Airbnb, el timo que está arruinando cientos de vacaciones

Está todo perfectamente calculado. Llegas a tu destino de vacaciones y justo 10 minutos antes de la hora acordada para hacer el check in en el piso que alquilaste a través de la plataforma Airbnb, recibes una llamada de teléfono del supuesto propietario.

A través de un número oculto, esta persona te comunica que lamentablemente no vas a poder acceder al inmueble, ya que el inquilino que estaba alojado previamente metió algo en el baño y tiró de la cisterna, provocando un grave problema con las cañerías y una inundación que se está intentado arreglar en ese preciso momento.

Te dejan unos segundos para que tomes consciencia de la situación: acabas de llegar a una ciudad que quizás no conoces, o al menos no lo suficiente, y de repente te enteras de que ya no tienes el alojamiento que habías previsto y abonado con anterioridad.

Cuando tu nivel de desesperación ya ha llegado a la cota más alta, esa misma persona te comenta que, casualmente, tiene otro piso en el que sí te podrías quedar.

Te pasa una dirección y no está en la misma zona en la que tú querías hospedarte, pero es que resulta que tus opciones son más bien escasas: si te pones a buscar un hotel, puedes tardar un montón de tiempo, y acabarás pagando una cantidad bastante importante de dinero, y por otro lado te están dando la oportunidad de alojarte en otro inmueble.

En el caso de que comiences a dudar, la persona que está al otro lado del teléfono te deja caer que siempre puedes ir y verlo, y si no te gusta te vas. Además, también te informa de que es un poco más grande que el original que habías alquilado.

Así que visto lo visto, decides darle una oportunidad al nuevo piso, y te buscas la vida para llegar hasta allí.

Como era de esperar, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. El alojamiento prometido es poco más que una pequeña «chabola», llena de muebles absolutamente destrozados y un montón de camas acumuladas en una esquina.

En muchos casos, incluso ya hay huéspedes alojados en otras habitaciones, que han sufrido la misma suerte que tú. Intentas contactar con el propietario, pero no sabes cómo hacerlo, así que como ya es muy tarde decides hablar con Airbnb al día siguiente.

Has perdido tu primer día de vacaciones bailando de un sitio a otro, y no estás dispuesto a quedarte en semejante lugar, pero poco más puedes hacer, salvo esperar a que pase la noche e intentar solventar la situación por la mañana.

Así que, haciendo de tripas corazón, pasas tu primer día de vacaciones en la «casa del infierno».

A la mañana siguiente logras hablar con Airbnb, donde se te comunica que como ya has pasado una noche en el alojamiento alternativo que te proporcionó el propietario del piso que habías alquilado, no tienes derecho a la devolución íntegra de la cantidad que abonaste.

Desde Airbnb se te ofrece un 25% del total pagado por el piso, con lo que todavía te quedas más frío de lo que estabas.

¿Y qué haces?, ¿vas a pasarte el resto de tus vacaciones discutiendo?. Pues dejas el asunto pendiente para arreglar a tu regreso, y acabas pagando también la tarifa de una habitación de hotel.

Este caso es totalmente real, y ha sido denunciado a través de diversos medios públicos en los EEUU, ya que finalmente se descubrió una red de falsos propietarios que se dedicaban de esta manera a estafar a sus huéspedes, haciendo uso de los recovecos legales que tiene la plataforma Airbnb.

Después de que este asunto circulase por la red durante un tiempo, han sido muchos los afectados que se han ido sumando a la denuncia, haciendo salir a la luz un grave problema que afecta al sistema que utiliza Airbnb para dar de alta a nuevos propietarios y confirmar su identidad.

En el caso comentado, se trataba de una sociedad propietaria de distintos inmuebles a lo largo y ancho del país, incluso de edificios enteros en algunas ciudades.

En Airbnb se hacían pasar por un matrimonio local, con muy buenos comentarios de otros usuarios, los cuales disponían de un piso turístico muy bien ubicado y con unas excelentes fotografías de su interior.

En realidad, ese piso ofertado no existía. A través de distintos perfiles subidos a Airbnb (casi todos correspondientes a matrimonios locales) se comercializaba en diversas ciudades, haciendo pequeños cambios en el mobiliario para que no apareciesen siempre las mismas fotos.

Con el truco de la llamada en el último momento y los problemas en las tuberías, se iba redirigiendo a los inquilinos estafados a otras propiedades, normalmente alejadas del centro y en un estado de conservación pésimo.

Utilizando los distintos perfiles, se dejaban mensajes unos a otros, como si se tratase de huéspedes que habían estado alojados en los inmuebles ofertados, siempre comentando lo bien que habían sido atendidos y la profesionalidad del propietario.

