Las fake news se ceban con el accidente del Boeing 737 en Irán

El pasado 31 de Diciembre, subíamos un post titulado «¿Y qué pasará en el 2020?», en el cual hacíamos dos referencias que hoy parecen especialmente premonitorias.

En primer lugar, comentábamos la posibilidad de que el Boeing 737MAX pudiese regresar al sector aéreo, y el impacto que tendría para el fabricante estadounidense si cualquier unidad de este modelo sufriese el más mínimo percance.

En segundo lugar, anunciábamos el devastador efecto que durante este año (y siguientes) van a tener las tristemente famosas Fake News, noticias interesadas y tergiversadas en función de los intereses de quien las está contando.

Apenas 8 días después, podemos decir que ambos puntos han confluido, y se está utilizando el accidente sufrido por la aerolínea ucraniana UIA para dar rienda suelta a varias conjeturas, dos de ellas especialmente graves y peligrosas por sus posibles consecuencias posteriores.

Culpar a Boeing

En primer lugar, nos encontramos con los medios que intentan mezclar los dos siniestros sufridos por el modelo 737MAX, con el reciente accidente de Irán.

Para cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de aviación, resulta más que evidente que, a día de hoy y con la información de la que disponemos en estos momentos, es una auténtica aberración mezclar los tres accidentes.

El modelo que en la mañana de hoy se estrellaba poco después de despegar desde el aeropuerto Imán Jomeini de Teherán (Irán), es un Boeing 737-800, que tiene tanto con ver con el 737MAX, como el afirmar que un coche Audi A3 es igual a un Audi Q8.

De hecho, el principal problema que provocó los dos siniestros del MAX, fue la poca preparación técnica que tenían las tripulaciones de ambos aparatos accidentados, ya que se había dado por sentado que la transición necesaria para pasar de pilotar los modelos anteriores del 737, al nuevo MAX, era mínima, por lo que no se necesitaban ni siquiera unas pocas horas previas en simulador.

Lo cierto es que las diferencias eran tan significativas, que se tuvo que desarrollar un sistema que ayudase a los pilotos a volar el MAX, el ya conocido MCAS, que a posteriori sería la causa de los accidentes sufridos por Lion Air y Ethiopian.

El modelo Boeing 737-800 hizo su primer vuelo el 31 de Julio de 1997, convirtiéndose en unos de los aparatos más populares en las flotas de muchas aerolíneas, habiéndose vendido más de 5.000 unidades.

Sólo Ryanair, la lowcost más importante de Europa y una de las compañías más grandes del sector, tiene en su flota un total de 364 aparatos de este modelo, sin que a día de hoy haya registrado ni un solo accidente mortal.

Mientras los dos 737MAX accidentados en el 2018 y 2019 apenas tenían unos pocos meses de vida operativa, el 737-800 que caía esta mañana en Teherán llevaba volando desde Julio del 2016, sin que hasta hoy figuren registros de incidencias anteriores.

Los aviones de Lion Air y Ethiopian se precipitaron a tierra pocos minutos después de despegar, debido a un fallo de software en el MCAS, que detectaba una inexistente pérdida e intentaba corregirla. En realidad, ambos aparatos estaban volando en perfectas condiciones, sin ningún tipo de peligro ni riesgo para sus ocupantes.

El 737-800 de UIA se estrellaba esta mañana envuelto en llamas, lo que ya de por si difiere totalmente de los dos casos anteriores correspondientes al MAX.

El posible interés en mezclar los 3 accidentes puede radicar en desestabilizar todavía un poco más a Boeing, insinuando que sus aviones son peligrosos.

No vamos a defender nosotros al constructor norteamericano, que mintió y ocultó información relevante que podría haber evitado los dos accidentes del MAX, pero detrás de el se sitúan muchos miles de empleados que no tienen culpa de nada, y cuyos puestos de trabajo pueden pender de un hilo por culpa de las fake news.

Culpar a Irán

Los intereses que tienen muchos por culpar a Irán de lo sucedido esta mañana, son más que evidentes.

El hecho de que el régimen iraní hubiese atacado a un avión civil europeo, provocando la muerte de 176 personas (las cifras difieren), sería una excusa más que perfecta para comenzar una guerra de consecuencias insospechadas.

Pero que nadie se equivoque, tanto los EEUU, como la propia Rusia y muchos otros países, tienen medios suficientes para detectar el lanzamiento de un misil tierra-aire, aunque sea en diferido.

Este tipo de armamento no se maneja con facilidad, y tampoco puede ser operado por alguien que no disponga de una formación técnica adecuada.

El caso más claro lo tenemos en el aparato de Malaysia Airlines que fue derribado en el año 2014, precisamente sobre territorio de Ucrania, en medio de una tensa situación política y bélica con Rusia.

En el año 2018, se llegaron a identificar hasta a 100 personas involucradas en el lanzamiento del misil, presentándose fotos de cómo este fue trasladado hasta el lugar desde donde se disparó, y tanto de los días anteriores al incidente, como de los posteriores a este.

Aunque en estos momentos, y por culpa del secretismo habitual del régimen iraní, aumentado estos días después del ataque de los EEUU, no disponemos de información suficiente para realizar afirmaciones de ningún tipo, ni descartar ninguna forma de ocurrencia, debemos de recordar que el despegue del aparato siniestrado se retrasó hasta una hora por culpa de «problemas técnicos».

Podría ser una coincidencia, o no, pero es evidente que la tripulación de UIA ya había detectado algún tipo de problema previo al despegue.

Es conveniente también tener en cuenta que, según el vídeo difundido por múltiples medios, y grabado por una persona que observó fuego en el avión, parece que este se estrella manteniendo su integridad estructural, lo que no se correspondería con la versión del impacto con un misil.

En todo caso, es absolutamente vital estudiar el contenido de las dos cajas negras del aparato, ya que al parecer ninguno de los dos pilotos realizó ningún tipo de llamada a la torre de control, solicitando ayuda o informando sobre alguna avería.

Parece que en el momento en el que se redacta este post, las autoridades de Irán han comunicado que van a retener las cajas negras recuperadas del lugar del siniestro, lo que no sólo no ayuda en nada a resolver este asunto, sino que alimenta todavía más todo tipo de conjeturas.

Va a ser muy difícil que en esta ocasión, al contrario de lo que pasa cada vez que ocurre un hecho similar, profesionales de Boeing e investigadores de accidentes aéreos puedan trasladarse hasta el lugar de los hechos, por lo que todo apunta a que tardaremos en saber qué ha ocurrido exactamente.

Y mientras llegamos hasta ese punto, tendremos cada día nuestra ración de fake news, que alimentarán a todos los necesitados en difundir una versión, u otra.

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