Las redes sociales del Reino Unido se han mantenido especialmente entretenidas durante los últimos días, a consecuencia de la publicación de un pasajero que viajó recientemente con la aerolínea lowcost Ryanair.
Sin que realmente hayan trascendido demasiados datos sobre la ruta en cuestión, sabemos que el protagonista de esta historia había pagado a la compañía la reserva de un asiento específico dentro de la cabina del aparato, ubicado cerca de la puerta de salida.
«Compré el asiento 4B, que es el que está en el medio de esa fila. Puede sonar un poco raro, pero era el único disponible en ese momento que estaba más cerca de la puerta de salida. Después del aterrizaje tenía que tomar un tren y necesitaba abandonar el avión lo más rápido posible. Perder ese tren para mi significa tener que esperar hora y media hasta el siguiente, o pagar 70 libras a un taxista».
La incidencia surgió cuando esta persona procedió a embarcar en la aeronave, encontrándose en la butaca de ventanilla a una madre que sostenía sobre sus brazos a un bebé de muy corta edad.
Nada más ocupar su asiento la mujer le preguntó en voz alta si podría cambiar el sitio con el de su marido, que se encontraba en la parte trasera de la cabina, con el fin de poder viajar los 3 juntos.
Según relata el propio afectado, todos los ojos del resto de pasajeros que se percataron de la escena se posaron sobre él, esperando una respuesta afirmativa a la petición realizada por la madre.
Sin embargo, debido a las razones antes argumentadas, la contestación final fue que no podía intercambiar el asiento con otro pasajero, lo que al parecer provocó un murmullo generalizado de desaprobación dentro del avión.
Después de hablar con los auxiliares de vuelo y otros dos ocupantes del aparato, finalmente la mujer y el bebé pasaron a la parte trasera del avión, realizando el trayecto de 2 horas junto con su pareja.
Al parecer, durante el propio vuelo varios pasajeros le recriminaron su actitud, una situación desagradable que quiso compartir posteriormente a través de las redes sociales.
Si bien es cierto que la lluvia de críticas por parte de los internautas fue considerable, tampoco se puede obviar que otro grupo muy numeroso de personas defendieron y justificaron su decisión de no ceder el asiento.
Los primeros sostienen que tratándose de una madre a cargo de un bebé, debería de haber mostrado un poco más de empatía por ella.
Por otro lado, los segundos afirman que precisamente por tratarse de un caso tan especial, los padres de la criatura deberían haber reservado 3 asientos juntos dentro de la cabina, y no esperar a la buena voluntad del resto de pasajeros.
Otros, simplemente aprovecharon para volver a echar en cara a Ryanair que siga separando dentro del avión a los componentes de una misma reserva, una práctica que la aerolínea ha negado en múltiples ocasiones.
Link: Separar a familias dentro de un avión no es recomendable.
En todo caso, se trata de una circunstancia que suele surgir habitualmente en muchos vuelos, y que además ha creado una enorme polémica entre aquellos que habrían cedido su butaca y los que no lo hubiesen hecho.
Este asunto ha llegado a ocupar páginas enteras de conocidos diarios británicos, alimentando la controversia entre los partidarios de una mayor flexibilidad a la hora de volar en un asiento determinado, y aquellos que defienden exactamente lo contrario.
La venta de asientos específicos dentro de la cabina de un avión es uno de los muchos servicios adicionales, conocidos dentro del argot como ancillaries, que más beneficios otorga a las compañías aéreas.
A pesar de los precios que se abonan para reservar las butacas, las aerolíneas siempre se reservan el derecho a no respetar las preferencias de sus clientes, lo que acaba generando conflictos en demasiadas ocasiones.
Las preguntas que surgen tras este incidente son si realmente el pasajero afectado debería haber cedido su asiento, o más bien si la familia tendría que haber reservado previamente 3 butacas juntas dentro de la cabina, o quizás si la compañía no debería separar a los clientes que deciden no pagar por una ubicación específica dentro del avión.
¿Tú que hubieses hecho?…