Ryanair: el caso del avión que tiene que hacer el tiempo antes de aterrizar

De nuevo, una noticia muy mal contada por los medios de comunicación más importantes, ha levantado una enorme polémica en el sector aéreo, sorprendiendo también a muchos usuarios.

El País publicaba ayer mismo una noticia en la que se hacía eco de la situación del vuelo de Ryanair que opera entre las ciudades de Barcelona y Santander, el cual tiene que esperar unos 20 minutos en el aire antes de tomar tierra en el aeropuerto santanderino, realizando un circuito entre las localidades de Santoña, Laredo y Castro Urdiales.

En esta imagen de Flight Radar se puede apreciar perfectamente el patrón de espera que realiza el aparato de Ryanair todos los Lunes.

La cuestión es que la noticia publicada en El País indica literalmente que «El trayecto de Ryanair llega a las 7.10 procedente de Barcelona pero el personal de torre no empieza hasta las 7.30».

De esta manera, implícitamente está poniendo sobre la palestra la actuación de los controladores aéreos de Santander, los cuales parece que se niegan a atender a un avión que ya está listo para aterrizar, o a los que les cuesta demasiado levantarse 20 minutos antes de la cama para ponerse a trabajar.

La realidad de este asunto es bien distinta, ya que no es un problema derivado de los horarios del aeropuerto, y mucho menos de una responsabilidad de los controladores, además de tratarse de un tema que es mucho más común de lo que se cree.

Es necesario aclarar que los horarios de operación de cada aeropuerto no los deciden ni los controladores, ni el personal de tierra, ni los ayuntamientos correspondientes, sino AENA.

El organismo que gestiona los servicios aeroportuarios en España decide las horas de apertura y cierre de cada aeropuerto, en los casos en los que no operan de manera continuada.

Tanto los controladores aéreos, como el resto de personal que tiene que poner en funcionamiento el aeropuerto todos los días, se ciñen al horario de entrada y salida que se les indica, como cualquier otro trabajador de cualquier otra empresa.

Parece que a El País no le pareció interesante el preguntarse porqué el avión de Ryanair no podía despegar 20 minutos más tarde, y ahorrarse así el incómodo patrón de espera de 20 minutos sobre Santander, intuyendo que acusar implícitamente del problema a los controladores aéreos lograría un mayor número de lectores.

Pues bien, el quid de la cuestión es precisamente este: Ryanair no ha podido conseguir un slot en el aeropuerto de El Prat que le permita salir más tarde, por lo que tiene que ceñirse al horario que está disponible si quiere operar esa ruta.

De nuevo, explicamos que los «slots» son las horas reservadas por las compañías aéreas en cada aeropuerto. Cada aerolínea negocia los suyos, y en las horas de mayor ocupación adquirir un «slot» en un aeropuerto importante es enormemente caro.

Por esta razón, cuando una compañía aérea quiebra o desaparece, uno de los principales bienes que suele ser comprado antes por la competencia, son los «slots» que tenía en cada aeropuerto en donde operaba.

Ryanair no ha podido obtener un «slot» en Barcelona que le permita despegar 20 minutos más tarde, y ha decidido igualmente operar el trayecto, aunque al final tenga que hacer el tiempo para poder aterrizar.

Es como si una sucursal bancaria tuviese que abrir 20 minutos antes de su horario porque un cliente no puede acudir más tarde. En este caso, Ryanair es el cliente, y es este el que tiene que adaptarse al horario establecido, no al contrario.

Aclarado esto, debemos de decir también que no es un caso raro ni excepcional, y que se ve en otras rutas dentro y fuera de nuestras fronteras.

Otro vuelo de Ryanair entre Barcelona e Ibiza tiene exactamente el mismo problema, y llega a la isla cuando el aeropuerto todavía está cerrado. La misma situación se repite con otro avión de Swift Air que despega desde Palma de Mallorca, y con otro aparato de Air Nostrum que cubre idéntica ruta.

En el aeropuerto de Agoncillo, el avión que cubre la ruta entre Budapest y la localidad riojana, también llega antes de la hora de apertura establecida por AENA, y en el diario La Rioja se hace la misma acusación que apunta El País, indicando que «el avión tiene que esperar al controlador, que todavía no ha arrancado su jornada de trabajo».

Tampoco han comenzado su jornada de trabajo los bomberos, que tendrían que asistir al aparato en un caso de emergencia, ni los señaleros, ni los maleteros, ni ningún servicio de tierra para atender a las aerolíneas, o a sus pasajeros.

Pero parece evidente que causa un mayor impacto entre la audiencia el decir que los controladores todavía no han empezado a trabajar, que el apuntar que todavía no hay un servicio de bomberos activo en el aeropuerto.

Como siempre, y ahora más que nunca, se ha puesto de moda tergiversar las noticias para poder conseguir un mayor número de lectores, aunque estas no sean ciertas y provoquen una enorme crispación.

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