Lleva más de un mes en paradero desconocido.
Tanto su teléfono y redes sociales como las de su esposa, han sido dadas de baja.
El pasado 23 de Mayo nos hicimos eco de uno de los incidentes aéreos más graves ocurridos dentro del territorio europeo en la última década.
La UE ha calificado este asunto como un secuestro ideado y perpetrado desde Bielorrusia, con el único fin de proceder a la detención de un conocido activista contrario al régimen de Lukashenko.
Te dejamos el link a la noticia: Ryanair, aterrizaje forzado y lío diplomático en Bielorrusia.
Oleg Galegov fue el controlador aéreo que contactó con la tripulación del vuelo FR4978 de Ryanair, ordenando el desvío inmediato de la aeronave al aeropuerto de Minsk, capital de Bielorrusia.
Según informó a los pilotos de la aerolínea irlandesa, a bordo del Boeing 737 se encontraba una bomba que podía hacer explosión en cualquier momento.
Los protocolos internacionales de seguridad establecidos para este tipo de situaciones, recomiendan el aterrizaje urgente en el aeropuerto más cercano, que en este caso se correspondía con el destino original al cual se dirigía el aparato, la ciudad de Vilna en Lituania.
A pesar de esto, Galegov insistió en la necesidad de desviarse a Minsk, una orden que la tripulación de Ryanair se vio obligada a cumplir tras aparecer en escena varios cazas militares bielorrusos que interceptaron la trayectoria del avión.
Poco después de conocerse la noticia sobre lo ocurrido, tanto la agencia de noticias BelTa como la Presidenta de Lituania, responsabilizaron directamente de los hechos al propio Lukashenko, el cual y desde su despacho habría dado la orden para proceder al secuestro del aparato.
Obviamente, Galegov es una pieza fundamental en este rompecabezas diplomático, y su declaración podría dejar en evidencia la trama ideada desde Bielorrusia, que culpa al grupo terrorista Hamas.
El controlador aéreo tendría que haberse reincorporado a su puesto tras finalizar las vacaciones en el mes de Junio, pero según han informado diversas agencias internacionales, está en situación de paradero desconocido desde entonces.
Galegov lleva trabajando para la Belaeronavigatsia (agencia proveedora de los servicios de navegación aérea en Bielorrusia) desde el año 2010, residiendo con su familia en la ciudad de Minsk, a la que se mudó desde Georgia.
Su origen georgiano invita a pensar que podría haber regresado a esta ex república soviética buscando una mayor seguridad para él y su familia, tras el incidente del mes de Mayo.
Por su parte, el director general de la Belaeronavigatsia, Ivan Gerlovsky, ha declarado que no sabe nada sobre la supuesta desaparición de Galegov, confirmando que tampoco se ha recibido ningún escrito de renuncia ni dimisión.
Unas declaraciones que chocan frontalmente con las realizadas por otros miembros del entorno del controlador aéreo, que afirman que desde hace más de un mes es imposible contactar con Galegov.
La hipótesis más plausible en estos momentos es que Galegov haya decidido trasladarse a Georgia, pero teniendo en cuenta la importancia transcendental que ha cobrado en el mapa político internacional, la información y datos que conoce de primera mano, y el modus operandi habitual del régimen de Lukashenko, no es posible descartar otras posibilidades.
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