La compañía aérea bandera de Tailandia, considerada una de las más importantes de Asia, se encuentra a punto de confirmar su quiebra, de acuerdo a las declaraciones realizadas por el Ministro de Industria del país Uttama Savanayana.
Thai estaba negociando con el ejecutivo tailandés un plan de rescate por importe de 2.800 millones de dólares, pero en estos momentos parece que la única opción viable que se maneja es iniciar un procedimiento de quiebra, el cual facultaría a la aerolínea el poder realizar una reestructuración mucho más profunda.
Actualmente, Thai Airways había suspendido todas sus operaciones hasta el próximo día 31 de Mayo, acumulando un déficit de 778 millones de dólares, atribuibles exclusivamente a la crisis actual y que se suman a la deuda total que la aerolínea arrastra desde hace varios ejercicios.
Thai acaba de cumplir 60 años y tiene una flota de 73 aviones, entre los que destacan:
* 12 Airbus A350 XWB
* 6 Airbus A380
* 26 Boeing 777
* 8 Boeing 787
El gobierno de Tailandia es el máximo accionista de Thai Airways, con un 51% del total de títulos, y todo apunta a que finalmente ha decidido que la mejor solución para la aerolínea no es tramitar un plan de rescate, que implicaría la firma de diversos créditos y sólo resolvería sus graves problemas financieros de manera provisional.
Acogerse a la protección legal que otorga la ley de quiebra en Tailandia, permitiría realizar «los cambios profundos que necesita acometer la compañía, la cual no puede continuar operando de la misma manera a cómo lo venía haciendo», según ha declarado Uttama Savanayana.
Según ha transcendido a los medios durante las últimas horas, las intenciones de Thai son deshacerse de todos los modelos Boeing 747 y Airbus A380 que mantenía operativos en su flota, así como de 12 unidades del Boeing 777.
En un principio, la aerolínea volvería a reanudar sus operaciones utilizando sólo los Boeing 777-300ER, sus ocho 787 «Dreamliner», y los doce Airbus A350 XWB, renunciando a formalizar otros pedidos de aeronaves durante el futuro más próximo.
Llama especialmente la atención que mientras varios ministros del ejecutivo tailandés han realizado declaraciones en las que confirman la necesidad de Thai de acogerse a la ley de quiebra, la aerolínea haya manifestado este pasado fin de semana que no tiene la menor intención de hacerlo.
En un comunicado oficial, Thai indicaba que «respondiendo a los rumores que han surgido en diversos medios de comunicación, tenemos que dejar claro que Thai no tiene intención de declararse en quiebra».
Sin embargo, hace apenas unas pocas horas la portavoz del gobierno tailandés, Narumon Pinyosinwat, aclaraba que acogerse a un procedimiento judicial de quiebra no tiene nada que ver con una declaración de bancarrota.
En un caso muy similar al protagonizado por la colombiana Avianca la semana pasada, desde todos los múltiples organismos y entidades implicadas se está evitando utilizar la palabra «quiebra», la cual es sustituida en las declaraciones oficiales por «rehabilitación».
En todo caso, la decisión final parece que será tomada durante el transcurso de esta semana, al mismo tiempo que Bloomberg da por hecho que la declaración de quiebra de Thai es inevitable.
Queremos traer también a colación las manifestaciones realizadas por el CEO de Boeing, David Calhoun, en una conversación informal que mantenía antes de una entrevista en la cadena norteamericana NBC, y que fue grabada por las cámaras.
En la misma, Calhoun comentaba que antes de finalizar este año una de las 5 grandes aerolíneas norteamericanas se declararía en quiebra.
Según Calhoun, «algo va a ocurrir alrededor de Septiembre. Los niveles de tráfico aéreo no volverán al 100%, ni siquiera llegarán al 25%, quizás hacia finales de año sólo seamos capaces de alcanzar un 50%. La amenaza para las compañías aéreas es enorme y la única palabra que define en estos momentos el estado del sector es apocalipsis».
Posteriormente y desde Boeing se ha tratado de restar importancia a estas palabras, indicando que se trataba sólo de una charla informal y que en ningún momento se apuntó hacia ninguna aerolínea en concreto.
Aún así, parece evidente que muchas compañías optarán durante este ejercicio por la posibilidad de declararse en quiebra, lo que les permitirá desarrollar un plan complejo que contemple la reestructuración profunda de la empresa, imprescindible de cara a poder afrontar la nueva era post-coronavirus.