, lo que afectaría de lleno a las vacaciones de Semana Santa, y siguientes.
En tercer lugar, y esta es especialmente grave, se convoca a huelga a todos los trabajadores de handling de los aeropuertos españoles, con fecha de comienzo el próximo 20 de Abril…¿que cae en?…Semana Santa !!!.
Esto sólo en lo que concierne a convocatorias ya realizadas que afectarán de manera más directa a nuestro país, pero es que a nivel internacional la cosa también está bastante caliente.
Entre unas cuantas que posiblemente también tengamos que confirmar, se encuentra la que afectaría a British Airways, ya que sus empleados no están dispuestos a pasar otro año más sin que sus reivindicaciones se vean cumplidas.
En cuanto a controladores y aunque a día de hoy no podemos asegurar nada, es evidente que sus protestas laborales son cíclicas, e igual que el año pasado se produjeron en Francia, no descartamos que durante el 2019 vuelvan a saltar más, tanto en el país vecino, como en el nuestro. No nos olvidemos tampoco de Italia…
Brexit
Hace unos años nadie pensaba que el Reino Unido pudiese votar a favor de abandonar la Unión Europea, pero acabó sucediendo.
Hace unos meses tampoco nadie pensaba que el Reino Unido pudiese abandonar la Unión Europea sin un acuerdo previo, pero a día de hoy este es el escenario más probable.
Y es que una salida de los ingleses sin acuerdo, puede perjudicar enormemente a todo el sector aéreo europeo. No hablamos sólo de British Airways, que sería la más perjudicada de todas, de EasyJet, o de Ryanair, nos referimos a Iberia.
Iberia es una compañía aérea cuyo control político está en mano de España, pero su control financiero es inglés. De esta manera, de no llegarse a un acuerdo de salida, Iberia acabaría corriendo la misma suerte que British Airways.
Para evitar esto, se le ha pedido a Iberia que entregue a las autoridades españolas su «Plan B» para el caso de un Brexit sin acuerdo, con el fin de que estas lo estudien y a su vez lo pasen a sus homólogas de la Unión Europea.
Lamentablemente, el Plan B de Iberia, a día de hoy, sigue consistiendo en rezar, ya que nadie se podía haber pensado el llegar hasta este punto.
¿Alguien se imagina que Iberia no pudiese volar sobre suelo aéreo español?. Pues algunos estamos empezando a imaginarlo.
Por supuesto, todas las aerolíneas que tienen en el mercado británico su fuerte, se verán especialmente afectadas. De hecho, después de la última negativa del Parlamento Inglés para alcanzar un acuerdo de salida, las acciones de EasyJet se desplomaban en bolsa, cayendo hasta un 9,7%.
Problemas técnicos
El año pasado, muchas aerolíneas lo pasaron realmente mal por la crisis sufrida con algunas series de los motores del Boeing 787 «Dreamliner», tendiendo que cancelar vuelos o subcontratar los mismos con otras compañías aéreas.
En este segundo caso, nunca se puede garantizar que el tamaño de los aviones subcontratados coincida totalmente con el de los que no pueden volar, por lo que en la mayor parte de las ocasiones muchos pasajeros tuvieron que ser reubicados en otras fechas, o acabaron viendo sus vuelos cancelados.
Cuando parecía que lo peor había pasado, este año nos enfrentamos a la incertidumbre del 737MAX, que apunta a convertirse en un auténtico escándalo de dimensiones insospechadas.
De momento, lo que parecía un «pequeño fallo de software», se ha convertido en un culebrón que podría tambalear muy gravemente a Boeing y al gobierno estadounidense.
Lo que está claro es que el problema todavía no se ha solucionado y hay muchas aerolíneas que van a tener que pasar por el mismo mal trago dos veces, o quizás tres.
Y decimos esto porque la crisis de los Boeing 787 «Dreamliner» no sólo no ha acabado, sino que parece que se agrava.
Singapore Airlines acaba de dejar en tierra a dos de sus novísimos 787-10, después de detectarse el mismo fallo en sus motores que se había encontrado en las series anteriores dañadas.
Esto pondría de nuevo a este modelo de avión en la picota, lo que significaría nuevas revisiones y la prohibición para poder volar mientras no se confirme el alcance de la avería.
Aerolíneas en problemas
Llevamos 3 meses del 2019 anunciando cierres y quiebras de aerolíneas, como la que afectó en último lugar a WOW Air.
Pero la islandesa no va ser la última en cerrar sus puertas. Con la subida del precio del petróleo, y las tarifas aéreas en un mínimo histórico, muchas no van a poder adaptar las mismas para conseguir compensar los gastos.
Destacamos los problemas que están sufriendo la noruega Norwegian y la inglesa Flybe, metidas en sendos planes para recortar gastos y poder salir adelante.
A nivel internacional, es realmente triste ver la manera en la que se está desangrando la india Jet Airways, que hace apenas unos meses contaba con 100 aviones y ya ha perdido más de la mitad.
En Europa, nos preocupa también el estado actual de una grande, Turkish Airlines, que fue durante años reconocida como una de las mejores compañías del planeta.
Quizás perjudicada por los problemas económicos que afectan a Turquía, la aerolínea ha perdido un enorme protagonismo, y hoy mismo se enfrenta al mayor reto de su historia, que es completar con éxito su traslado al nuevo y gigantesco aeropuerto de Estambul.
Todo cambio de esta magnitud necesita de un tiempo de adaptación, con el fin de poder garantizar la vuelta a la normalidad. Nosotros tenemos nuestras dudas al respecto.
Por último, Eurocontrol acaba de comunicar que el número de pasajeros europeos que sufrirán un retraso en sus vuelos superior a las dos horas, se incrementará de los 50.000 diarios que existen ahora mismo, hasta los 470.000 diarios en el 2040.
Con todo esto sobre la mesa, y lo que todavía queda por llegar, ¿a quién no le están temblando las piernas?…