Segundo susto consecutivo en el A350 de Iberia

Cuando todavía seguíamos comentando el primer incidente ocurrido con uno de los dos modelos del Airbus A350 que opera Iberia en la actualidad, con la matrícula EC-MYX, ocurrido el pasado 11 de Septiembre en un vuelo entre Nueva York y Madrid, el mismo aparato volvía a provocar otro aterrizaje no programado el pasado Sábado.

Efectivamente, el día 6 de Octubre, después de despegar desde el aeropuerto de Barajas y mientras dicho avión se encontraba ya en altura de crucero sobre el Atlántico y a unas 80 millas nauticas de Oporto, la tripulación decidía regresar de nuevo a Madrid.

Según las manifestaciones de los pasajeros, se les comunicó que se trataba de un «problema técnico», sin especificar más sobre la naturaleza del mismo.

A día de hoy, y a pesar de lo poco que ha transcendido sobre este asunto, se apunta a una incidencia en el sistema de cierre de las compuertas que protegen el tren de aterrizaje, aunque como decimos, todavía no existe ningún tipo de confirmación oficial al respecto.

Igual que en el caso anterior que comentamos desde Turama, no es posible criticar ni achacar a la aerolínea ningún tipo de responsabilidad en un fallo técnico de estas características, máxime teniendo en cuenta que estamos hablando de un aparato nuevo que lleva operando apenas 3 meses.

En el anterior incidente, lo que sí criticamos fue la actuación de Iberia con los pasajeros que se habían quedado atrapados en el aeropuerto de Boston.

Parece que a algunos sectores no les hace ninguna gracia que se comenten este tipo de situaciones, sobre todo si hablamos de una compañía como Iberia. Por supuesto, los mismos que nos critican a nosotros por hablar abiertamente sobre este tipo de incidentes, no tienen el menor reparo en hacer lo propio cuando la aerolínea implicada es otra.

Esto quiere decir que no hay que mezclar en ningún momento churras con merinas. Hay un enorme número de compañías aéreas que han tenido serias incidencias con los motores de sus aparatos durante los últimos dos años, muchas de ellas incluidas en las listas y ranking de las mejor valoradas del mundo.

Lo que sí vemos realmente necesario, es hablar abiertamente sobre este tipo de asuntos y no precisamente para intentar dañar la imagen de nadie, más bien al contrario. Precisamente a consecuencia del oscurantismo que suele existir alrededor de estas incidencias, muchos pasajeros y potenciales clientes comienzan a elucubrar por su cuenta historias cuyo parecido con la realidad es muy escaso, por no decir nulo.

Es cierto que llama mucho la atención que un modelo de avión de ultimísima generación esté provocando este tipo de problemas, sobre todo cuando apenas cuenta con 3 meses de vida operativa, pero desgraciadamente es una situación que empieza a ser relativamente normal dentro del sector.

Recordamos de nuevo las incidencias sufridas con modelos recién salidos de sus factorías, tanto de Boeing como de Airbus, destacando especialmente las series afectadas del 787 «Dreamliner», la familia A320 NEO, o algunos 737 MAX.

Todos ellos son lo último que está a disposición de las compañías aéreas en cuanto a novedades técnicas y tecnología, además de tratarse de las aeronaves probablemente más eficientes de la historia de la aviación comercial.

De hecho, cuando comenzamos a publicar desde Turama las continuas paradas de motor de algunos aviones de ciertas aerolíneas, como hicimos en el caso de Norwegian, todavía no habían saltado a los grandes medios las incidencias surgidas en una determinada seria de los motores R&R que montan ciertos modelos.

Hasta que se explicó de manera correcta y cercana lo que estaba sucediendo, tuvimos que leer comentarios que hacían referencia a falta de mantenimiento, ahorro de piezas, falta de preparación de las tripulaciones, «consecuencias lógicas de las aerolíneas de bajo coste», y demás barbaridades por el estilo.

Entendemos que Iberia tendrá que estar especialmente molesta con lo que está ocurriendo, igual que le ha sucedido a Air Europa en su momento, a la propia Norwegian, a Air New Zealand y a las tantas y tantas compañías que invierten cantidades enormes de capital para poder renovar su flota, y acaban encontrándose con situaciones semejantes.

Por esta razón, es necesario distinguir entre algo que no se puede encuadrar dentro de una responsabilidad achacable a cualquier compañía aérea, y por otro lado la respuesta que desde esta se les da a todos los pasajeros afectados.

Hay que tener también muy presente las enormes pérdidas económicas que este tipo de incidencias causan a las compañías aéreas. Virgin tuvo que recuperar varios de sus Boeing 747 y alquilar otros tantos Airbus 330, cuando se vio obligada a dejar en tierra sus nuevos «Dreamliner», teniendo que desembolsar además importantes cantidades de dinero para actualizar los mismos.

Varias compañías indias se vieron obligadas a cancelar numerosas rutas cuando surgió otra incidencia con determinadas series NEO de Airbus, y Air Newzealand protestó amargamente por una situación similar con sus 787.

Hasta ahora, poco se había hablado de problemas con la entrega del modelo A350, que pronto estará volando en la inmensa mayoría de compañías aéreas del planeta, pero en este preciso momento ya hay muchas que se están preguntando si se trata de otro defecto de fabricación, o es algo puntual en una unidad determinada.

Lo que realmente nos preocupa, es que este mismo fin de semana ya hemos recibido una petición de un seguidor de Turama para evitar este avión, lo que para nosotros es algo realmente significativo que puede ser una muestra de un pensamiento concreto que podrían compartir muchos más pasajeros.

Por nuestra parte, seguimos convencidos de que la naturalidad a la hora de comentar este tipo de asuntos ayuda precisamente a evitar que surjan temores infundados.

El A350 va a dominar los cielos en muy poco tiempo, conjuntamente con el Boeing 787 y otros modelos que poco a poco están saliendo de sus fábricas. La familia A320 será sustituida por los nuevos NEO, y la serie MAX hará lo propio con los 737.

Más tarde o más temprano, cualquiera que vuele con cierta frecuencia tendrá la suerte de hacerlo en el interior de sus cabinas, mejorando muy notablemente la experiencia de vuelo que pueda haber tenido hasta el momento.

La diferencia no va a radicar en el tipo de avión en el que se viaje, sino en la manera en la que cada compañía aérea trate a sus clientes. Este va a ser el gran reto de las aerolíneas para el futuro.

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