WOW Air, al borde de la bancarrota

Desde el año pasado venimos relatando, muy a nuestro pesar, los malos momentos por los que están pasando las aerolíneas de bajo coste que operan vuelos de medio y largo recorrido.

De las pocas que quedan ya en pie, no hay una sola que pueda alardear de una contabilidad saneada y sostenible.

Muchos nos criticaron cuando explicamos nuestra visión sobre la industria del lowcost en los vuelos más largos, la cual para nosotros es un camino hacia ninguna parte, pero el tiempo sigue empeñado en darnos la razón.

Mientras la gran mayoría de medios españoles llevan meses anunciando el fin definitivo de Norwegian, a base de una estudiada estrategia compuesta por las tan de moda «fake news», hay otras compañías aéreas que están en una posición bastante peor. Este es el caso de la islandesa WOW Air.

Nótese el tag que se aplica a esta noticia que habla de Norwegian: «Quiebra».

Sin financiación

WOW transportaba durante el año 2018 a más de 3.5 millones de pasajeros, en una flota compuesta exclusivamente por Airbus, lo que le permitió ahorrarse los enormes sobresaltos provocados por los dos escandalosos fiascos de Boeing.

La aerolínea de bajo coste islandesa comenzaba a operar el 31 de Mayo de 2012, y emplea en la actualidad a unos 1.000 trabajadores. El rápido crecimiento experimentado por WOW, sin embargo, no la ha librado de generar importantes pérdidas, llegando a un punto en el que su solvencia pende literalmente de un hilo.

El plan para conseguir la salvación de la aerolínea dependía de conseguir convencer a distintos inversores, para que estos inyectasen el capital necesario para poder seguir volando, exactamente igual a lo que hacía Norwegian a principios de este año.

En primer lugar se situaba la opción más clara y, supuestamente, la más fácil. El grupo Indigo Partners parecía dispuesto a invertir 90 millones de dólares en WOW Air.

La poderosa firma india gusta de participar en diversas empresas del sector y en la actualidad forma parte del accionariado de otras compañías aéreas, como la mexicana Volaris, la norteamericana Frontier, o la Europea Wizz Air.

De esta manera, a WOW Air se le abría una puerta muy importante de cara al futuro, anunciando incluso la posibilidad de iniciar operaciones hacia la India, donde existe un gigantesco mercado emergente listo para explotar en cualquier momento.

Lamentablemente, Indigo publicaba un comunicado hace una semana, en el que lamentaba la decisión de no invertir capital alguno en WOW, lo que supuso un jarro de agua fría para la lowcost.

Cuando se cerraba la puerta de la India, se volvía a abrir la de Islandia, ya que con la intermediación del gobierno del país, se retomaban una vez más las conversaciones con su vecina Icelandair, con el fin de que esta se hiciese finalmente con WOW y ambas se pudiesen beneficiar de una colaboración mutua, en vez de competir por el mismo mercado.

Tal y como comentamos en Turama, esta segunda opción no nos parecía clara desde un principio, básicamente porque Icelandair también está pasando por un pésimo momento, habiendo comunicado un resultado negativo sobre todo el ejercicio del pasado año de -55.6 millones de dólares.

Con una pérdidas superiores a los 55 millones de dólares, y compitiendo en un mercado tan sumamente peligroso y volátil, como es el del sector aéreo europeo, la apuesta por WOW Air tenía más aspecto de acabar definitivamente arrastrando a ambas aerolíneas al abismo, que de un resurgimiento empresarial.

Finalmente, Icelandair lanzaba a los medios este pasado Domingo el siguiente comunicado oficial: «Icelandair Group ha decidido que su posible implicación en las operaciones de WOW Air, tal y como se anunció el 20 de Marzo del 2019, no se materializará».

De esta manera tan escueta y directa, se cerraba la que parecía ser la última posibilidad de supervivencia para WOW Air.

Tercera opción

Una vez el plan A y el plan B han fracasado, WOW se encuentra con el peor de los escenarios posibles: tener que echar mano del plan C.

Básicamente, ahora todo consiste en intentar mantener conversaciones con los principales acreedores, y también deudores, de la aerolínea, con el fin de renegociar la deuda y los pagos pendientes.

No disponiendo de un inversor que pueda garantizar la viabilidad económica de la compañía para el presente y el futuro más inmediato, se nos antoja que el éxito de esta tercera vía es altamente improbable.

De hecho, WOW había comenzado, exactamente igual que Norwegian, a vender parte de su flota y eliminar las operaciones menos rentables, con el fin de minimizar las pérdidas, en la medida de lo posible.

Sin embargo, con un número de aparatos tan reducido (finalmente se quedaría con poco más de 11 aviones) y una competencia tan sumamente fuerte, lo cierto es que la empresa parecía excesivamente complicada.

Hoy mismo se han cancelado vuelos entre Londres y Reykjavik, dejando a cientos de pasajeros tirados en aeropuertos de ambos países, sin respuesta por parte de WOW.

Es más que evidente que esta situación disminuirá todavía en mayor medida la venta de billetes, por lo que creemos que sólo un milagro de última hora podría arreglar el problema de la compañía.

El mal del Norte

Muchos nos sorprendimos al ver que un país tan pequeño como Islandia, de apenas 275.000 habitantes (la población aproximada de la ciudad de Vigo), era capaz de generar varias compañías aéreas.

A Icelandair se le unía la ya desaparecida Primera, con una filosofía empresarial muy parecida a la de WOW.

Hoy por hoy, con una de ellas fuera ya de combate, otra en situación muy precaria y la tercera pendiente de ver cómo se desarrollan los acontecimientos durante este año, parece evidente que el «sistema del Norte» se ha mostrado muy poco eficaz.

También en el norte tenemos a Norwegian, que sigue su lucha particular contra los elementos y la pésima suerte.

La lowcost noruega tenía planteada la venta de varios aviones, con el fin de capitalizar en la medida de lo posible sus recursos, pero a consecuencia de lo ocurrido con los Boeing 737MAX, ahora necesita disponer de toda su flota para cumplir con las operaciones previstas.

Es más, es muy probable que tenga que volver a echar mano de otras aerolíneas para no tener que cancelar vuelos.

Parece increíble que después de haber pasado la crisis con los Boeing 787 «Dreamliner», lo cual le provocó enormes pérdidas económicas, este nuevo año tenga que enfrentarse de nuevo a otra crisis que apunta todavía peores perspectivas, la de los 737MAX.

Aunque es probable que Boeing anuncie la solución a su problema de software en las próximas semanas, todavía nos queda por ver cómo van a reaccionar los pasajeros ante la posibilidad de subirse a un MAX, teniendo en cuenta todas las barbaridades que se han dicho sobre este aparato desde diversos medios de comunicación.

Las cosas tampoco pintan demasiado bien al Este del Planeta. Aerolíneas del tamaño de Jet Airways, o Asiana Airlines, preocupan enormemente dentro del sector, dado el calado que tienen ambas en el mismo.

De nuevo, enormes dificultades económicas para las dos están propiciando medidas desesperadas para poder seguir operando, y no se descarta ningún tipo de resolución final.

Desde aquí, sólo desear la mejor de las suertes a WOW, esperando que consiga salir de esta situación lo antes posible, por su propio bien, el de sus trabajadores y el de todos sus pasajeros.

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