Norwegian salva su "bola de partido" y continuará en la batalla por la supervivencia

El pasado 17 de Abril adelantamos lo que iba a suceder en las reuniones de acreedores y accionistas de la compañía aérea Norwegian: «Norwegian: la noticia que no vas a leer en la prensa especializada».

Efectivamente, se trataba de algo sobre lo que no había demasiado interés en comentar, dado que eso podría suponer de alguna manera beneficiar al supuesto enemigo.

Sin embargo, la suerte ya estaba echada desde hace algún tiempo, y ahora simplemente se ha oficializado de manera definitiva, una condición sine qua non para poder acceder al resto de ayudas estatales acordadas el mes pasado por la aerolínea con el ejecutivo noruego.

De esta manera, Norwegian acaba de convertir 1.000 millones de dólares de deuda en bonos y acciones, obteniendo el beneplácito de sus acreedores y accionistas para poner en marcha la operación, quitándose con ella una buena parte del peso que llevaba arrastrando y que complicaba el poder retornar a una senda de beneficios.

Sin duda, una excelente noticia para la aerolínea, que podrá seguir con su plan de rescate, pero que lamentablemente no acaba con todos los problemas que a día de hoy todavía persisten y es necesario afrontar.

Si bien es cierto que desde el primer día en el que la compañía noruega aterrizaba en nuestro país, ha sido víctima de una persecución infernal por parte de algunos pseudo medios de información, que son realmente la hoja parroquial no oficial de conocidas aerolíneas nacionales, resulta necesario reconocer que además de esto Norwegian ha tenido una pésima suerte.

En primer lugar, apostar por el bajo coste en trayectos de largo radio, se hacía una apuesta excesivamente arriesgada.

Muchas lo intentaron antes que Norwegian, y todas fracasaron estrepitosamente rápido.

Laker Airways ha sido reconocida como la primera compañía aérea en intentar implementar los vuelos lowcost de largo radio.

Esta vez, la compañía contaba con estupendos aviones, los mejores destinos y excelentes profesionales, pero comenzaba su andadura metiendo la pata de manera inexplicable en el terreno laboral, algo que desde Turama denunciamos en su momento.

El 25 de Enero del 2012 será recordado como una fecha negra en la historia de Norwegian, ya que se firmaba un enorme pedido de aviones, decisión esta que posteriormente pesaría como una losa sobre la aerolínea.

Norwegian rubricaba un contrato de compra con Airbus, para adquirir 100 unidades del modelo A320neo. Al mismo tiempo, también firmaba con Boeing la compra de otros 122 aparatos, de los cuales 100 correspondían al modelo 737 MAX8.

Boeing 737 MAX8

Sólo dos años después, la compañía volvía a firmar otra orden de compra con Boeing, esta vez relativa a 19 unidades del modelo Boeing 787-9 «Dreamliner».

En el mes de Abril del 2018, comenzaba la persecución por parte del grupo IAG, que entraba en Norwegian a través de la compra del 4.6% de sus acciones.

Y ya en el año 2019 acontecía lo que era imposible de prever: parte de la flota mundial de 787´s se tenía que quedar en tierra por un problema en sus motores, y ocurrían dos accidentes fatales consecutivos del 737MAX, que también obligaban a prohibir los vuelos de este modelo.

Boeing 787 «Dreamliner»

Una situación inédita, que se acumulaba a resultados económicos muy negativos, y que obligaba a la aerolínea noruega a a posponer las entregas de todos los aparatos previstos durante el 2019 y el 2020.

Cuando nadie pensaba que pudiese saltar otra incidencia de semejantes características, hacía su aparición en escena el nuevo coronavirus, poniendo todo el panorama mundial patas arriba, especialmente el sector aéreo, y provocando la mayor crisis que se recuerda en la historia de la aviación.

Como decíamos anteriormente, es imposible tener más mala suerte.

A día de hoy, y tras el acuerdo conseguido por Norwegian, la compañía podrá acceder al 90% de la cantidad acordada el mes pasado con el gobierno noruego, ya que sólo había percibido el 10% del total de la misma, pero todavía necesitará seguir apretándose el cinturón.

En principio, la idea es que la aerolínea aparque sus vuelos de largo recorrido hasta el año próximo, y se mantenga a la espera del devenir de los acontecimientos, suponiendo que la emergencia sanitaria mundial acabe cesando en algún momento.

Esto significa el cierre de muchas bases, el despido de muchos trabajadores, y el tener que operar con un mínimo de aeronaves.

Ojalá este paso atrás de Norwegian le sirva para tomar de nuevo carrerilla y afrontar un 2021 lleno de retos, en el que tendrá que demostrar que todos los esfuerzos realizados han servido de algo.

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