Virgin Atlantic se declara en quiebra

Hace apenas 48 horas el fundador de la aerolínea inglesa Virgin Atlantic, Sir Richard Branson, hacía público el acuerdo al que había llegado con Rolls&Royce para la construcción y comercialización de un avión supersónico, capaz de cubrir la ruta entre Londres y Nueva York en un tiempo de 90 minutos.

Avión supersónico de Virgin Galactic

Sólo dos días después se confirmaba la declaración de quiebra de Virgin Atlantic, la cual se acoge a la protección que otorga el capítulo 15 de la legislación prevista para este tipo de situaciones en los EEUU.

La decisión tomada por la compañía se había dejado entrever con bastante anterioridad, después de que el propio Branson comunicase a la prensa que la aerolínea se quedaría sin efectivo el próximo mes de Septiembre.

Según argumenta Virgin en el escrito presentado ante el Juzgado del Distrito Sur de la ciudad de Nueva York, ya se habían comenzado a tomar diversas medidas para controlar la liquidez de la aerolínea, a la luz de unas condiciones financieras y operacionales sin precedentes, pero es evidente que se necesita una recapitalización para poder asegurar la viabilidad empresarial más allá del mes de Septiembre.

Virgin Atlantic es una de las compañías aéreas más populares del Reino Unido, caracterizada por su excelente trato con el pasajero, y dedicada en exclusiva a operar vuelos de largo radio.

Actualmente posee una flota compuesta por 41 aeronaves, aunque la gran mayoría de ellas están arrendadas a otras empresas a través de contratos de leasing.

Destacan principalmente 17 unidades del Boeing 787 «Dreamliner», 4 del modelo Airbus A350XWB, 14 Airbus A330, y por último 6 Boeing 747 que acababan de ser retirados.

Airbus A350 de Virgin Atlantic

Ante la crisis sanitaria actual y la caída estrepitosa en el número de pasajeros, Virgin mantenía en tierra desde el pasado mes de Marzo toda su flota de Airbus A330.

A partir de este momento, Virgin intentará llegar a acuerdos para modificar los términos de diversos contratos que mantiene vigentes con sus proveedores y acreedores, con el fin de reducir al máximo los gastos y diferir los pagos pendientes.

En un principio, Branson mantiene vigente su plan para intentar recaudar la cifra de 1.200 millones de libras, a través de diversos créditos e inyecciones de capital que en teoría deberían producirse durante los próximos 18 meses.

Por otro lado, también se ha procedido a la rescisión del contrato de 3.550 trabajadores, así como al cierre de la base que se mantenía en el aeropuerto de Gatwick, con el fin de centrarse en exclusiva en Heathrow y Manchester.

Branson declaraba a la prensa lo siguiente:

«Llevo más de 5 décadas haciendo negocios, pero este es el momento más complicado en el que me he encontrado en toda mi vida».

Boeing 747 de Virgin Atlantic

Al no operar vuelos domésticos, la viabilidad de Virgin Atlantic pasa por la reapertura de las fronteras internacionales, algo que a día de hoy no parece que vaya a ocurrir en breve.

Por esta razón, y con la intención de proteger los intereses de accionistas, acreedores y proveedores, Virgin necesita acogerse a la protección especial del capítulo 15 de la ley de quiebras de los EEUU, especialmente diseñada para operadores extranjeros.

El pasado mes de Abril, Branson también había optado por la misma solución para Virgin Australia, la filial que opera en nuestras antípodas, a la vista de las pocas perspectivas de recuperación que presenta el sector aéreo en Oceanía, en lo que se refiere a los vuelos intercontinentales.

Es de destacar también la pésima suerte de la norteamericana Delta Airlines, que en apenas 4 meses ha visto como las aerolíneas por las que había apostado para invertir capital se declaraban en quiebra.

Primero fue la colombiana Avianca, posteriormente siguió Aero Mexico, y ahora finalmente también Virgin Atlantic. En todas ellas posee una parte muy importante del accionariado.

Junto con la ya desaparecida Monarch, Virgin Atlantic es una de las pocas aerolíneas inglesas que cuenta con el beneplácito de los usuarios, principalmente por su filosofía desenfadada, un alto nivel de atención al pasajero y tarifas ajustadas.

Sin duda alguna, si alguien puede sacar de esta crisis a Virgin Atlantic esa persona es Richard Branson, y nos negamos a creer que vaya a dejar caer a la empresa que representa una de sus mayores pasiones en la vida: volar.

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