Vueling, 25 euros por embarcar con equipaje de mano

La aerolínea copia con esta medida las políticas de equipaje de las lowcost más importantes de Europa.

En el peor momento histórico para el sector aéreo, Vueling se descuelga gravando el equipaje de mano de sus futuros pasajeros, con efectos inmediatos.

Noticias de aerolíneas. Airbus A320 de la lowcost Vueling

Desde ayer mismo, cualquier pasajero de Vueling que pretenda embarcar con equipaje de mano que supere las medidas 40x20x30, esto es, el tamaño de un pequeño bolso o maletín, tendrá que desembolsar la cantidad de 25 euros.

Si no desea asumir este importe, la compañía ofrece la posibilidad de facturarlo de manera gratuita.

Esta nueva norma afecta a todos los pasajeros que adquieran la tarifa Básica, ya que el resto incluyen la posibilidad de embarcar con un bulto que no supere los 10 kg de peso y las medidas estándar para el equipaje de mano, 55x40x20.

De esta manera, la compañía está calcando la misma política sobre el equipaje dentro de la cabina que tanto se había criticado en su momento a Ryanair, la primera que propuso el abono adicional para este concepto.

Nada que decir al respecto, ya que Vueling, como aerolínea lowcost que es, depende esencialmente de los gastos que sus clientes hagan a mayores del precio del billete, lo que se conoce como «ancillaries», o gastos adicionales (reserva de asiento, embarque preferente, etc).

Lo que sí llama poderosamente la atención es que Vueling adopte esta postura justo en el momento en el que el sector aéreo se tambalea de manera muy peligrosa, debido no sólo a la crisis provocada por la pandemia, sino también a la pérdida de credibilidad y falta de confianza por parte de los pasajeros.

No parece que sea este el mejor momento para atacar el bolsillo de los pocos usuarios actuales del transporte aéreo, que además de enfrentarse a posibles cancelaciones de sus vuelos en el último minuto, tienen que pelear posteriormente con las compañías para conseguir el reembolso de las cantidades abonadas.

En vez de vender esta nueva vuelta de tuerca como lo que realmente es, una manera de conseguir dinero a mayores en un momento muy complicado para el sector, tal y como hizo Ryanair en su día, Vueling lo ha disfrazado como un favor que hace a sus pasajeros, para protegerlos de un posible contagio mientras embarcan y desembarcan.

La aerolínea lo explica argumentado que de a partir de este momento «se ofrece a todos nuestros clientes un servicio más consistente que garantice las recomendaciones sanitarias en el actual escenario de nueva normalidad, y favorece que los procesos de embarque y desembarque sean más ágiles, lo que redunda en garantizar la distancia y el menor contacto entre pasajeros».

A la vista de esto, cualquiera pensaría que si realmente el interés radica en agilizar la entrada y salida de pasajeros del avión para evitar el contacto entre ellos, lo lógico sería eliminar el equipaje de mano en cabina para todos, y no cobrar por subirlo a bordo.

Es decir, ¿Qué pasa si todos los usuarios deciden abonar los 25 euros y acceder con sus maletas al interior de la aeronave?, pues siguiendo la misma regla de tres, no se podría garantizar ni la distancia ni el «menor contacto entre pasajeros».

Pero obviamente en este último caso, la aerolínea superaría el disgusto gracias a los mayores ingresos por cliente que esto supondría.

O dicho de otro modo, en vez de cobrar 25 euros a cada usuario, también se podría plantear la posibilidad de ordenar los embarques y desembarques de tal manera que no se produzca ese «contacto» entre pasajeros.

Vueling ha hecho lo que algunas otras compañías aéreas, que es esconderse tras la pandemia para justificar nuevas imposiciones, como aquellas aerolíneas que comunicaron que ya no servirían catering a bordo para evitar contagios.

No tardaremos demasiado en tener que pagar también por utilizar el baño del avión, tal y como propuso Ryanair en su momento, y mientras que la lowcost irlandesa adoptará esta medida para conseguir un mayor gasto por pasajero dentro de sus aviones, el resto de aerolíneas primero la criticarán, y luego harán exactamente lo mismo diciendo que se vieron obligadas por razones sanitarias.

Y esto está ocurriendo cuando a día de hoy todavía existe una mínima competencia dentro de la mayoría de aeropuertos españoles, porque en cuanto desaparezca y muchos usuarios estemos condenados a volar con alguna aerolínea del grupo IAG, sí o sí, la cosa se va a poner especialmente peliaguda.

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