En Agosto comenzará a operar rutas entre Nueva York y Londres.
La irrupción sobre el Atlántico de la lowcost estadounidense vuelve a agitar la competencia entre compañías aéreas que comercializan destinos a ambos lados del océano.
Cuando todavía existen importantes restricciones sanitarias para los visitantes extranjeros tanto en el Reino Unido como en los EEUU, JetBlue cumple una antigua promesa y comienza a vender billetes para las rutas que unirán Nueva York con Londres.
Con esta noticia, volvemos a tener un escenario muy similar al que ya vivimos en Julio de 2014, fecha en la que la aerolínea Norwegian irrumpía en el sector y llenaba sus aviones registrando un 93% de factor de ocupación, operando 3 vuelos diarios entre la capital británica y el aeropuerto JFK de Nueva York.
Sin embargo, en estos últimos 7 años los actores protagonistas de esta batalla que tiene como fin conquistar uno de los segmentos más codiciados del mercado, han desaparecido para dejar paso a nuevas incorporaciones.
Norwegian ya no vuela rutas sobre el Océano Atlántico. Unas tarifas demasiado bajas y el crecimiento desmedido de su flota de aviones, acabaron arrastrando a la bajo coste noruega hasta el auténtico límite del abismo, en el que sigue a día de hoy.
La islandesa WOW también firmaba su propio epitafio cuando decidía unir EEUU y Canadá con Europa, a través del pequeño país nórdico.
Un caso muy similar al seguido por su vecina Primera Air, que después de anunciar a bombo y platillo vuelos hacia Boston, Nueva York y Washington, acababa echando el cierre en Octubre de 2018 sin llegar a cumplir su sueño.
La subsidiaria de bajo coste que Air France se había sacado de la manga, Joon, ni siquiera llegó a aterrizar en los EEUU, reintegrándose en su matriz el 27 de Junio de 2019 después de operar durante menos de dos años.
De aquella época sólo resiste a duras penas Level, que ha reforzado sus operaciones al otro lado del charco con diversas rutas dentro del espacio aéreo europeo.
Sin haber llegado todavía a la mitad del año, Norwegian ya ha sido reemplazada por Norse Atlantic Airways y WOW por Play, aunque en este último caso de momento ha dejado aparcadas las rutas hacia EEUU.
Desde que en 1971 Laker Airways inaugurase los vuelos de bajo coste entre Nueva York y Londres, todas las compañías lowcost que intentaron seguir ese modelo acabaron en la bancarrota.
En el caso de JetBlue, puede que no se cumpla este maleficio.
JetBlue
A pesar de que JetBlue es la séptima compañía aérea de EEUU por volumen de rutas domésticas operadas, su relación calidad/precio la coloca en un puesto superior dentro del ranking de preferencias de los pasajeros norteamericanos.
Hasta Mayo de este mismo año, la norteamericana era la doceava aerolínea a nivel mundial con más vuelos programados durante ese mes (23.252).
Actualmente, tiene una flota compuesta por 272 aeronaves, la mayoría de ellas correspondientes al modelo Airbus A320-200, con una vida media operativa de 11.5 años.
La separación entre asientos, WIFI gratuita en todos sus vuelos, acceso a DirectTV y Sirius XM, y sobre todo su famosa Terminal 5 en el aeropuerto JFK de Nueva York, han hecho de JetBlue una de las compañías aéreas con mayor proyección dentro del muy complicado mercado aéreo estadounidense.
Durante mucho tiempo se había especulado sobre la posibilidad de que Southwest, la aerolínea de bajo coste más grande de todo el mundo, fuese la lowcost que intentase en primer lugar el asalto a Europa, comenzando por el Reino Unido.
Puede que algún día se cumplan los pronósticos, pero de momento JetBlue se ha adelantado en la carrera programando rutas diarias desde el aeropuerto JFK hacia Heathrow y Gatwick, a partir del próximo 12 de Agosto y 30 de Septiembre, respectivamente.
En 2022, tiene previsto incluir también a la ciudad de Boston.
Mientras que el JFK y Gatwick habían perdido las conexiones directas en 2020, con tan solo 114.745 usuarios, los vuelos entre el aeropuerto neoyorquino y Heathrow siguen siendo enormemente codiciados por todas las aerolíneas.
Se calcula que en 2019 más de 5 millones de pasajeros viajaron entre las dos ciudades, 3 millones en vuelos directos y otros 2 a través de conexiones.
A diferencia de la gran mayoría de aerolíneas de bajo coste, JetBlue operará las rutas hacia Londres utilizando aparatos del modelo Airbus A321LR con una cabina segmentada por clases.
Los dos primeros asientos dentro del avión corresponden a la clase Mint Studio, que presume de ofertar al pasajero la televisión individual más grande de todas las compañías aéreas de los EEUU, con un tamaño de 22 pulgadas.
Dos ventanillas al exterior, asiento-cama completamente reclinable, cubículo cerrado y un asiento extra para invitados, completan la carta de presentación de esta clase.
Justo por detrás se ubican 24 Mint Suites, también cerradas y con prestaciones parecidas a los Studios, con la salvedad de que disponen de menos espacio.
Por último, 114 asientos de la clase Economy, entre los que se encuentran 24 de los catalogados por la compañía con el nombre de «Even More Space», con una separación de 38 pulgadas (96.5 cm), además de incluir embarque preferente para el pasajero.
El vuelo diario B67 entre el JFK y Heathrow, despegará de Nueva York a las 21:48, para tomar tierra en Londres a las 10:10 de la mañana del día siguiente.
El regreso es operado a través del vuelo B620, saliendo de Heathrow a las 18:10 y aterrizando en el JFK a las 21:35.
En el caso de viajar a Gatwick, el avión saldrá de Nueva York a las 19:48, llegando al Reino Unido a las 07:55 de la mañana del día siguiente.
La vuelta tiene prevista la salida de Gatwick a las 12:10, y el aterrizaje en Nueva York a las 15:43.
En cuanto a precios, los asientos Economy se mueven alrededor de las 292 libras (339 euros) para el viaje de ida y vuelta, una tarifa bastante atractiva tal y como está ahora mismo el mercado.
Una Mint Suite rondaría las 951 libras a día de hoy (1.100 euros).
Como comentábamos anteriormente, este «asalto» al Océano Atlántico perpetrado por JetBlue no tiene porqué tener un final tan malo como el vivido por otras aerolíneas.
JetBlue tiene el grueso de sus operaciones, y por tanto de sus ingresos, en territorio estadounidense y el Caribe, por lo que si el experimento europeo falla, no tiene más que cancelar sus slots en Londres y mantener el resto de rutas que volaba hasta ahora.
Eso sí, en el caso de que la prueba obtenga éxito, la aerolínea podría plantearse la posibilidad de aumentar sus destinos en el Viejo Continente, lo que colocaría de nuevo contra la espada y la pared a un buen número de compañías tradicionales.
De momento, la suerte ya está echada y sólo queda esperar al resultado.