VUELING LA VUELVE A LIAR !!!

Llega el Verano y con el la inconfundible marca de la casa Vueling, que ya se hizo famosa el año pasado en el mundo entero: dejar tirados a sus pasajeros.

Nos habían prometido, por activa y por pasiva, que el esperpento que se vivió el año pasado en España, con miles de viajeros abandonados a su suerte en aeropuertos de toda la geografía española e internacional, no se iba a repetir nunca más. Nos habían prometido que se había invertido una muy importante cantidad de dinero para atender todos los vuelos programados. Nos habían prometido que se había contratado más personal y adquirido medios materiales suficientes para dar un servicio acorde a los usuarios.

Sí, nos lo habían prometido, pero parece que las promesas se han caído en un saco roto.

El Verano pasado, Alex Cruz, hoy Director Ejecutivo de British Airways, ocupaba el mismo cargo en Vueling. Antes de emigrar al Reino Unido, dejó establecida una programación absolutamente irreal, que significó el colapso de la aerolínea justo en el período vacacional.

Debido a la gravedad de las consecuencias que esto trajo, alborotos y motínes en los aeropuertos, familias enteras durmiendo en las terminales, vacaciones frustradas, etc, el Gobierno Central tuvo que intervenir y mandar una clara advertencia a la compañía, obligándola a cumplir con sus obligaciones e implementado todos los medios necesarios para resolver cada incidencia creada, bajo pena de retirada del permiso para operar en España.

Justo al contrario que el famoso hidalgo D. Quijote de la Mancha, Alex Cruz se ha convertido en un «facedor de entuertos», y ha vuelto a crear un caos similiar en el Reino Unido hace tan solo unas semanas, supuestamente por una caída accidental del sistema informático.

Todo parecía creer, tal y como reza el refrán, que «muerto el perro, se acabó la rabia», pero desgraciadamente no es así.

El vuelo de la compañía Vueling que tenía que despegar este Miércoles, día 14 Junio, a las 22:30 desde el aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela, con destino al aeropuerto de Málaga, fue cancelado a las 2 de la mañana, después de casi 4 horas de espera por parte de los 166 atónitos pasajeros de la aerolínea española.

Esa noche ya no se podía hacer nada para conseguir trasladarlos a su destino, por lo que 140 viajeros fueron conducidos hasta A Coruña para pernoctar allí, y otros 26 se quedaron en la capital gallega.

Las opciones que facilitó Vueling a los afectados, al día siguiente, fueron el reembolso del precio del billete, o la acomodación en otros vuelos de la aerolínea, que en ningún caso podían ser directos porque estos ya se encontraban a plena ocupación.

Esto resultaba en dos opciones distintas: volar hasta Barcelona, para posteriormente tomar otro avión a Málaga, o volar hasta Sevilla o Granada y desde allí hacer el tramo restante en autobús. En definitiva, la mayoría de los pasajeros no llegaron a Málaga hasta hace unas pocas horas, con casi dos días de retraso.

La justificación de la compañía Vueling fue que el avión que debía de aterrizar en Santiago para posteriormente cubrir la ruta hasta Málaga, tuvo que ser desviado al aeropuerto de Vigo debido al mal tiempo. Una vez comunicada esta incidencia, se indicó a los pasajeros que serían traslados por carretera hasta la capital olívica. Más tarde se les informó que la tripulación no podía exceder las horas de trabajo que habían realizado y que tenían la obligación de cancelar el vuelo.

Curiosamente, la noche del Miércoles 14 de Junio, el «mal tiempo» reinante en Santiago y que obligó al desvío del avión, sólo afectó al vuelo de Vueling. Todos los demás vuelos programados aterrizaron y despegaron sin ningún problema. De hecho, sólo 5 minutos después de la hora establecida para el aterrizaje del Vueling, a las 22:00, hacía lo propio la aeronave de la compañía Ryanair desde Milán. A las 23:40 lo hacía el Iberia Express desde Madrid y a las 00:20 y desde la capital británica, otra aeronave de la propia Vueling.

La justificación del mal tiempo reinante es una excusa, bastante low cost, para intentar minimizar posibles indemnizaciones debidas a la cancelación, ya que no es una responsabilidad directa de la compañía. Este tipo de argucias suelen utilizarse en los casos en los que no hay una explicación razonable que permita entender el porqué no se cumple con un servicio cobrado con bastante antelación a los usuarios.

Parece más que evidente pensar que si de verdad existe un «mal tiempo» real, este afecte a todos los vuelos y no solo y específicamente a uno, aterrizando y despegando el resto de aparatos, incluso de la misma compañía, con total normalidad. Tampoco hay que olvidar que el aeropuerto santiagués de Lavacolla suele recoger precisamente todos los vuelos que no pueden aterrizar en la mayoría de aeródromos del Norte de España, ya que cuenta con una pista suficientemente larga y un sistema ILS de categoría III que permite el aterrizaje bajo condiciones de visibilidad mínimas.

Pero esto no acaba aquí. El vuelo programado de Vueling para la tarde de ayer desde el aeropuerto de Heathrow, en Londres, con destino en A Coruña y que tenía que despegar a las 20:00 del aeropuerto de la capital británica, fue cancelado también a las 03:00 de la mañana de hoy, después de más de 5 horas de espera.

A los pasajeros, que han tenido que pernoctar en Londres, también se les ha ofertado el reembolso del billete o la recolocación en distintos vuelos de la compañía, pero nunca directos.

Las opciones que se han dado esta misma mañana a los afectados pasaban por volar de Londres hasta Oviedo y, desde allí, hacer el tramo en bus hasta A Coruña (290 Km). Otra opción era desplazarse hasta Barcelona, hacer una espera de 8 horas, y posteriormente volar hasta A Coruña.

Parece que algunos no quieren aprender de las lecciones aprendidas y, sobre todo, de las segundas oportunidades. Vueling la lió el Verano pasado y estábamos pendientes de comprobar qué pasaba este año. Parece que la temporada estival se estrena con más cancelaciones, más esperas interminables, y más retrasos de prácticamente 48 horas.

Esperamos y deseamos que esto no sea el preludio de un nuevo caos aéreo por parte de Vueling, y si es así, aquí estaremos para denunciar públicamente los hechos ocurridos, por mucho que eso nos cueste la antipatía de las aerolíneas que los cometan.

Nunca permitas que esa segunda oportunidad, se convierta en un segundo error.

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