Pasan más de 8 horas dentro de un avión de United y no llegan a despegar

El conjunto de acontecimientos sufridos por los pasajeros del vuelo 1910 de la aerolínea estadounidense United, el pasado Lunes 22 de Agosto, bien se podría definir como una auténtica pesadilla.

El avión dispuesto para operar la ruta entre los aeropuertos de Newark (EWR) y Denver (DEN), se encontraba listo para despegar, pero las pésimas condiciones meteorológicas reinantes en ese momento en la zona, obligaron a retrasar su salida.

aeropuerto neoyorquino de newark

Durante ese día, llegaron a formarse múltiples tormentas de fuerte intensidad a lo largo del espacio aéreo de los EEUU, lo que supuso una media de 40 minutos de retraso en buena parte de los vuelos programados durante la jornada.

El Boeing 737-900 de United permaneció esperando sobre la plataforma durante 3 horas, tiempo máximo permitido por la legislación norteamericana antes de ofrecer al pasaje la posibilidad de abandonar la aeronave.

Cumplido ese plazo horario, el avión regresó brevemente a la terminal para volver nuevamente a posicionarse sobre la plataforma del aeropuerto neoyorquino, a la espera de la correspondiente autorización de despegue.

De nuevo, se contabilizaron otras 3 horas de espera, hasta que los servicios de control aéreo propusieron a la tripulación una ruta alternativa, con el fin de evitar las zonas más perjudicadas por la tormenta.

Los pilotos al mando aceptaron la propuesta recibida desde la torre de control, antes de percatarse de que las 6 horas de espera habían consumido demasiado combustible del avión, por lo que necesitaban repostar antes de poder despegar.

De este manera, el avión regresaba una vez más a la terminal para desembarcar a los pasajeros y proceder al repostaje de la aeronave.

En ese momento, desde la aerolínea se comunicó a través de SMS la cancelación definitiva del vuelo.

La secuencia de los acontecimientos ha sido relatada a través de sus redes sociales por una de las pasajeras, Hiroko Tabuchi, reportera del diario New York Times.

Cuando los pasajeros ya habían perdido todas las esperanzas de poder volar, la tripulación de tierra de United les confirmó que volverían a embarcar el avión en breve, por lo que no debían abandonar el aeropuerto.

Efectivamente, pocos minutos después se procedía al embarque del aparato, esta vez con la certeza de un despegue prácticamente inmediato.

Lejos de cumplirse esta previsión, el Boeing permaneció otras 2 horas más a la espera, hasta que finalmente desde la cabina se comunicó al pasaje que la tripulación había alcanzado su límite horario establecido, por lo que debían regresar una vez más a la terminal.

Después de más de 8 horas sentados en sus asientos, para volar una ruta que se opera en 4 horas y media, los pasajeros del vuelo 1910 de United, atónitos ante lo ocurrido, recibían la confirmación definitiva de la cancelación de su vuelo.

La noticia está haciendo correr ríos de tinta, tanto a través de las redes sociales como en las portadas de diversos rotativos estadounidenses, donde se ha cuestionado de manera muy vehemente el procedimiento seguido por la tripulación de United.

De hecho, no es la primera vez que ocurren eventos similares en el país, relativos a esperas sobre la pista previas al despegue exageradamente largas, lo que obligó a elaborar una legislación específica para estos casos.

Si los pasajeros de un vuelo permanecen dentro de una aeronave en espera por un período de dos horas, la aerolínea debe poner a su disposición un servicio mínimo de bebida y comida.

En el caso de alcanzar las 3 horas de demora, se deberá ofrecer a los ocupantes de la cabina la posibilidad de desembarcar en un «lugar adecuado». Este plazo se alarga hasta las 4 horas si se trata de un vuelo internacional.

En todo caso, los usuarios del transporte aéreo cuestionan los hechos acontecidos a principios de semana en Nueva York, máxime cuando desde la sede central de United ya se había determinado la cancelación del vuelo tras 6 largas horas de espera.

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