Tremendo susto en el nuevo A350 de Iberia

Va a ser complicado que los pasajeros de Iberia que volaban el pasado Martes, día 11 de Septiembre, entre Nueva York y Madrid, olviden pronto todo lo sucedido durante el viaje.

El novísimo Airbus A350 que la compañía aérea española adquirió recientemente y que apenas lleva un mes operando, despegaba con total normalidad del aeropuerto neoyorquino JFK. Cuando se encontraba a una altura de 12.300 metros, a unas 70 millas al Sureste de Halifax (Canadá), los pilotos decidieron desconectar el motor izquierdo.

Al parecer, y sin que hasta el día de hoy se sepa con certeza lo ocurrido, se reportó a control aéreo una pérdida de potencia en el motor afectado, por lo que se decidió prescindir del mismo y regresar a Nueva York.

Esta circunstancia fue notificada a los pasajeros, que recibían la noticia como un enorme jarro de agua fría sobre sus cabezas.

El avión descendía hasta los 7.500 metros y se posicionaba para regresar al JFK de Nueva York, cuando le fue notificado un cambio en el plan inicial y se les indicó que deberían de tomar tierra en Boston.

Hora y media después, una vez finalizados todos los procedimientos exigidos para poder realizar un aterrizaje no programado (no confundir con uno de emergencia), el A350 de Iberia aterrizaba sobre la pista 33L del aeropuerto de Boston, sin mayor incidencia.

Por sus propios medios y escoltado por los servicios de emergencia, el aparato se dirigía a la terminal, en donde desembarcarían del mismo los 265 pasajeros y 11 tripulantes que iban en su interior.

Problemas con determinados motores

Para empezar, es necesario volver a aclarar una vez más que la avería de un avión en muy pocos casos es achacable a la aerolínea a la que pertenece. Mucho menos en esta situación, cuando estamos hablando de un aparato recientemente comprado, que apenas tiene un mes de vida operativa, y que además se supone que es la última generación dentro de la industria, dado que cuenta con los mayores adelantos técnicos en vigor hoy en día.

De todas formas, tampoco es la primera vez que la apuesta que realizó Iberia hace ya cierto tiempo para prescindir de los modelos de la marca Boeing, acaba convirtiéndose en un tiro por la culata.

De hecho, el 28 de Julio del año pasado, en otro avión prácticamente nuevo que operaba para Level la ruta entre Barcelona y Oakland (California), también sufrió un problema muy similar en el motor derecho, que obligó a su desconexión, siendo necesario aterrizar el Airbus A330 afectado en la ciudad de Salt Lake City.

Y es que el problema no lo tienen directamente Boeing o Airbus, aunque finalmente son los máximos responsables de los aviones que comercializan, sino los motores de los mismos, de cuya fabricación se encargan firmas tan míticas del sector como Rolls Royce, Pratt&Whitney, o CFM.

Coincidiendo con la salida de los últimos modelos de la industria, se han registrado en los pasados años múltiples incidencias en determinadas series de motores, que han causado problemas graves a las aerolíneas que los han sufrido.

Uno de los aviones más vendidos en la actualidad, el Boeing 787 «Dreamliner», monta en determinados aparatos algunas series de estos motores defectuosos, lo que obligó a una revisión exhaustiva de los mismos, procedimiento este que se sigue llevando a cabo y no finalizará muy probablemente hasta el próximo año.

Esto ha significado la retirada de los aviones supuestamente afectados hasta confirmar que son aptos para seguir operando con normalidad, por lo que las compañías aéreas se han visto obligadas a reponerlos por su cuenta para que la medida no afecte a la flota y número de vuelos programados.

El mismo problema surgió también con la salida de la nueva familia NEO de Airbus, lo que en su momento causó un gravísimo caos, al tener que dejar en tierra de un día para otro todos los aviones supuestamente afectados por un problema de serie en sus motores.

Incidencia sin peligro

Dicho esto, una vez aclarado que se trata de la incidencia más habitual que vamos a tener en los próximos años en el sector aéreo, común para los mayores fabricantes, aparatos y compañías aéreas que los operan, es justo también apuntar que todos estos modelos están certificados para poder volar con normalidad utilizando para ello un solo motor.

La certificación ETOPS, garantiza que cada modelo de avión puede volar y aterrizar con normalidad utilizando un solo motor, durante un intervalo de tiempo que varía dependiendo de diversos factores.

En el caso concreto que nos ocupa, un Airbus A350, en condiciones normales, podría volar hasta 370 minutos utilizando la potencia suministrada por uno solo de sus motores.

Esto quiere decir que, además del entendible susto que se llevaron los pasajeros y las molestias ocasionadas a los mismos, en ningún momento sus vidas estuvieron en peligro.

Comportamiento de lowcost

Pero todo esto es una cosa, y otra muy distinta la actuación de la compañía aérea una vez ocurrida la incidencia.

Evidentemente, no es un plato de buen gusto para nadie tener que cancelar un vuelo por avería de uno de los aviones, pero es que resulta que el negocio que tienen las compañías aéreas no consiste sólo en volar de un punto A a un punto B.

Dentro de los «gajes» del oficio se encuentra tener que lidiar con este tipo de asuntos, y hacerlo de tal manera que los mismos no supongan grandes complicaciones para los usuarios afectados, los cuales es probable que todavía se encuentren en estado de semi shock por lo novedoso de la situación.

Como hemos comentado anteriormente, desde el momento en el que se produce la avería y se notifica la misma, hasta el momento en el que se toma tierra, pueden pasar incluso varias horas, por lo que aún dando por bueno que estamos ante un hecho fortuito y no programado, no es menos cierto que también hay un margen bastante aceptable de tiempo para poder tomar decisiones.

Si a esto le sumamos todo el tiempo que los pasajeros afectados dicen haber estado sin recibir noticias por parte de Iberia, nos encontramos con que estamos hablando ya de más de seis horas de margen, que nosotros entendemos suficientes para levantar el teléfono y contratar los desplazamientos y alojamientos oportunos.

La imagen de los pasajeros afectados, dispuestos sobre camillas de campaña en medio del aeropuerto de Boston, se corresponde más con un tipo de aerolínea con sede en algún país del tercer mundo.

Iberia no es precisamente barata, más bien al contrario, por lo que habría que suponer que esa cantidad a mayores que se está abonando se utiliza para dar una respuesta adecuada a los clientes cuando ocurren hechos como los aquí comentados.

Si finalmente la respuesta de la aerolínea es dejar a sus pasajeros pendientes de noticias, dando un espectáculo absolutamente bochornoso dentro del aeropuerto, luego no nos sorprendamos del porqué muchos pasajeros prefieren pagar lo mínimo imprescindible y meterse en cualquier avión de cualquier compañía.

Dando por hecho que hay que conseguir unas 125 habitaciones en el menor plazo de tiempo posible, también hay que tener en cuenta que estamos hablando de Boston, no de una isla en medio del Atlántico.

Si Iberia, en más de 6 horas, no es capaz de conseguir alojamiento para los pasajeros afectados, le recomendamos que hable con nosotros, que con una infraestructura infinitamente más pequeña, nos comprometemos a solucionar el problema en mucho menos tiempo.

Finalmente, se paga más por un servicio que es igual, o peor, al de cualquier aerolínea lowcost, por lo que no acabamos de ver dónde está el valor añadido que tiene volar con Iberia.

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