«Las compañías aéreas ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman».
Valga la adaptación que hemos hecho de la Ley de Conservación de la Materia de Lavoisier, para explicar lo que ha pasado con Flybe, la aerolínea regional más importante del Reino Unido y que hoy mismo cesaba operaciones declarándose en quiebra.
Sobre Flybe hemos hablado en múltiples ocasiones, explicando exactamente cuáles eran los problemas principales que estaba sufriendo, y el porqué creíamos que no tardaría demasiado en echar el cierre.
Puedes leer nuestro post de Febrero del 2018 pinchando en el siguiente link: «Flybe, ¿Será la próxima en caer?».
El peso específico del que disfrutaba dentro del Reino Unido, venía derivado de la extraordinaria importancia que suponían las conexiones aéreas entre ciudades de tamaño medio, con aeropuertos más pequeños y una oferta de vuelos muy restringida.
Flybe se encargaba de realizar esa labor, generando tráfico en rutas muy poco explotadas y que operaba en algunos casos prácticamente en exclusiva.
Esta fue la principal razón por la que Boris Johnson, Primer Ministro del Reino Unido, había decidido hace apenas un par de meses echar una mano a una empresa que venía tambaleándose peligrosamente desde hace años, y que en el 2019 era finalmente adquirida por el multimillonario empresario Sir Richard Brandson, propietario de Virgin Atlantic, y las sociedades Stobart Air y Cyrus Capital, por un total de 100 millones de Libras.
A pesar de las muy duras críticas recibidas por parte de la competencia, Johnson daba prioridad a favorecer la conectividad de un buen número de ciudades inglesas, cuyos ciudadanos de otra forma perderían la posibilidad de poder moverse a lo largo y ancho del país de la manera más rápida posible.
Bajo estas premisas, podríamos preguntarnos en este momento qué es lo que ha cambiado para que ya no hubiese más prórrogas en el horizonte de Flybe, justo ahora que estaba a punto de convertirse en Virgin Connect, una subsidiaria de Virgin Atlantic destinada a transportar pasajeros desde todos los rincones de Inglaterra hacia los vuelos internacionales de Virgin Atlantic.
Una de las razones principales, aunque no la única, es la actual crisis del Coronavirus, que está obligando a todas las compañías aéreas a ajustarse el cinturón hasta límites que nunca se habían visto en el sector aéreo comercial.
La enorme falta de demanda está provocando que, igual que el efecto que causa en los humanos, el Coronavirus se lleve por delante a todas aquellas aerolíneas que presentan problemas previos y un sistema inmune con las defensas especialmente bajas, como era precisamente el caso de Flybe.
Cuando no hay pasajeros para ninguna, tampoco los hay para Virgin Atlantic, que es quien tendría que tirar en este momento de Flybe, pero que tal y como están las cosas ahora mismo, debe centrarse únicamente en su propia supervivencia, una tarea que tampoco es moco de pavo.
Flybe es la segunda compañía aérea víctima de la crisis mundial provocada por el Coronavirus, después de la china Hainan Airlines, que próximamente desparecerá y será absorbida por otras aerolíneas del país («Hainan Airlines, primera aerolínea víctima del Coronavirus»).
Desgraciadamente, no va a ser la última en hincar la rodilla a consecuencia del fuerte retroceso que está sufriendo el sector turístico a nivel mundial, y si la situación no cambia radicalmente en los próximos meses, podríamos estar en el umbral de una auténtica carnicería aérea.
De momento, 2.400 empleados, y otros muchos miles de clientes, han recibido hoy mismo un mensaje para que no acudiesen a los aeropuertos a tomar sus vuelos, ya que la compañía había cesado sus operaciones y se declaraba en quiebra.
Rápidamente, los administradores asignados han acudido a varios aeropuertos para hacerse tanto con los aviones, como con cualquier otro valor activo propiedad de la aerolínea.
Flybe contaba con 64 aeronaves, la inmensa mayoría pertenecientes al modelo De Havilland Canada DHC-8 Dash 8.
¿Y ahora?
Hoy mismo, muchas de las rutas que acaba de abandonar Flybe, han sido retomadas por las compañías Eastern Airways, y la escocesa Longanair.
Eastern y Flybe compartían una franquicia desde el año 2017, operando la primera vuelos para la segunda, anunciando además que seguirá haciéndolo en el futuro más próximo.
Pero es importante tener en cuenta un pequeño detalle, y es que Sir Richard Brandson no ha llegado a amasar una enorme fortuna por casualidad, ya que se trata de uno de los empresarios con mejor visión de negocio que existen en el planeta.
Si había un momento para dejar caer a Flybe, ese momento era justo ahora, en el medio de una muy severa crisis provocada por el pánico que causa en la opinión pública una enfermedad desconocida hasta hace muy pocos meses.
Pero es de esperar que la situación mejore, a corto o medio plazo, y Virgin Atlantic seguirá necesitando una subsidiaria regional que cree el embudo de pasajeros desde múltiples ciudades del Reino Unido, para poder llenar sus aviones.
El plan ya estaba diseñado, con el nombre de Virgin Connect, y dudamos bastante de que una vez se estabilice el problema del Coronavirus, y el Brexit deje de crear dudas y misterios a muchas empresas, Brandson no vaya a retomar de nuevo la idea.
Para seguir el día a día de la situación del sector aéreo en relación a la crisis por el Coronavirus, te recomendamos revisar el siguiente enlace, el cual intentamos mantener actualizado día a día, y en el que reflejamos las novedades que van surgiendo para cada compañía aérea.