El pasado mes de Abril, el gobierno francés aprobaba un plan de ayudas a la aerolínea bandera del país vecino, Air France, por importe total de 8.000 millones de euros.
La aerolínea depende en gran medida de la comercialización de rutas de medio y largo radio, las más castigadas por los efectos de la pandemia y las restricciones sanitarias implementadas a nivel internacional.
Como ocurre siempre en este tipo de casos, la medida tiene que ser validada por el comité de la Unión Europea que preside la danesa Margrethe Vestager, encargado de velar por que se respete la competencia entre empresas dentro del espacio económico europeo.
Desde Europa se confirmó que el rescate destinado a la reestructuración económica de Air France, podría poner en ventaja a esta aerolínea frente a sus principales rivales, por lo que se hacía obligatorio exigir una contraprestación por su parte.
De este modo, se solicitó a Air France que cediese 24 slots de su propiedad en el aeropuerto de Paris Orly, uno de los más saturados del país.
La respuesta por parte de los directivos de la compañía francesa no se hizo esperar demasiado tiempo, y finalmente decidieron no aceptar esta propuesta, la cual veían desmedida.
Debido a la congestión habitual del aeropuerto de Orly, es prácticamente imposible para muchas aerolíneas hacerse con los slots necesarios para poder operar desde el mismo.
Tras numerosos tiras y aflojas, Air France logró que la cifra de slots reclamados se redujese hasta los 18.
Una vez rubricado el acuerdo, en el mes de Junio la UE ponía a la venta los antiguos slots cedidos por Air France, bajo dos condiciones que tenían que cumplirse por parte de aquellas compañías interesadas en su adquisición.
Por un lado, la aerolínea que se hiciese con ellos tendría que establecer una base operativa permanente en Orly, en la cual se estacionarían sus aeronaves.
En segundo lugar, sólo podrían presentar sus propuestas aquellas compañías que ya estuviesen presentes en el aeropuerto francés.
Tras revisar las numerosas ofertas recibidas, desde la UE se consideró que la mejor candidata para hacerse cargo de estos slost era la lowcost española Vueling.
Vueling es la tercera aerolínea por volumen de asientos ofertados en el aeropuerto de Orly.
Antes de la declaración de pandemia, estaba operando vuelos a 21 destinos europeos desde el aeródromo francés, 14 de ellos ubicados en España.
Actualmente, la bajo coste con sede en Barcelona está comercializando 157.400 asientos mensuales en Orly, mientras que Transavia, subsidiaria de Air France, dispone de 286.000, y la propia Air France de 250.000.
El comisionado encargado de la competencia en la UE, creyó más apropiado que fuese Vueling la que ocupase los slots, ya que es la que está en mejor posición para disputar la hegemonía de Air France en Orly.
A partir del próximo mes de Noviembre, Vueling podrá incrementar sus operaciones en el aeropuerto francés gracias a la adquisición de estos 18 slots, justo en un momento en el que parece que el sector aéreo comienza de manera gradual su recuperación.
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