La afirmación que da título a este post no es una creación nuestra, ni mucho menos, se trata del resultado de una investigación realizada por la CAA (Civil Aviation Authority) inglesa, a raíz de la lluvia de quejas que se están registrando por parte de aquellos pasajeros que no están dispuestos a pagar el extra que actualmente supone el poder elegir un sitio dentro de la cabina.
Hasta no hace demasiado tiempo, la mayoría de las compañías aéreas juntaban en asientos adyacentes a todos los pasajeros que conformaban una misma reserva.
Sin embargo, a día de hoy esto ha cambiado y la práctica totalidad de aerolíneas se han sacado de la manga el famoso «algoritmo», el cual separa de manera intencionada a todos los usuarios, salvo que estos abonen la cantidad que corresponda para poder sentarse en un lugar determinado dentro del avión.
Aunque, tal y como decimos, esta práctica se ha llegado a generalizar en todo el sector, la compañía que suscitó más críticas al ponerla en práctica por primera vez fue la irlandesa Ryanair, reina europea del bajo coste.
La metedura de pata de su máximo responsable, Michael O´Leary, fue el afirmar públicamente que su aerolínea no separaba a nadie en la mayor parte de los casos, cuando precisamente tenía enfrente a una legión de clientes indignados por este asunto.
El lío llegó a tales términos, que un prestigioso programa de televisión de la BBC, conocido como «Watchdog», que lleva más de 30 años en antena denunciando todo tipo de irregularidades, le dedicó todo un episodio a este problema, llegando a demostrar que era más fácil que te tocase una quiniela que el famoso algoritmo de Ryanair te sentase al lado de los tuyos de manera gratuita.
Sin embargo, fue la Royal Aeronautical Society Flight Operations Group (FOG) la que sentó las bases de un estudio en el que se concluye que las familias que vuelan separadas dentro de la cabina de un avión, son un serio peligro para el resto de pasajeros en caso de emergencia.
La FOG llegó a esta conclusión tras estudiar detenidamente 12 incidentes recientes en diversas compañías aéreas.
En todos los casos, cuando se producía una situación de emergencia, como la descompresión de la cabina, o se necesitaba evacuar el avión a la mayor rapidez, aquellos pasajeros que viajaban separados de sus seres queridos lo primero que hacían era desplazarse hasta donde estaban sentados, entorpeciendo y obstaculizando el paso al resto de pasajeros.
En los casos de niños, la misma situación se reproducía en situaciones menos graves, como al atravesar por áreas de turbulencias severas.
La tendencia de los padres siempre era dirigirse al asiento del menor para conocer su estado, poniéndose ellos mismos en peligro al deambular por la cabina.
Desde la FOG se recomienda encarecidamente que no se cobre un extra por separar a miembros de una misma familia y, en todo caso, si se trata de menores solicita que no se sienten a menos de una fila de distancia de sus padres o tutores.
De hecho, este tipo de reacciones son conocidas por todas las empresas del sector desde hace muchos años, razón por la cual siempre se indica a los pasajeros cuando se comunican las instrucciones de seguridad, que en caso de descompresión y antes de ayudar a otros, es totalmente necesario aplicarse a uno mismo la máscara de oxígeno.
Uno de los últimos incidentes sufrido por un avión de SouthWest, demostró que la mayoría de los pasajeros ni escuchaban las instrucciones, ni sabían cómo aplicarse la mascarilla.
Lo que se pretende evitar con esta recomendación es que en el cualquier situación de emergencia, y más hoy en día con la enorme proliferación de aeronaves de un solo pasillo, el interior de la cabina se congestione rápidamente con el cruce de pasajeros buscando a sus seres queridos o acompañantes.
No sin mi maleta
La FOG también hizo otra recomendación muy importante, sobre todo después de analizar el aterrizaje de emergencia de un avión de Virgin Atlantic en Gatwick, en el año 2012.
En esa ocasión, la evacuación del avión se retardó mucho más de lo esperado, al proceder gran parte de los pasajeros a recoger sus maletas de los compartimentos superiores antes de abandonar la cabina.
Lo mismo sucedió en el año 2016, cuando un avión de Emirates se incendiaba al tomar tierra.
A pesar de que el humo se propagaba rápidamente por el interior, muchos de los pasajeros procedieron a abrir los compartimentos del equipaje para recoger sus pertenencias, lo que estuvo a punto de evitar que se pudiese evacuar el aparato antes de que el fuego se extendiese por completo.
Una situación que volvía a repetirse el 5 de Mayo de 2019 en un Sukhoi Superjet de la aerolínea rusa Aeroflot, que se estrellaba en Moscú.
En este último caso, los pasajeros ubicados en la parte trasera de la aeronave no pudieron abandonar la misma, mientras el resto perdía el tiempo recogiendo su equipaje de mano.
De esta manera, la FOG recomienda que se implemente un sistema para que estos compartimentos no se puedan abrir en caso de emergencia, y conseguir con ello una mayor agilidad en caso de necesitar la evacuar del avión.
Curiosamente, se trata de dos problemas que en sí parecen totalmente contradictorios. Por un lado, la lógica preocupación por los seres queridos durante una emergencia, momento en el que se priorizan estos sobre cualquier cosa, lo cual puede poner en serio peligro al resto de pasajeros.
Por otro lado, la ironía de dar mayor importancia a los bienes materiales que a la propia vida, prefiriendo tardar mucho más en salir de un avión en llamas, que hacerlo sin el equipaje.
Tal y como comentamos, todas las aerolíneas están apostando por los aviones de un solo pasillo, que pronto serán los encargados de operar los vuelos transoceánicos, por lo que es sumamente importante que en caso de emergencia, el flujo de salida de pasajeros no se vea obstaculizado de ninguna manera.
3 Comentarios
Desde luego, es increíble lo que hacen por dinero…