Es más, estas auténticas mafias perfectamente organizadas, han obligado en ocasiones a muchos de los inquilinos estafados a dejarles un comentario positivo en su perfil, bajo la amenaza de inventarse una historia que conseguiría que perdiesen su reputación dentro de la plataforma.

Esto se debe a que en Airbnb, igual que el inquilino valora y califica al propietario del inmueble, este puede hacer exactamente lo mismo con su huésped.

Se pudo comprobar cómo aquellos huéspedes que osaban quejarse por lo ocurrido, eran acusados de montar fiestas por la noche, dejar el piso sucio y desordenado, fumar, comer, o beber alcohol en lugares no permitidos, dejando un reguero de botellas por todo el lugar, o incluso de mala educación o falta de higiene.

Con este tipo de comentarios, esos huéspedes lo van a tener muy complicado para seguir alquilando pisos a través de Airbnb, ya que la gran mayoría de propietarios reales y honrados que tiene la plataforma, preferirán que no pisen su propiedad.

En la gran mayoría de los casos, los turistas afectados decidían quedarse en el piso alternativo, aunque este no tuviese nada que ver con lo que habían pagado, simplemente por no entrar en el farragoso trámite de reclamaciones y problemas.

Los que sí decidían reclamar, acababan recibiendo una oferta casi ridícula de Airbnb, pero ante la alternativa de tener que iniciar un pleito, finamente aceptaban el dinero y preferían olvidarse de todo el tema.

Desde el pasado 1 de Noviembre, el FBI estadounidense está investigando todo lo ocurrido.

Hay varios puntos que debes de tener en cuenta si tienes pensado utilizar este servicio, de cara a evitar desagradables sorpresas de este estilo:

Airbnb siempre tiene la última palabra

Cuando aceptas las condiciones de la plataforma para hacer uso de ella, estás aceptando que en caso de cualquier problema o litigio con un propietario, Airbnb será la encargada de decidir cómo se resuelve, o quién tiene la razón.

Todo siempre por escrito

Olvídate de lo que te puedan comentar por teléfono, o de las opciones o explicaciones que te puedan dar. Toda comunicación con el propietario de un piso, sobre todo en caso de problemas, debe de quedar registrada por escrito en el servicio de mensajería de la propia aplicación.

En caso de incidencias, no podrás aportar las posibles conversaciones telefónicas que hayas tenido, por lo que solicita siempre confirmación de todo por escrito.

Nunca aceptes dormir una sola noche

Todo está diseñado para dejarte el mínimo tiempo posible de reacción, por lo que es muy normal que, en medio de una situación desesperada, aceptes pernoctar una noche en el piso alternativo que te han ofrecido.

Si haces esto, ya has perdido toda posibilidad de recibir un reembolso íntegro de tu dinero.

Siempre, contacta antes con Airbnb

Si te comunican cualquier cambio de planes por parte del propietario del piso que alquilaste, lo primero que tienes que hacer es contactar urgentemente con Airbnb para comentar la incidencia.

Cuanto más tardes en hacerlo, y sobre todo si te pones en manos de un falso propietario, luego lo vas a tener difícil para demostrar tu versión.

Cuidado con las malas críticas

Si localizas el perfil de un propietario en Airbnb, que tiene una mezcla de críticas muy buenas y otras pésimas, puedes comenzar a sospechar.

Te recomendamos revisar los perfiles de aquellos que han escrito los mejores comentarios, y descártalos si ves que ellos también ejercen de propietarios en Airbnb, sobre todo en la misma ciudad u otras cercanas.

Ojo con las fotos

Con la aplicación del buscador de imágenes de Google, podrás comprobar si fotos de las que sospechas aparecen también en otros perfiles de propietarios de Airbnb.

Los perfiles falsos también suelen utilizar fotos sacadas de repositorios de imágenes gratuitos, por lo que suelen ser muy fáciles de encontrar en la red.

Nunca contactes con perfiles que utilizan imágenes sacadas de la propia web.

Comprueba la dirección

En ocasiones, se pueden mostrar fotos en las que se ve el exterior del edificio, y muchas veces se muestran parques, playas, monumentos conocidos, etc.

Con Google maps podrás comprobar si, efectivamente, la ubicación del alojamiento que te interesa tiene ese tipo de vistas, o no.

Es muy común echar mano de Photoshop para subir una foto en la que desde una ventana del piso se puede ver el Empire State, o la Torre Eiffel, cuando en realidad se trata de edificios que carecen de estas vistas.

Nunca canceles el alquiler por tu cuenta

Estos falsos propietarios han establecido un «fee», o tasa en caso de cancelación del alquiler contratado, que tendrás que abonar si decides hacerlo.

A pesar del gran cabreo que probablemente tengas, nunca optes por cancelar sin más, ya que les estarás regalando una importante cantidad de dinero a cambio de nada.

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